En español significa Toda la Noche de Jazz - Música en Vivo. Y eso fue lo que estuve escuchando en el Centro Deportivo Municipal de la Ciudad Valdeluz, este 19 de octubre del año 2013 después de Jesucristo. Inolvidable. Sencillamente fue inolvidable ver la perfecta sincronización de trompetas, trombones, saxofones, batería y piano electrónico más una especie de mezcla de sonidos y la fantástica voz de la cantante. Entre el extenso repertorio que duró una hora y media pude reconocer algunas melodias, sobre todo "New York New York" y "La Pantera Rosa"; además de otras que por ser en inglés no puedo titularlas pero las tengo dentro de mis neuronas.
 
El asunto es que, escuchando jazz, me remonté a algunos años atrás. Una noche fría de Madrid. Una cantina oscura. Entro y escucho jazz. Sólo que en esta ocasión ya no soy soltero y me acompaña Víctor. Entre victoria y victoria siempre hay algo que contar. Importante todo. Singularmente los solos de saxofón han sido increíbles pero lo más increíble de todo es que nadie desafinara y todo el grupo se complementara casi a la perfección. La perfección humana no existe pero existe la casi perfección.
 
Vuelvo a la noche madrileña. No sé por qué cuestión entiendo que alguien me estaba observando. No tenía miedo ni tan siquiera sensación de miedo, pero alguien me estaba observando en aquella noche madrileña mientras ahora sonrío al recordarlo. Esta noche vivida en pleno éxtasis nocturno de Valdeluz me da la suficiente luz como para entender que todo aquello que nos resulta importante se queda en la memoria como algo inolvidable. Si lo importante es lo inolvidable, escuchar jazz a ciertas horas de la noche te hace sentirte tan joven que terminas por ser tan joven como deseas. Por ejemplo cantando bajo la lluvia.