El loco de la roca (Novela) -Captulo 7-
Publicado en Sep 27, 2013
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A las cuatro de la madrugada sonaron los despertadores sincronizados de los tres relojes.
 
- ¡¡Arriba!! ¡¡Ha llegado la hora de entrar en acción!!
- ¿Eh? ¿Qué sucede, Don Pedro?
- ¿No estás viendo que son las cuatro de la madrugada, Roberto Félix?
- ¿Y se puede saber qué usted ya preparado, Don Pedro?
- Mientras ustedes dos han dormido plácidamente, Don Carlos, yo no he podido pegar un ojo; así que ya tienen sus cafés bien calientes y bien preparados. No se preocupen por mí porque me he dado una ducha refrescante y tengo todos los sentidos despiertos; pero hagan el favor de no perder ni un sólo instante.
 
Entonces fue cuando Don Carlos Magno Sáinz Mayoz, Pepe Luis para sus alumnos y alumnas, descubrió la repetidora.
 
- ¿Va a llevar esa escopeta, Don Pedro?
- Efectivamente. Y bien cargada que está.
- ¿Cree de verdad que va a ser necesario usarla?
- Tengo miedo de que ese viejo sea un demonio. 
- Algo tan gótico puede responder al canon clásico de los diabólicos. Conozco muy bien a esa clase de seres.
- Como dijo La Fontaine, Roberto Félix, engañar al que engaña es doblemente entretenido.
- Los dos únicos móviles que puede tener un viejo al lado de una jovencita son la avaricia o la lujuria y ya sabemos que la avaricia no es, Don Carlos.
- ¡No joda, Don Pedro! ¿Está usted diciendo que Micaela está en poder de un lujurioso?
- Sí. Eso estoy diciendo. Y además añado que su lujuria debe ser algo así como el origen de su locura.
 
Minutos después los tres habían terminado de tomar el café y, saliendo de la mansión de Don Pedro Santamaría Sanemeterio, subían al automóvil de éste. Don Carlos en el puesto de copiloto y Roberto situándose en la parte de atrás, al lado de la flamante escopetas de caza del padre de Micaela. Se pusieron  rápidamente en marcha una vez que Don Pedro señaló la ruta a seguir en su GPS. 
 
