El crimen que nunca existi (Diario)
Publicado en Aug 19, 2013
En mi primera y más tierna infancia yo escuchaba muchas veces, en casa, no sé qué extraño suceso acontecido en un lugar que, a partir de entonces, le llamaban "La ciudad del crimen". Ese extraño lugar era Cuenca, de España. Debía ser Cuenca de España porque Cuenca de Ecuador ni tan siquiera sabíamos que existía. El caso es que, curiosamente, todas las veces que iba, siendo muy niño, mucho más niño de lo que algunos suponían, a la ciudad española de Cuenca yo no escuchaba por ninguna parte conversaciones relacionadas con ningún crimen. Era época de conspicuo silencio. Hablo del franquismo. Imaginé que aquel silencio era algo más que la ausencia de palabra. Pero mi abuela me contaba que no existió; que nunca existió aquel crimen. Yo era demasiado niño para saber la verdad; así que siempre que iba a Cuenca de España sabía que nadie me lo iba a explicar. Así qu tuve que seguir creciendo.
En plena adolescencia comencé a comprender aquello. Seguía siendo la época del franquismo pero ya el silencio comenzaba a ser mensaje. En todo aquello de "La ciudad del crimen" había un mensaje que debía descubrir. Quizás por eso deseaba ser comunicador social, periodista para decir verdades o para contar imaginaciones. Al fin y al cabo ambas cosas son posibles. 30 años de edad. 1979. ¡Vente para España tío que ya se puede contar! Y Pilar Miró se atrevió a contarlo. 92 minutos de verdades para romper el mito negativo. Pilar Miró se atrevió a retar a los tardo franquistas y a los ultras que intentaban hacernos seguir viviendo con el silencio conspicuo. Hasta que Pilar Miró cogió una idea de Juan Antonio Porto y, junto con Salvador Maldonado para explicar aquel crimen. ¿Existió o no existió? Con música de Antón García Abril y fotografía de Hans Burman retaron a los fascistas que querían seguir manteniendo el silencio. Yo recordaba a mi abuela y acudí a la llamada de ella para saber la verdad. Los que dieron el paso adelante fueron Amparo Soler Leal, Héctor Alterio, Fernando Rey, Daniel Dicenta, José Manuel Cervino, Mary Carrillo, Assumpta Serna y Nicolás Dueñas. La verdad del "Crimen de Cuenca" era ésta: En 1913, Gregorio Valero Contreras y León Sánchez Gascón, amigos y vecinos de Osa de la Vega (Cuenca) son detenidos como autores de la muerte de José María Grimaldos López, pastor de oficio y compañero de los anteriores. El pueblo les acusa, incluso la mujer de Gregorio reúne pruebas contra ellos. Los dos hombres confiesan el crimen después de ser sometidos a torturas. Son juzgados en 1918 en la Audiencia Provincial de Cuenca que, tras modificar la petición de pena capital, los condena a dieciocho años de cárcel... ¿Culpables o inocentes? Vi la película completa. El asunto se puede ya leer sin miedo a represalias. Wikipedia dice: " El 21 de agosto de 1910, en el pueblo de Osa de la Vega. provincia de Cuenca, desaparece el pastor José María Grimaldos, apodado «El Cepa» quien fue visto por última vez en la carretera que une Osa de la Vega con Tresjuncos. La familia de «El Cepa» denuncia la desaparición y en las pesquisas judiciales la madre, Juana, denuncia a sus dos compañeros Gregorio Valero y León Sánchez de matarle para robarle el importe de la venta de unas ovejas. A finales de septiembre el juez municipal de Osa de la Vega remite las diligencias al juzgado de Belmonte que abre el sumario 94/1910. Tras pesquisas y diligencias este juzgado sobresee la causa en septiembre de 1911. En 1913 llega un nuevo juez a Belmonte, Emilio Isasa Echenique, quien al poco tiempo, influenciado por el cacique local y diputado de derechas Contreras, decide reabrir el sumario. Por orden del nuevo Juez, los acusados son detenidos y torturados por la Guardia Civil, declarándose ellos mismos autores del crimen, aunque nunca aparece el cuerpo de la víctima. Se prolongan las diligencias judiciales durante años y el caso es remitido a la Audiencia de Cuenca donde el fiscal pide la pena de muerte para ambos acusados. Finalmente, el 25 de mayo de 1918 el jurado popular declara a los acusados culpables del asesinato y la sala los condena a 18 años de cárcel. Por aplicación de indultos ambos salieron de la cárcel en libertad condicional el 20 de febrero de 1924 habiendo sufrido en total once años de prisión, cinco en Belmonte y seis en penales tras la sentencia judicial. A primeros de 1926, dos años después de haber recobrado la libertad los procesados, el cura párroco de Tresjuncos recibió una carta del cura de un pueblo cercano (Mira, también de la provincia de Cuenca) en la que le pedía la partida de bautismo de José María Grimaldos «El Cepa», quien vivía allí y deseaba contraer matrimonio. En ese momento se pone en evidencia la inocencia de los que fueron condenados. No hubo tal crimen y silenciaron la iglesia y los poderes fácticos. Al franquismo no le interesaba decir la verdad. Sólo en 1979 se pudo ver con toda clase de detalle (a veces aberrantes por cierto). Eso es lo que mi abuela intentaba explicarme cuando yo era sólo un habitante de la primera infancia. Siempre fue algo que tuve en mi conciencia. ¿Había habido o no había habido un crimen en Cuenca? Lo que había habido era una brutal injusticia. Y Cuenca tuvo que soportar aquel ignominioso eslogan de "La ciudad del crimen". Quizás por eso a muchos conquenses y a muchas conquenses les daba vergüenza decir que habían nacido allí. Cierro mi Diario con una pregunta cuestionable: ¿Se puede vivir bajo el miedo del silencio sepulcral o es necesario vivir con la voz de quienes cuestionan las mentiras de los poderosos? Quizás los ultras tengan mucho que callar después de haber hablado tanto. Lo afirmo desde el lado de la imparcialidad.
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