Por si fuera poco la que nos está cayendo, ahora resulta que sube el precio de la resina. ¿Dónde van a poder hacer sus necesidades los pobres gatos pardos? ¿Y los pardillos? ¿Qué sucederá con todos esos pardillos que no saben ya dónde trenzar sus trenzas como de alpargata completa? ¿Alguien respeta a alguien? Las resineras dicen que suben el precio porque ha bajado el cacahuete, pero el cacahuete ya no está de moda ni entre los monos. Y, además, los cacahuetes se han vuelto alcahuetes y no hacen más que mentar y comentar infundios contra todos los sabios de nuestra querida patria patriarcal y patricida. Así que ya tenemos un futuro marcado aunque muchos riñan por un puñado de almendras peladas. ¿Qué pasa con las almendras peladas para que le echen las culpas del asunto del precio de la resina? Lo voy a explicar de manera su cinta a ver si a algunos ya se les cae la cinta india de la frente y quedan liberados para poder pensar por sí mismos. 
 
Primeramente, tenemos que tener en la inteligencia (cosa que dudo que abunde en demasía), como dice Benito. Los almendros no son almendrucos y resulta que los almendrucos abundan más que las almendras peladas. Si utilizamos una bicicleta para transportarlas te pueden asaltar los guiris civiles y si las llevas debajo del sobaco terminan por oler mal. ¿Qué hacemos con las almendras peladas? Hay cuatro modalidades a tener en cuenta: las almendras peladas clásicas más bien pasadas y secas; las almendras peladas neoclásicas más bien poco hechas; las almendras peladas modernas que están todavía verdes y las almendras peladas neomodernas que todavía hay que esperar a saber bien a qué saben. Y es que Benito tiene ideas de casquero; o sea, cortas y de pensamiento aún más corto si es que se puede llegar a tal grado de ignorancia.
 
Segundamente, el Antonio está que se sube por las paredes con esto de las almendras peladas porque es más reaccionario que un reactor a chorro de esos que ya no se usan en los desfiles militares por culpa de los que no entienden diciendo que entienden. ¿Qué le ha pasado a Antonio cuando se sube de esta manera tan impropia por las paredes? ¿Se ha vuelto loco de repente por culpa de las almendras peladas que no logra alcanzar o las almendras peladas le producen alergia? Si comparamos a las almendras peladas con las resinas resultan algo más comestibles. No sé qué pensarán los gatos pardos, pero los pardillos que abundan tanto en nuestro suelo patrio me darán quizás la razón (y si no me la dan no importa nada de nada y de nada) cuando descubran las avellanas. Las avellanas ya no contienen resinas luego son más baratas y digestibles. Un tío montado en una moto las va promocionando a grito pelado y las vende hasta peladas del todo. Eso sí que es digno de admirar porque hasta el gran Quevedo haría una oda triunfal si los viera.
 
Terceramente, las ruedas de los coches se están pinchando más que el año pasado, porque resulta que los estadísticos de las estadísticas de los almendrucos, y de verdad que hay muchos almendrucos en las estadísticas nacionales repartidos por todo el país, informan que ha habido un millón por ciento de pinchazos más que el año pasado. Y eso sin contar los pinchazos telefónicos. En resumen, que hemos llegado a un Rércod Guinnes si habernos dado ni cuenta. Pero no perdamos los estribos para no caernos de las jacas en plenas galopadas y volvamos al asunto de las avellanas. ¿Son sevillanas las avellanas? Eso es más tontera y media que decir que los altramuces son arcabuces disparados contra los nidos de los pájaros, pero resulta que esto último sí que es verdad según cuenta Tricinio en sus comentarios de "Me suena tu cara y no sé por qué" (última producción televisiva que se nos avecina). Tiempo al tiempo.
 