- Me da la sensación de que es un ser mucho más poliédrico que todo eso de su supuesta locura.   
- ¿Poliédrico? ¿Puede usted explicarnos qué quiere decir con  eso de poliédrico?  
- Que tiene miles de caras distintas y que las utiliza en sus razones mitológicas para ocultar sus frustraciones, Roberto. Se lo explico multitud de veces a mis alumnos y alumnas del Taller de Actuación Cinematográfica.
- ¿Es por eso por lo que me exige los dos billetes para la Isla Hiperbórea?
- Sí. Es por eso, Don Pedro. Pero déjenme razonar. Según Eurípides, que coincide con lo que dice Shakespeare, el origen del mundo se reduce a dos personajes: Medea, que mata por pasión, y Poliméstor, que mata por avaricia.
- Me suena a literatura de cordel...
- ¿Qué sabes tú de la literatura de cordel, Roberto?
- Tragedias, Don Carlos, tragedias.
- Según dijo Shakespeare, "tú no puedes dormir porque han asesinado al sueño". Me da la sensación de que eso todavía no ha ocurrido entre su hija y ese tal Don León y, por lo tanto, todavía tenemos tiempo suficiente como para evitarlo.
- ¿Quiere decir que ahora deben estar profundamente dormidos?
- Eso quiero decir, Don Pedro.
- ¡Si ha dormido junto con mi novia le corto el cuello en cuanto le ponga las manos encima!
- Tranquilo, Roberto. Es muy extraño. Ya sé que suena a muy extraño. Pero estoy seguro de que ese personaje no es como tú estás pensando que es. No somos nunca lo que los demás dicen que somos sino que somos siempre lo que los demás desconocen de nosotros. He visto a muchos hombres equivocarse y condenar sin saber qué es lo que condenan. 
- ¿Por eso nos está dando un margen de confianza?
- Exacto, Don Pedro. Nos está dando un margen de confianza. Según usted... ¿qué puede significar para ese ser la confianza?
- ¡No puedo ni pensarlo! ¡Yo sólo quiero que mi hija no haya sufrido ninguna clase de daño!
- Como la haya violado... ¡¡le juro, Don Carlos, que el margen de confianza va a terminar en cuanto le rompa en mil pedazos la cara para que no pueda volver a mirarse en un espejo ese viejo verde que no tienen ni el más mínimo átomo de humanidad suponiendo que sea humano!!
- Tranquilo, Roberto, tranquilo. Según estoy interpretando su llamada telefónica cuando está pidiendo dos billetes para la Isla Hiperbórea ea que quiere establecer una conexión con la mente de Micaela y hacer que ella confíe plenamente en él. 
- ¿Sabe usted algo sobre esa clase de confianza?
- Pareceré poco modesto si digo que sí pero, efectivamente y dejando de lado lo que los demás puedan pensar sobre mí, sé mucho de esa clase de confianza. Yo, en todo este asunto, no soy tan hipócrita como para decir que no sé nada. No puedo creer que exista sabiduría alguna que se base en esa estúpida frase.
- Cuente, Pepe Luis, cuente... 
- Ser fiel a un proyecto es ser fiel a nuestros sueños y es por eso que ser fiel a una sueño es doblemente agradable: amor a un proyecto y amistad hacia un sueño. Ni por todas las lentejas de este mundo, aunque sean de oro o se acompañen de talegos llenos de miles de euros o cualquier otra moneda, se traiciona o se cambia cuando se está fielmente comprometido con esa clase de proyectos y ese género de sueños. Pertenecer a un mundo así es algo muy hondo, muy profundo, muy especial. Creo que ese tal Don León Tigre y Gato es uno de ellos. Medita con el alma y si medita con el alma es que es muy especial porque tiene total confianza en lo que es y en lo que sueña ser.
- ¿Está buscando una tercera vía?
- Eso es, Don Pedro. Está buscando una tercera vía. Está viviendo una representación atemporal entre su pasado y su presente y con ella busca su futuro.  
- ¡¡Para mí la tercera vía solamente es descuartizarle vivo!! ¡¡Si quiere buscar su futuro con alguna jovencita que elija a otra!!
- Tranquilízate ya, Roberto. La violencia le favorece porque has de saber que la violencia es el idioma de los irracionales, el lenguaje de los impotentes y el habla de los necios. Ese tal Don León no es nada de esas tres cosas pero tú te estás comportando como si lo fueras. Debes tener siempre en cuenta, dentro de tu pensamiento, que la violencia contra él le convertiría en héroe. Esa es su tercera vía. Busca convertirse en un héroe tal como lo sueña. En un semidios de su mundo fantástico y mitológico.
- Debe ser un tipo tan frío como el hielo...
- Te equivocas otra vez, Roberto. Por todo lo que he escuchado en su grabación es un ser demasiado caliente. Y ahí está su grandeza. Quiero decir que está sufriendo demasiado pero que permanece en pie.
- Por su tranquila manera de expresarse, aunque a veces se exalta como cualquiero otro ser, demuestra que domina mucho su temperamento.
- Eso es, Don Pedro. Tiene una esperanza guardada en su recámara sentimental. Y resulta que esa esperanza es tan trascendental para él que ha desatado su pasión; una pasión  que ha debido tener contenida en su interior desde que tuvo uso de razón. Creo que es un superdotado. Es de esos que, aun siendo un marginado durante toda su vida, nunca deja de luchar. Es una lucha sorda, Don Pedro, una lucha sorda con la cual ha aprendido a golpear para evitar que la vida le siga golpeando. Debe haber sido golpeado demasiadas veces. Pero eso es lo que le hace superior. Él, tan contrario a muchos cobardes que he conocido en la vida, sólo está defendiendo su éxito final. Está intentando hacer que nos adaptemos a su manera de pensar. Lucha contra un mundo que no le gusta y prefiere seguir soñando antes que renunciar a sus ilusiones. ¿Le recuerda a alguien, Don Pedro?
- Supongo que a un loco como Don Quijote.
- ¡Exacto!
- ¿Qué ilusiones amorosas puede tener un vejestorio de 85 años de edad, Don Carlos?
- Tienes mucho que aprender, Roberto Félix. Por ahora sólo sabemos unas pocas cosas de él pero... ¿qué sabemos de su verdadera personalidad?.
- Nada de nada de nada.
- De eso nada, Don Pedro. Yo al menos sé algo muy importante. Puede haber sido vencido muchas veces en su vida pero no está derrotado. ¿Por qué tienen ustedes dos esa clase de prepotencia al pensar que un octogenario no puede tener ilusiones dentro de su alma?
- No entiendo, Pepe Luis.
- ¿Tú crees de verdad que el alma sólo es propiedad de jóvenes como tú? ¿Y si llegaras a darte cuenta de que él es mucho más joven de lo que piensas e incluso mucho más joven que tú mismo? ¿Le considerarías un rival invencible ante los ojos de Micaela?
- No le comprendo, Pepe Luis. ¿De qué parte está usted?
- Tu problema es que sólo te dedicas a medir la vida como un momento de existencia nada más y crees que ese momento se pierde al llegar a ser unn octogenario. Pero ese tal Don León Tigre y Gato mide la vida de otra manera. Es un héroe de la resistencia. Sabe que ante los ojos de Micaela lo que más vale es la valentía. Y lo está demostrando. Tienes mucho que aprender, Roberto.
- ¡Debe ser entonces un loco!
- Es lo más lejano a un loco como usted está pensando, Don Pedro. Está tan lúcido que incluso es posible que se hayan cometido muchas injusticias contra él y los que son como él. Es el representante natural de todos ellos y todas ellas. Durante algún tiempo estuve trabajando mi tesis doctoral dentro de un hospital psiquiátrico. El noventa por ciento de todos los considerados como locos o como locas demostraron ser mucho más sensatos que el noventa por ciento de todos los que están considerados como normales. Sólo tiene usted que ver, leer o escuchar las noticias que se publican sobre las personas consideradas normales. Le doy mi palabra de honor de que en el noventa por ciento de los casos que analicé dentro del psiquiátrico no sufrían ninguna otra clase de enfermedad salvo la de estar enamorados y enamoradas. ¡Tenía usted que haberlo visto con sus propios ojos, Don Pedro, antes de catalogar a personas como él de loco! Generalizamos demasiado en la vida que llamamos normal. Quizás es lo que ha sucedido con este personaje. Debe ser uno de esos seres lúcidos que superan a la inmensa mayoría de los humanos y por eso se le llama anormal. Y es cierto. Es un ser anormal porque es un ser superior.
- ¡Usted puede superarle!
- Gracias, Roberto, por supuesto que puedo superarle... pero sólo si tengo la paciencia de esperar...
- ¡Esperar a qué, Pepe Luis!
- Esperar a que Dios decida, Roberto Félix. Si te consideras ya lo suficientemente hombre para superarle... ¿por qué no te enfrentas valientemente contra él?...
- No le conozco de nada.
- Pues entonces no te enfrentes con él y no perderás el amor de Micaela. Dejemos que Dios decida entre él y ella.
- ¡¡Demasiado para mi cuerpo!!
- Quizás es que sea verdad que no estás preparado para saber amar a Micaela.
- ¡Ah, no! ¡¡No voy a renunciar nunca a casarme con Micaela!!
- ¿Y si la ha violado ya pero no en contra de su voluntad? ¿Renunciarías o no renunciarías a esa chavala si ese vejestorio la ha violado ya con consentimiento de ella? ¿Considerarías que haber sido derrotado porn un octogenario te impediría seguir amándola? ¿No habláis tanto, vosotros los jóvenes, de la libertad de sexo? ¿Qué sucedería contigo si descubrieses que ella ha elegido tener relaciones con él usando esa libertad de la que tanto habláis pero de la cual no tenéis ni puñetera idea de lo que es? ¡El orgullo! ¡Sólo sois unos orgullosos que vais por la vida creyendo que no existen seres superiores a vosotros! ¿Me estoy equivocando, Roberto Félix?
 
