ella
Publicado en Sep 02, 2009
Ella estaba bailando en el fuego de la noche,
un fuego bordeado por sombras y espejismos, el se sentó y la miro con mas deseo, ella lo vio y se sentó a su lado, no habían razones para hablar mas, irónicamente ya todo se había hablado sin palabras Acerco su nariz hacia ella y roso su rostro con ella, y de repente, como fue que se entrelazaron entre caricias y murmullos feroces y excitantes, ella se llamaba como el viento, el tenia algo del sonido de los susurros, pero eso no era importante, y sequian bailando entre corazones y arena y el la miraba, el le sonreía el la besaba, y ella sonreía... la verdad es que en los segundos ya pasados, ante su baile de lujuria, sus ojos redondos y fijos habían acariciado su armonía, tal vez solo era un recuerdo, o una vivencia que parecía sueño, si, era algo espeluznante saber que todo moriría, pero mas fascinante seria para él, llenarla de recuerdos, a él le fascinaría, no era el mismo cielo de todas las noches, este envidiaba los cuerpos, y volaba coloreando espejos y dando reproches, esas miradas hetereas se quisieron trasladar por las calles, los canos se oían, las palabras no sobraban ni fallaban, era lo necesario, como que las hojas brotaban con rapidez, algo diferente se olía entre los pastos, algo mas puro, y si que fue así como los besos quisieron revelarse, otras aspiraciones se esperaban en esta noche con olor a leña, pero nada sobro, no falto ni un cruel regaño por la estupidez de los tragos, no falto ni frio ni calor, ni siquiera el sueño que nos hacia recordarnos mas vivos, las danzas de su cuerpo en cualquier ocasión, y ese cuarto de segundo en el que parpadeaba, ese era el mas hermoso de los tiempos, esas miradas que no quisieron faltar, porque ya con una se sentía satisfecho el susurro, si todo quiso ser satisfactorio, espeto ese espasmo que lo llevo a caminar pos los ríos, allí quiso morir un rato y revivió más feliz y con mas momentos, como siempre amante del cielo, nada de arrepentimientos, nada de vanos recuerdos, fue suficiente caminar hacia ella para alagarla como la imagen al espejo.
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Delfy
EXCELENTE.
Enrique Dintrans Alarcn
"no era el mismo cielo de todas las noches,
este envidiaba los cuerpos,
y volaba coloreando espejos y dando reproches...,"
Hay una insistencia en lo fundacional del acto... todo estaba listo, como seña del destino. Es casi un relato mítico.
Saludos
Sebastian Rodriguez Cardenas