Mi nuevo hogar
Publicado en Oct 02, 2013
Llegué a la una de la madrugada al último país comunista de Europa, no para ser un turista, sino para pasar tres años de vida en Albania, quizás hasta seis. Las calles eran tranquilas, casi sin autos, casi sin personas. Camino al hotel, observé como arquitecto, museos, mezquitas, teatros y edificios iluminados como recién restaurados. Pasando por una de las calles principales de Tirana me llamó la atención un edificio que parecía una sombra muerta sin iluminar. Luego de dormir en un cuarto de hotel el cansancio de un viaje en avión de veintícuatro horas, me levanté muy temprano para ver la ciudad desde lo alto del hotel. Cuando abrí la cortina, lo primero que se me apareció enfrente de mis ojos fue ese edificio demacrado y sin maquillaje. Con la tripa hambrienta, bajé a desayunar al restaurante. Luego del desayuno intenté leer el periódico, sin ningún resultado. El curso de albanés no ha funcionado, comprobando, una vez más, que no soy un genio en idiomas extranjeros. Salí a caminar en los alrededores del hotel, acompañado con el frío de la mañana, esperando la cita que tenía con una persona que me ayudará a buscar una vivienda. Algunos minutos después de ese corto paseo, estuve con él en su auto. Con mi mocho inglés le pregunté por qué no reparan esa pirámide, cuya sombra me había intrigado la noche anterior, pues esta obra arquitectónica podría ser un atractivo para la ciudad. Él me contesta que nadie tiene el deseo de restaurar es negro edificio lleno de moho, es más, me dice que si quiero, puedo pisotearlo y aventar piedras sobre los vidrios ya rotos, sin tener miedo ni a los policias, pues ese edificio es la máxima representación de una dictadura. Después salimos a buscar una vivienda para vivir en un país donde se respira libertad...
Página 1 / 1
|
Ana Belen Codd
Buen método pra escribir amigo...
Anita Codd
Carlos Campos Serna