Roberto Félix Alegría del Monteverde solamente guardó silencio...
 
- Muchos jóvenes tienen la fea costumbre de no saber demasiado sobre el amor, Don Pedro. Dicen que hacen el amor como si lo acabaran de inventar pero ni tan siquiera lo saben hacer. Posiblemenrte ese tal Don León esté dando una verdadera lección sobre lo que es amar sin condiciones. Me parece que la inmensa mayoría de los jóvenes de hoy ni saben con qué se come eso...
- ¿Intentando llevársela con él a la Isla Hiperbórea? 
- ¡Exacto, Don Pedro! ¡Introduciéndola en su Gran Sueño! Intentando hacer de ella su compañera en un mundo diferente. ¿Es eso amar o no es eso amar?
- Don Carlos, la Isla Hiperbórea no existe...
- Se equivoca usted, Don Pedro. Existe dentro de su conciencia y si existe dentro de su conciencia es que es mucho más real de lo que hombres como usted se imaginan. Los grandes triunfadores de la vida, y no pongo jamás en duda que usted lo haya conseguido ser de manera totalmente lícita que es algo que no siempre sucede, creen que todo lo que exite es todo lo que ellos pueden conseguir. Por eso no pueden ustedes ver que existen mundos ajenos que son mundos mucho más superiores. Don León ama a Micaela, pero no como pareja sino solamente como compañera de viaje. ¿Usted puede concebir algo superior a esa clase de amor tan desinteresado que no le importa que, por eso mismo, los demás le llamen loco? Recuerde los mensaje cristianos, Don Pedro, si es que usted cree en Dios. 
- ¿Usted sí le cree?
- Al menos lo intento. Y cuando intento comprenderle más y mejor le comprendo... así que olvídese de aplicar la violencia contra él mientras yo esté presente. Si usa la escopeta para acabar con su vida antes tendrá que usarla contra mí. Usted le considera un enemigo pero yo sólo le cosidero un rival. Estoy preparado para vencerle pero no para derrotarle. 
- ¡Usted es mucho más inteligente que él!
- Gracias otra vez, Roberto. Yo le puedo vencer pero el único que le puede derrotar es él mismo contra él mismo y, si no me equivoco, eso es lo que sucederá.
- ¿Cómo podemos estar seguros de eso?
- La seguridad consiste en saber anticiparse a la realidad.
- Eso es imposible, maestro.
- Debes aprender mucho más de lo que te imaginas. La realidad no es tan inamovible como crees y existen personas que la pueden transformar. ¿Te gusta o no te gusta el cine?.
- ¡Me encanta el cine!
- ¿Y todavía no has descubierto que el cine, cuando es cine de verdad, transforma las realidades para presentarnos otra realidad diferente?
- Ahora que lo pienso... ¡es verdad!...
- Entonces mientras Don Pedro se concentra únicamente en conducir el automóvil, ¿te gustaría imaginar algo así como dos realidades mágicas a través de lo que te vaya narrando?
- ¿Otra vez usted creando aventuras?
- Otra vez, Don Pedro, pero deje al muchacho que disfrute un poco para que relaje sus nervios. Usted concéntrese en seguir el buen camino.
- ¿Me está diciendo que soy un pecador?
- Si usted cree que he dicho eso es porque usted cree que su conciencia le reclama algo pero yo no estoy reclamándole nada. Siga el buen camino para no perdernos los tres. ¿De verdad quieres disfrutar un poco y de manera sana, Roberto Félix?
- De verdad.
- Entonces ve poniendo las imágenes a las historias cinematográficas que estoy pensando...
- Si eso me sirve de algo...
- Te sirve para poder entender un poco mejor a Micaela.
- Entonces sí. ¡Cuente!
- Deja que las imágenes entren en tu cerebro y visualiza.
- Estoy preparado...
- Medea era hechicera, hija de la oceánide Idia y de Eetes, rey de Colquidae, región situada a orillas del Mar Negro. Por la rama paterna es nieta de Helio, el Sol, y sobrina de la hechicera Circe y Pasífae, la esposa del rey cretense Minos. A veces se la considera hija de la diosa Hécate, patrona de las magas. Según esto podría ser la hermana de Circe y no su sobrina. Cuando el héroe Jasón, al frente de los argonautas, llegó a Colquidae en busca del vellocino de oro, Medea se enamoró desesperadamente de él. A cambio de la promesa de Jasón de una fidelidad duradera y de llevarla a Grecia con él, se sirvió de sus poderes mágicos para permitirle engañar a su padre y obtener el vellocino. Protegió con sus ungüentos mágicos a Jasón de los resuellos de fuego con los que le atacaban los toros que por orden de Eetes debía vencer y condujo al joven hasta el preciado tesoro, durmiendo antes con sus sortilegios al fiero dragón que guardaba el vellocino. Medea zarpó entonces de Colquidae con Jasón, llevándose a Apsirto, su joven hermano, con ella. Para escapar de la persecución de Eetes, Medea mató a Apsirto y dispersó sus restos en el mar. El rey se detuvo a recogerlos y la demora permitió escapar a Jasón y a su grupo. En otra leyenda, es Jasón quien mata a Apsirto después de que Eetes lo envíara en persecución de los fugitivos. Finalmente, Medea, en su huída, es capaz también de vencer a Talos, el gigante de bronce que el rey Minos había puesto como centinela de su isla. Cuando Jasón y Medea llegaron a Grecia, supieron que Pelias, el malvado tío de Jasón, había sido responsable de la muerte de los padres del héroe. Para vengar sus muertes, Jasón pidió una vez más a Medea que lo ayudara con su magia. Complaciente siempre a sus deseos, la hechicera consiguió la muerte de Pelias mediante una astuta estratagema. Les dijo a sus hijas que sabía cómo ellas podían hacer que su anciano padre recuperara la juventud y, para demostrarlo, descuartizó a una oveja de muchos años y puso los trozos a hervir. Después, soltó a un cordero joven, encantador y juguetón, que surgió de la caldera de agua caliente. Las hijas se convencieron de que podían rejuvenecer de manera semejante a su padre. Así, después de darle Medea a Pelias un poderoso narcótico, las hijas se dispusieron a cortarlo en pedazos, pero Medea desapareció sin decir las palabras mágicas que le habrían devuelto la vida. Después de esto, Jasón y Medea zarparon hacia Corinto, donde tuvieron dos hijos. Vivieron felices hasta que Jasón, cansado de Medea, repudia a ésta para prometerse a Glauce, la hija del rey corintio Creonte. Para vengarse, Medea, colérica y enloquecida, mató a su rival enviándole un vestido nupcial que la abrasa inmediatamente junto con su viejo padre que acude a socorrerla; a continuación mata, en el templo de Hera, a sus dos hijos, dos niños habidos de su unión con Jasón. Medea escapó de la ira de Jasón abandonando Corinto en un carro tirado por caballos o dragones alados, regalo de su abuelo Helio, en dirección a Atenas. Allí logró gran influencia sobre el rey Egeo que se casa con ella sin saber que Teseo es su hijo. Gracias a sus poderes como maga, Medea conoce la naturaleza de Teseo, un joven héroe que en ese momento llegaba a Atenas. Ella no deseaba que su influencia sobre Egeo se viera afectada por la aparición de un hijo, así que tramó con Egeo invitar a Teseo a un banquete y le dio un vaso con una bebida envenenada. Egeo voluntariamente conspiró con ella por miedo a que los atenienses prefirieran al popular y joven héroe antes que a él y quisieran colocar a Teseo en el trono. Afortunadamente, Teseo le hizo saber que era su hijo y Egeo arrojó el vaso con veneno. Medea escapó de la ira de Egeo junto a su hijo Medo, concebido de su unión con Egeo, y regresa a Cólquide, donde madre e hijo darán muerte a Perses que había traicionado a su hermano Eetes y usurpado el trono. Allí es donde se dice que murió feliz, reconciliada con los suyos. Se dice que obtuvo la inmortalidad. ¿Qué te ha parecido esta sinopsis cinematográfica, Roberto?
 
