Tuve el deseo de que me amaras y te amé...
lo "decreté", me "programé"... hasta que lo sentí...
luché incluso por ti y algunas veces,
conseguí tenerte abierta, desnuda, enamorada...

Tuve el anhelo de que me correspondieras y te amé,
establecí una "comunicación", "directa" y "clara",
cubrí cada uno de los palmos de tu piel como la mayoría de tus requerimientos...
¡y por supuesto que te expliqué lo que necesitaba!

Pero tu nalga alegre...
se decantó por una tanga elástica y flexible,
para subir y bajar en un instante,
ante eventos eróticos fortuitos...
pero lo que tus pezones color rosa pretendían...
era lucir erectos a mil ojos...
amamantar a un pueblo de amantes insurrectos...
emular a Ania Lisewska y Mesalina...

Ah!, errar al amar...
es entregar las perlas a los cerdos!,
la enciclopedia a un analfabeta!,
un Boticcelli a un ciego!,
una champaña al teporocho de la esquina del barrio!
la presidencia a Peña!,
o exclamar una de mis frases más sabias a los sordos!:

"errar al amar, a veces es peor...
que simple y llanamente... masturbarse"...