ZARPAZO
Publicado en Sep 29, 2013
¿Esto? No lo sé. A cuantos relato el suceso me inventan historias que les satisfagan. Sucedió en esta habitación. Con él ahí donde usted lo ve. Cuando joven, me lo regalaron de un poblado cercano a la selva. Allí nació y entre sus cuatro hermanos fue el único negro. Al mirarnos, a pesar del tiempo transcurrido, nos preguntamos lo mismo. De alguna manera me siento culpable aunque nunca le he confesado nada. Entré a la sala y estaba en el centro de la habitación, agitando su cola de manera amistosa y mirando hacia la pared. No había nadie más pero continuaba moviendo su cola y saltando con entusiasmo. Le observé sin llamarle la atención, para no distraerlo, esperando que se calmara. Su retozo aumentó. Entonces me le acerqué porque deseaba acariciarle la cabeza y mostrarle que yo estaba allí. Fue un zarpazo certero donde el brazo se desprendió como si le hubieran hecho una invisible cirugía. No hubo sangre. Mi perro ladró y corrió a ocultarse bajo una silla. Ningún dolor. Ahí sigue en la vitrina, ni siquiera desprendí el reloj. Acérquese y mírelo, la camisa sigue igual de impecable, sin arrugas, sin ninguna gota de sangre.
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GLORIA MONSALVE
logras el suspenso en tu historia y como en la ficcion queda la incognita del que fue lo que paso,, de quien fue el culpable.. cosas extrañas pasan sin explicacion, pero pasasn
abrazos