Roberto Félix despertó de su ensoñación...
 
- ¿Eh? ¡Ah, claro! ¡Muy interesante! Yo creo que demasiado interesante.
- Pues entonces visualiza la siguiente historia. ¿De acuerdo?
- De acuerdo.
- Poliméstor era un rey de los bistones del Quersoneo que se hizo cargo de Polidoro, al que su padre, el rey Príamo de Troya, había enviado allí para mantenerle alejado del asedio a su ciudad. Por desgracia para Polidoro, Príamo preveía la posible caída de Troya, y había enviado con su hijo el tesoro de la casa real para que pudiera sustentar a su familia en caso de tener que exiliarse. Mientras Troya resistió, Polidoro tuvo una vida acomodada en la corte del rey de de los bistonianos, pero cuando llegó la noticia de que su padre y su hermano Héctor habían muerto, Poliméstor asesinó a su huésped para hacerse con el tesoro y arrojó su cadáver al mar. El cuerpo de Polidoro flotó hasta la playa donde acampaban los aqueos, que lo entregaron a su madre. Hécuba, que ahora era esclava de los griegos, averiguó por un sueño quién había sido el asesino de su hijo así como los motivos que lo impulsaron. Deseando vengarse de tamaña traición sin ofender a los dioses, envió unos emisarios a Poliméstor pidiéndole que acudiera al campamento aqueo acompañado de sus hijos. Informó de todo a Agamenón, que al tener a la hija de Hécuba como concubina se vio en la obligación moral de cooperar en la venganza, a pesar de poder ser criticado por sus correligionarios, que tenían a Poliméstor como un aliado. Una vez que el rey de Tracia llegó, Hécuba se inventó una historia sobre un tesoro oculto bajo el destruido templo de Atenea del que guardaba algunas piezas escondidas en su tienda. Atraído por la codicia, y sabedor irónicamente de que Príamo había escondido sus riquezas, Poliméstor y sus dos hijos entraron solos en la tienda que le indicaron, donde Hécuba le arrancó los ojos y, acompañada por otras mujeres troyanas, mató a sus hijos. Entonces los tracios atacaron a la ex reina con piedras y flechas, pero ésta, poseída por la venganza se transformó en una perra negra y echó a correr aullando tristemente, por lo que sus atacantes, confundidos, se retiraron. Poliméstor vaticinó tras quedar ciego la muerte de Hécuba, Casandra y Agamenón. De momento ya es suficiente. ¿Reconoces o no reconoces ahora que las realidades pueden ser muy complejar por la gran cantidad diferentes que existen sobre ellas?
 
Roberto Félix volvió otra vez a salir de su ensimismamiento.
 
