El escritor francés André Gide dejó escrito que "muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan ante nuestro espíritu hasta que es ya demasiado tarde". A veces sucede en la vida esto, que no sabemos acertar a decir Te Amo en el momento justo en que el destinatario o destinataria se encuentra presente y lo decimos cuando ya no nos puede escuchar. 
En el año 550 a.JC. un sabio de Atenas llamado Solón dijo que "la palabra es el espejo de la acción". Esa vez que no supimos decir a tiempo un Te Amo es porque no supimos dar un beso a la persona que teníamos al lado. Faltó la acción. 
"Hay palabras que sólo deberían servir para una vez", señaló Chateaubriand. Pues bien. Yo te he dicho un Te Amo una sola vez y todas las demás, las de todos los días, es esa misma y única vez.
Sí, Liliana, Te Amo siempre por primera y única vez, con el mismo beso, con la misma caricia, con la misma voz, con el mismo sueño y con la misma fe.