MATERNA CIRCUS
Publicado en Sep 26, 2013
Parecía insultante para quienes asistían al espectáculo. El gladiador empollando huevos en la arena del circo, formidable y provocadora tortuga indiferente a los chillidos del frenético público y al pasmo de su contrincante, rondándole a pocos metros e imaginando alguna rara estrategia de ataque. Sin soltar su tridente y la red, siempre en actitud defensiva, el gladiador se acomodó con delicadeza sobre los huevos, dispuesto a empollarlos. Al fin y al cabo, eran sus futuros hijos y nada mejor que vieran la luz allí en su hogar, las arenas del circo. La multitud se solidarizó con su maternal actitud y apaciguó su sed de sangre y el apetito de carne herida. Estaban a la espera igual que el emperador, de quien nadie esperaba algún gesto solidario. Transcurrieron varios días de tensionante espera. Esa mañana el gladiador vociferó alegre al brotar de los huevos siete pequeños gladiadores dispuestos a luchar al lado de su padre. El gladiador contrincante arrojó sus armas y canturreó una dulce canción de cuna que conmovió a todos, hasta el punto de que la multitudle acompañófestiva. Concédanle la libertad a todos ellos, ordenó el emperador retirándose rápido del lugar al recordar los cuatro huevos que le esperaban en la intimidad de su aposento.
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