- ¿Eh? ¿Cómo dice, maestro? 
- Te pregunto por las fantasías. ¿Que son para ti las fantasías, Roberto?
- Supongo que algo inconfesable.
- ¿Por qué tienen que ser inconfesables las fantasías? Este viejo León está demostrando lo contrario.
- ¿Puede explicármelo mejor?
- Lo intentaré. Y ahora pon mucha atención antes de llamarle loco porque quizás esté más lúcido de lo que estás pensando tú y los que son como tú.
- Intentaré comprender... 
- Entonces pon tu máxima atención. ¿Qué son las fantasías? me pregunto. Y comienzo a responderme que las fantasías son los sueños más profundos de todo ser humano. Son los sueños más profundos con los que elaboramos el juego de superar los momentos bajos de la vida y elevarlos a las cimas de lo pletórico, de todo aquello que deseamos ser o alcanzar con el trasvase den los sueños a la vida real. ¿Estás poniendo la atención suficiente como para comprender lo lejos que están las fantasías de ser pecados inconfesables?
- Estoy empezando a comprender...
- Entonces puedo continuar sin tener que pedir perdón a nadie que me escuche. Las fantasías nos hacen crecer porque proporcionan las bases amortiguadoras con las que soportar el vaivén de las subidas y las bajadas vitalistas. Fantasías para creer en algo más que en todo lo que nos llega de la cotidianeidad prosaica. Fantasías para elevarnos con más fuerza aún en este afán por creer en algo más que el simple comer o el simple respirar. Fantasías para sentir, para querer, para amar... fantasías para conciliar las causas impuestas con los efectos deseados por nosotros mismos y así superar esa carga agónica de vernos presionados por realidades fantasmales de las que no hemos decidido libremente participar. ¿Vas siguiendo mi pensamiento propio?
- Lo voy siguiendo con total atención. 
- ¿Puedo continuar o crees que ya es suficiente?
- Creo que debe usted continuar... 
- Continúo. Fantasías para recuperar las metas que no se lograron alcanzar. Fantasías como profundos sueños que se convierten en objetivos llenos de perseverancia y constante esfuerzo por lograrlos. Sin las fantasías el ser humano estaría verdaderamente muerto... pero gracias a ellas, a esas profundas fantasías que nos inundan como archipiélagos floridos, podemos insistir en el caminar hacia metas recónditas. Y es cierto, como alguien dijo en su momento oportuno, que los sueños a veces se cumplen... y se cumplen porque las profundas fantasías son los que los inspiran. ¿Te has enterado ya del todo, Roberto?
- Supongo que sí...
- Pues para que dejes de suponer y puedas convencerte del todo escucha esto. ¿Por qué defiendo y amo a la Fantasía? Alguien dijo: reconozco y hago público que me encanta la Fantasía. Yo soy de los que opinan que la Fantasía es una realidad y es un componente muy importante de la naturaleza humana. Desde los tiempos más prehitóricos imaginables existe la Fantasía en los humanos. Sencillamente, sin Fantasía no se podría viviir; porque la Fantasía es un ingrediente esencial de todas las artes. La Literatura por ejemplo es Fantasía en un porcentaje muy elevado, y no solo en los cuentos y en los poemas que son profundamente Fantasía sino también en la novelas y en el teatro y hasta en los ensayos sesudos un componente muy elevado de su contenido es la Fantasía. La música está repleta de Fantasía y los mismo pasa con la Danza, la Pintura, la Escultura, la Arquitectura y todas las Artes en general. Y el ser humano es profudnamente artista desde los principios de su exisrtencia. Sin Arte no se puede vivir. La vida sería tan insoportable si solo tuviésemos comor referencia a la Realidad que simplemente dejaría de tener sentido. ¿Y qué son lo sueños sino Fantasías?. Sin sueños los humanos seríamos como pìedras. Por eso es lastimoso y penoso encontrarse a hombres y mujeres que perdieron toda capacidad de crear fantasías. Cuando estás con ellos te dan tanta deperesión que tienes ganas de morir. Y no lo digo por decir. ¿Llevaba o no llevaba razón quién lo dijo?
- Llevaba toda la razón.
- Pues ahora, y antes de seguir opinando que ese anciano está loco o no está loco, voy a terminar con lo siguiente: No podemos crecer, por así decirlo, sin adentrarnos en esa especie de senda luminosa que nos va haciendo descubrir los indicadores simbólicos de todos nuestros anhelos. Senda cualquiera, por allí por donde vivamos, que nos va forjando como personas dentro de la naturaleza de este mundo histórico que flota, hiperbólico, en nuestras manos. Buscamos, continuamente, los signos necesarios e imprescindibles, de carácter masculino y femenino, que nos producen la sensación de que somos tributarios de la realidad circundante; para ir forjando la verdad, la particular e intrínseca verdad de cada uno de nosotros, sin la cual no significamos nada. La existencia humana se consolida en la continua prolongación de nuestras ansiedades. Y siempre esas señas de identidad son un conjunto de fuerzas que nos acompañan hasta el final. Es lo que muchos llaman personalidad; la doble puerta por la que entramos a la vida y salimos de ella. En esa búsqueda de signos no todo es ruido comunicativo; necesitamos también un poco de tiempo diario en soledad para serenarnos y hacer acopio de voluntades con el fin de seguir abriéndonos rumbos en el sucesivo caminar de las cosas. Ese es el reto que todos nos formulamos para ir llenándonos de materia proyectiva y crecer en la dirección de nuestro maduro comportamiento. No hablo de normas rígidas y preestablecidas que coaccionan nuestra libertad, sino de la fungible y tangible tarea de superar el temor y entregarnos al destino de nuestras propias capacidades. Buscamos signos interpretativos que nos identifiquen, paulatinamente, a medida que vivimos los acontecimientos que más nos emocionan; los que dejan huellas indelebles en nuestro carácter y los que nos hacen sentir que hemos aprendido un poco más. Buscamos signos vivientes; signos que nos formulen la meta a la que anhelamos llegar con todo nuestro entusiasmo en plena ascensión de nuestros sueños; signos que superen las moribundas concepciones de quienes pronostican la fatalidad final. No. No hay signos que pronostiquen la fatalidad final. No existen. La vida siempre ha sido así. Sucede que hoy existen muchas pluralidades de signos que antes no existían. Pero la vida ha sido siempre así: una búsqueda de signos para interpretar el infinito. Y los sabios de este mundo buscan y buscan signos más allá de las estrellas... cuando los verdaderos signos de la vida están ante sus ojos. Son los niños y las niñas de este hoy en que nos convertimos en seres sin maldad. Pero los sabios de este mundo no comprenden bien. No comprenden bien por qué un niño o una niña puede amar una flor, jugar con un perro o transformarse en príncipe y princesa. Los sabios de este mundo siguen buscando signos más allá de las estrellas sin darse cuenta de que la estrellas están aquí, a ras de suelo, jugando a cosas tan infantiles como contar cuentos de gnomos y duendes encantados; contar cuentos de seres que vinieron de otros mundos. Fantasías. Sí. Fantasías infantiles son los verdaderos signos que los sabios de este mundo no aciertan a descifrar porque los están buscando más allá de las estrellas. Billones de galaxias titilan ante el ojo auscultador de los telescopios de los sabios de este mundo que no se dan cuenta que los verdaderos signos de la vida están aquí, a su lado, porque son los corazones latentes de esos niños y esas niñas que hablan de Peter Pan, que hablan de Campanita, que hablan de Wendy, que hablan de los Niños Perdidos del Bosque, que hablan del Capitán Garfio. ¿Te estás ya enterando de que ese anciano está amando a Micaela como si fuera un niño amando su juguete más fantasioso? ¿Eres tú capaz de amarla de esa manera tan completa?
- Esto... yo...
- No. Tú eres incapaz de amarla de esa manera tan completa. ¿Está loco Don León? ¿No está loco Don León? ¿Crees ahora que soy capaz de derrotarle o solamente de vencerle?
- ¡Usted puede y debe derrotarle!
- Yo puedo y debo comprenderle. Es algo muy distinto a lo que piensas tú.  
- ¿Puedo opinar algo sobre eso?
- Si quiere opinar... opine con conciencia, Don Pedro...
- Escuche, Don Carlos. Usted no puede ir en contra de mi hija.
- ¿Cree usted de verdad que su hija está siendo sometida por ese tal Don León?
- ¡Por supuesto que sí!
- Esperemos a que llegue el alba para ver si usted lleva razón... porque yo intuyo que es ella la que está sometiendo al anciano. ¿Pero no se dan cuenta ustedes de que ella es la Belleza y él ama a la Belleza? ¿Quién somete a quién, Don Pedro?
- ¡¡Un escarabajo, Don Pedro, un escarabajo!!
- ¡Pues lo siento por el pobre bicho pero no puedo evitar aplastarlo!
- Don Pedro... lo que está señalando Roberto no es un pobre bicho sino ese Volkswagen Argentina que se ve, al fondo, aparcado al borde del camino.
- ¡¡Ostias!! ¡¡Ya lo tenemos cazado!!
- Aparque usted suavemente, Don Pedro. Si ese automóvil es el que ha usado ese anciano es que Micaela y él deben estar ocultos en algunas de esas rocas que tenemos a vista de pájaro.
- ¡De acuerdo, Don Carlos, pero lo cazo, vaya que si lo cazo!
 
