EH perdido la cuenta,
De los días que no estuve,
E extraviado el sentido,
De las sabias palabras.
 
 Me mantuve ocupado,
 En mis obligaciones materiales,
 En esas tareas mundanas del día a día,
Que repiten de manera incesante:
"Monotonía, monotonía"
 
Estuve ausente de mi vocación,
De hacer lo que me gusta por amor,
De alimentar, mi alma de escritor,
Que yacía muerta en el velador,
En unas paginas blancas de un borrador.
 
Había olvidado ese placer, de escribir por escribir,
 Y sin darme cuenta crear,
Un universo sin igual, 
Al hacer explotar,
 Mi inconsciente y nada más.
 
Y luego de estar tanto tiempo,
 En ese letargo de invierno,
Amarrado entre sabanas y lamentos,
Volveré junto con la primavera,
Hacerme presente nuevamente,
 Dejar de estar ausente, y vivir.
 
Y ni buenas calificaciones,
Y ningún objeto material,
Pueden darme el bienestar,
 De vivir alegremente,
 Entre palabras y pensamientos,
 Que retozan de mi ser,
Y dejan de ausentarse,
Para volver a nacer.