Cuartamente, si las resinas suben sus precios, y aunque Abel no ha debido todavía matar a Caín en plena y justa revancha, los altramuces no son sevillanos porque resulta que tienen un color como tirando a mezcla de carburo con manzanilla y huelen a petróleo que apestan. ¿Vendrán los altramuces de la Península Arábiga como sí sucede con algunos que otros pistachos que andan sueltos y sin cuartel? Me "paíce" (bonita manera de decir me "parece") que en los mercadillos te regalan un paquete de altramuces por cada kilo de gomas de mascar a lo Mascate. Lo saben hasta en Adamuz de la Frontera. Y es que hoy en día los jeques no saben en qué invertir y los de los mercadillos son muy pardillos pero que muy pardillos.
 
Quintamente, y en el lado tal como al costado negativo que tienen algunitos que yo me sé de memorieta porque son avaros hasta las médulas de sus osamentas, todos los españoles y todas las españolas preferimos ahora las gominolas para la boca (a buen bocado nadie mira los dientes del cocodrilo) que las gominas para el pelo; aunque los hay que todavía perduran en esa fea costumbre tan aceitosa porque todavía no se ha enterado Enrique "El Facha" que las gominas en el pelo ya están "out". Así que un respeto, por favor, a las gominolas porque están "in" y se pueden comer aunque estén caducadas. Sobre todo porque pasamos mucha hambre y escasean los polvorones que algunos esconden para subir sus precios allá por las carnestolendas navideñas. Es tal el atropello que se está llevando a cabo con los polvorones a diestro y siniestro y aquí te pillo aquí te mato que eso ha sido la culpa de que hayan subido el precio de las resinas y a ver qué dice a todo esto Don Resines, el que prefiere tener pelo aunque sea verde como el limón todavía sin madurar. ¿Estamos o no estamos pensando en el precio de los aguacates? Quizás pudiera ser pero yo no digo ni sí ni no sino todo lo contrario que Don Resines esté pensando en las cacatúas brasileñas. Ni entro ni salgo en esta cuestión de los pelos verdes. 
 
Sextamente, no hay ni sextamente ni ná de ná. Lo que sucede es que ya no tenemos vergüenza en pelar pipas de girasol mirando al sol como hacía el locainas de Van Gogh. Con lo inmoral que es eso de pelar la pava ahora resulta que se pone de moda pelar la pipa. A ver qué sucede dentro de una semana porque las cosas es que se acelerán más de la cuenta. Y a ver si dejan ya en paz el precio de las resinas porque los gatos pardos tienen derecho a hacer pis como Dios manda y no digamos nada de los pardillos de esta granja nacional. Me refiero a los pardillos de El Pardo y sus alrededores que no hacen más que piarlas. Mientras tanto esperemos que se les pase ya el cabreo que dura décadas exactamente. Y a ver si imponemos la paz con el precio de las resinas y se bajan de las nubes porque en una de estas va a soplar el viento y ¡¡¡zascazás!!!. Si las avellanas son sevillanas los melocotones son de Torrelodones. Dicho en poesía queda hasta mejor. Y ya está. 
 
A ver que hacen ahora los del Guadalajara que ya están los primeros porque estamos todos más nerviosos que los osos. ¿Y el madroño? ¿Qué pasa con el madroño? Eso lo explico otro día, que va a ser que no, cuando sea algo más tarde. Por si las moscas de moscatel, Don José Antonio. ¡Tírate de la moto, chaval! ¡Hay castañas calientes! ¡Hay castañas calientes! ¡Y hay castañas calientes! Yo es que lo que me pasa, Don José Antonio el de la moto, es que me Río de la Plata y me Río de Janeiro cuando entro en el aula y recuerdo toda esa tontera y media que tienen algunos periodistuchos de decir que "el mensaje es el masaje" Don José Antonio. ¡Amos venga ya! ¡Eso no te lo crees ni con "El Pirulí" en la boca ya que estamos en Televisión! ¿No será que dicho caballero ha leído demasiado a "La Familia Cebolleta"? Pues eso. A dormir la mona que se está nublando y vienen los del jazz a dar la serenata. ¡Tírate de la moto, chaval! Y fin de fiesta nacional: ¡Tachún! ¡¡Tatachún!! ¡¡¡Tatatachún!!!