Don Pedro aparcó su Mercedes último modelo tras el Volkswagen Argentina de Don León Tigre y Gato e intentó seguir dirigiendo la soperaciones.
 
- ¡Ahora salgamos los tres por caminos diferentes! ¡¡Lo vamos a atrapar como a un gazapo dentro de su madriguera! ¡Juro que se le van a quitar las ganas de volver a meter miedo a ninguna otra jovencita!
- ¡Espere, Don Pedro! ¡Ni tan siquiera haga ademán de coger esa escopeta porque yo también juro que antes de que usted la use contra él va a tener que usarla contra mi!
- ¡¡Haga el favor de no entrometerse ya en este asunto de familia!!
- Pues resulta que para mí no es un asunto de familia sino un asunto de humanidad. ¿Quién le dice a usted que su hija está pasando miedo? ¿No se da cuenta de que quizás esté siendo feliz a su lado?
- ¡¡Soy su padre y la conozco mejor que usted!!
- Y yo le aseguro lo contrario. Es usted su padre y la conoce bien pero yo soy su maestro y la conozco mejor. ¿Lo cree posible o lo cree imposible? 
- Me deja usted sin saber qué contestar...
- Vamos a ver. ¿Qué sabe usted, en realidad, de su hija en cuanto a lo más íntimo de su hija?
- ¡La conozco desde que la parió su madre!
- Y yo la conozco desde que la parió su inteligencia.
 
A Don Pedro le pareció un chiste de pésimo gusto.
 
