Un leve aroma,a pan recien horneado,besaba apasionado mis narices.Me habian obligado a levantarme con el alba;A pesar de que el dolor en mis espaldas tocaba los bordes de lo insoportable. y el frio mañanero de aquel diciembre parecia amolar sus uñas en mis huesos.
Yo era apenas un mosalbete de unos nueve años de edad,pero aun asi tenia que trabajar duro para salir adelante con mi familia;era el ejemplo que me habia legado mi padre.Asi que caminar descalzo cada mañana con aquel canasto de pan era parte de mi vida cotidiana.No era facil pero ¿que otra cosa podia hacer? mi padre habia muerto hacia unos años y mi pobre madre se mataba lavando ropa ajena para mantenernos a mi y a mis tres hermanitos.
Hasta que ese dia al parecer el destino decidio jugarme una treta:las aceras atestadas de vasos plasticos de botellas de ron y cervezas vacias.restos de comida esparcidos por doquier el basurar era desquiciante no cabia la menor duda de que la fiesta habia estado de lo lindo.yo caminaba distraido ensimismado y soñoliento hasta que un extraño bulto llamo mi atencion,la primera intencion fue de seguir mi camino pero era un pequeño bulto y sabra Dios a quien se le habria caido,que tendra,que diablos hacer si alguien me veia tomar aquello y se lo decian a mi madre quien no paraba de enseñarnos a ser serios y honestos...¡pero estaba alli en el suelo!
Me acerque despacio y,algo nervioso,logre tocar el bultito,mire a mi alrededor,lo tome y sali corriendo tan rapido como me lo permitieron mis temblorosas piernitas.En mi nerviosa carrera solo pensaba en mi madre y sus concejos;en mi padre y su rostro adusto ante mis travesuras;pero ya lo habia decidido,me habia encontrado aquello y no pensaba devolverlo,sin importar lo que me pudiera pasar! tan solo me decia: -¡a la mierda con todo!
Despues de aquel dia no volvi a ser el mismo,cada mañana me levantaba con la esperanza de encontrarme con un bulto de dinero.Hoy a mis ochenta años,sigo esperando y... sigo vendiendo pan... como cada mañana.