- ¡Oiga, Don Carlos! ¡Todo tiene un límite! ¡No estoy dispuesto a que bromee con este asunto y menos en este momento tan inoportuno para contar chistes!
- ¿Usted cree que estoy contando un chiste? ¿Qué sabe usted de la inteligencia de Micaela? ¿Ha hablado usted alguna vez con ella de algo tan profundo como la trascendencia de ser mujer?
- ¡Eso sólo lo hablan las mujeres entre sí! ¡Los hombres no hablamos de esos temas con las mujeres!
- ¿De qué temas habla usted con su hija?
- De temas normales.
- ¿De temas normales? ¿De qué buen día hace hoy, por ejemplo? ¿De cómo te va en los estudios, hija mía? ¿De adónde vas a ir con tus amigos, Micaela?
- Pues sí. De todo eso.
- O sea, que usted nunca ha hablado con ella de algo tan profundo como es la trascendencia de ser mujer...
- ¡¡Yo soy un hombre!!
- ¿Y qué cree que soy yo?
- ¡¡No dudo que usted también lo sea!!
- Pues entonces deje la escopeta en paz y vayamos a buscarles los tres juntos. Unidos somos más fuertes y, como dijo Esopo, "unidos, nos mantendremos en pie; divididos, nos caeremos". Es muy peligroso subir separados por estas laderas tan escarpadas. Les recuerdo a ustedes dos que si les encontramos él puede reaccionar en contra de su voluntad. ¿Quiere ver muerta a su hija, Don Pedro?
- ¡¡Jamás lo voy a permitir!!
- Olvida usted que ella está con él... quizás porque él si ha hablado con ella de la trascendencia de ser mujer. ¿Y tú, Roberto Félix, de qué hablas con Micaela cuando estáis solos?
- No puedo contarlo...
- ¿Por que le hablas de cursilerías sin sustancia alguna?
- No puedo contarlo...
- No puedes contarlo porque no es trascendente. A veces ser novios solamente durante veinte días en mucho más completo que ser novios durante nueve años. ¿Me equivoco mucho, me equivoco poco o me equivoco lo normal, Roberto Félix? Responde sólo si sabes lo que es mucho, lo que es poco o lo que es normal en una relación entre chica y chico. ¿Te atreves a explicarnos, ahora que estamos los tres hombres solos y no hay mujeres espiando, lo que es una relación entre hembras y machos?
- Esto... yo... no...
- ¿Qué te sucede, atleta? ¿No eras tan valiente cuando decías que le ibas a romper la cara en millones de pedazos? Me recuerdas a cierto tipo que se las daba de fuerte cuando sólo era un mandria esmirriado nada más. Prometió que me daría una ostia y llevo muchos años esperando a que me la de porque le he visto en miles de ocasiones y ha tenido miles de ocasiones para intentar darme esa ostia. ¿No será que se ha enterado de que el que le puede partir la cara de una ostia soy yo a él? ¡Pobre pibe como dicen los argentinos!  
- Esto... yo... bueno...
- ¿Puedes explicárnoslo o no puedes explicárnoslo?
- Es que los dos somos vírgenes. No puedo saber todavía cómo reaccionamos como hembra y macho.
- Está bien. Una vez todo aclarado salgamos los tres del automóvil y síganme sin hacer ruido alguno. Muchas veces, cuando ya habíamos terminado de rodar algunas escenas de "Latona", Micaela se acercaba a mí simplemente para ver si la comprendía. Me daba un beso en la cara, me miraba a los ojos y se quedaba con un gesto de felicidad indefinible; ese gesto de felicidad indefinible de quien sabe que es imprescindible para la vida de otro ser humano. Cómplice de su sonrisa, yo la recuerdo siempre como alguien que entró en mi corazón; en ese rincón de nuestra anatomía física donde se quedan alojados los diálogos del amor. Sólo puede sentirse algo así de sublime si te estremeces sólo de pensarlo. Pensar algo trascendente ayuda a ser alguien. Por eso la siento como parte de la historia de mi propia existencia. No estoy diciendo que intento arrebatarles su amor porque yo ya tengo a una mucho mejor que ella en todos los sentidos sino que estoy intentando hacerles comprender que se puede sentir como un ser humano planificando sus sueños de mujer. Eso es lo que le he enseñado en mi Taller de Cine. Esa es la trascendencia de la que les hablo. Sólo sé que es la que no ha sido nunca... y posiblemente ese tal Don León esté sintiendo hacia ella lo mismo que yo... así que si él está loco yo también lo estoy... y resulta que un loco sólo puede ser vencido por otro loco... asi que el que dirige las operaciones para atraparle seré yo y nadie más que yo. Usted será su padre, Don Pedro, y tú serás su novio, Roberto Félix, pero si no quieren perder el amor de ella no hagan nada en contra de su voluntad. Según he leído hace poco, la crítica Estrella de Diego, que es una mujer, ha escrito algo así como "dicen que lo abrazamos todo, pero no atrapamos sino viento". Quizás pueda ocurrirnos a nosotros lo mismo en esta ocasión. ¿Cuál es, en realidad, el lado de la vida más agradecido?
- Ese tipo es diferente a todo lo conocido, Don Carlos.
- Por eso, Don Pedro, por eso debemos convencernos de que el héroe verdaderos es totalmente diferente a todos esos héroes que nos venden pero que son pura filfa nada más. Don León puede ser un loco o no puede ser un loco... pero es un héroe diferente porque es un héreo verdadero y no esa clase de mitos que la sociedad de consumo nos hacen digerir como héroes. Escuchen bien los dos. No no vamos a enfrentar a un héroe como todos creen que es un héroe sino a un héroe verdadero en sí mismo. Tengo mi propia teoría sobre eso.
- ¿La puede exponer en breves palabras antes de ir a por él?
- Lo voy a exponer en breves palabras... pero después vamos a ir los tres juntos y sin ninguna clase de armas. Ustedes dos van a seguir mi camino porque yo conozco mejor este paisaje y porque yo conozco mejor el alma de ese personaje. ¿Entendido?
- Sí, maestro.
- ¿Y qué dice usted, Don Pedro?
- Primero dígame qué clase de héroe es ese tipo según su teoría.
- Si lo prefiere así lo haré de esa manera sin más prámbulo y antes de que nazca el alba.
- Pues dese prisa porque ya quedan pocos minutos para que nazca.
- ¿Un hijo? ¿Va a tener un hijo mi novia?
- ¡¡Cállate, bobo!! ¡Estoy hablando del alba!
- No perdamos tiempo en decir tonterías. Antes de que los rayos de la Luz nos hagan entrar en acción, escuchen lo siguiente. Puede ser importante o no puede ser importante... pero es trascendente...
- Hable, Don Carlos, o calle para siempre.
- No me voy a callar, Don Pedro. La lubina blanca salta por entre las aguas mientras el aliento de azufre se extiende haciendo la pascua a las gentes de bien vivir. Vasijas rotas. Algunos que se ahorcan sin ninguna clase de sentido. Y la lubina blanca sigue saltando por entre las aguas... Un sendero luminoso que se apaga de repente y la puerta de un hogar se hace luz devolviendo oro por plata. Si. A veces las aguas blancas se vuelven doradas en el atardecer marino. Campañas. Conciertos. Congresos. Actos públicos para vendernos ideologías extremas mientras remamos contra corriente siguiendo los saltos de la lubina blanca. La economía está surgiendo a flote mientras nos vamos al supermercado para hacer inventario de lo que podemos gastar con la tarjeta de crédito. A falta de créditos bancarios es una excelente forma de mantenernos en forma ejercitarnos, como si fuésemos niños de la calle, en jugar a corderos mientras otros son los lobos. La mejor manera de salir de este enredo es tomarnos tranquilamente un café sentados en la terraza del Rincón de Pepe. Si. Es una forma sencilla de seguir viviendo mientras otros se matan por coger un puesto en los restaurantes de lujo a donde van a comer los artistas del glamour. Glamour. Otra vez la dichosa palabra que es, simplemente la falsa teoría de la prosperidad "caiga quien caiga"... y nosotros seguimos con nuestro café hablando de cosas tan serias como quién lleva el mejor peinado de las chavalas que pasean por las calles o quién fue aquel futbolista llamado Peporro. El camión de la basura pasa recogiendo los desperdicios. Pasean un ataúd con flores de acanto. A cal y canto cierran sus casas los del corazón de piedra. Bueno. Es hora de tomar chocolate mientras la lubina sigue saltando las aguas corriente arriba. ¡Que vienen los españóles!. Se asustan los europeos. ¿Qué tendremos los españoles y las españolas que tanto temor despertamos en los pueblos extranjeros? Quizás sea, únicamente, que sabemos de la calidad del jamón de Jabugo. Una sonrisa sale de tu divino rostro y yo pienso: "Esto sí es en verdad un sueño hecho realidad". ¡Qué vienen los españoles! siguen atemorizándose los extranjeros por las calles de España. Extraña paradoja. Pero es que la vida se ha convertido en eso. Extrañas paradojas exceptos los que amamos el cuerpo de nuestras enamoradas. Bueno. Hora de escribir algo más profundo mientras la lubina sigue saltando hacia arriba y nosotros vamos de paseo, ahora, hacia abajo... Escribo: "Los personajes que más nos fascinan de la historia, real o mítica, siempre son los héroes y, sin duda, la heoricidad más gloriosa, de todas las que han existido, puedan suceder o imaginarse, es la de Dios mismo, al hacerse hombre, enfrentarse con el diablo, el pecado y la muerte, cargando todo el mal sobre su cuerpo y alma, para librar a la Humanidad del horror eterno de la condenación, del castigo merecido, sin tener un ápice de duda o miedo, de egoísmo o rechazo, y vencer totalmente, por puro amor. Seguimos con nuestro paseo. Seguimos bajando, bajando, hasta llegar a la orilla del mar. Monta sin miedo en mi barca te digo. Y tú sonries y me dices. "sólo quiero estar tumbada en la playa". Mañana saldremos de nuevo al mar... y mientras las lubinas siguen saltando hacia arriba, contra corriente, yo me dejo arrastar por la mirada de sus ojos y me hundo plenamente en el interior de su sombra... mientras la luna se refleja en el contorno de su corazón. ¿Quiénes son los verdaderos héroes, Don Pedro? ¿Y tú que opinas, Roberto Félix?
 
Don Pedro no dijo nada pero Roberto Félix se atrevió...
 
- ¿Quienes tienen la Fe como fuente de la Felicidad?
- Exacto, Roberto Félix. Si Dios fuera ajeno no podría ser exacto. Los verdaderos héroes creen en Dios, siguen a Dios, luchan por Dios. Así que o Dios está en el centro de nuestro corazón o no somos tan creyentes como decimos ser. Los que se erigen como héroes porque el mundo les convierte en héroes y nos los imponen forzosamente como héroes, no entienden que la vida es diversidad y que es desde el mismo centro de nuestro corazón de donde debe salir esa juventud que sobrepasa edades y fronteras. Del amor se habla mucho pero casi nadie habla del amor con la plena conciencia de amar lo que hay más allá de sus intereses humanos. Nos han fabricado a muchos héroes y heroínas como paladines del amor. Falsos. Héroes y heroínas con tanta falsedad que se nos derrumban cuando los conocemos de verdad. ¿Es el verdadero amor una coordenada humana? Si todos supiesen que el amor debe ser infinito todos sabrían que el amor sobrepasa todas las coordenadas humanas que nos quieren introducir en el pensamiento a fuerza de contarnos mentiras y a fuerza de crear falso héroes que, además, están basados en las mentiras. ¡Miren! ¡Acaba de amanecer definitivamente! ¡Miren hacia el infinito! Quizás la presencia de Jesucristo nos ilumine para poder acertar...
 
Y el alba alumbró toda la escena...
 
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela de Ficcin y Guin literario para Cine.

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Narrativa Relatos Guion Cine Ficcin.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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