Como consecuencia de los desmadres sexuales de los tan famosos y afamados "amores libres" de la década de los años 60, allá por alrededor de finales de dicha década y principios de la de los años 70 se pusieron muy de moda, para gentes con algo de dinero en sus bolsillos (o sea pudientes) la costumbre de acudir a los "picaderos" de la ciudad de Madrid (capital de España). Una de las zonas más famosa era la llamada "Costa Fleming" que, como su nombre indicaba, era la correspondiente a la Avenida del Doctor Fleming y calles adyacentes alrededor de ella. Pero ¿qué eran los "picaderos" de Madrid capital?
 
Según el Diccionario se llama picadero al sitio o paraje atajado con cuatro paredes, vallas o barreras y con figura cuadrilongue donde se adoctrinan los jinetes y los caballos. Hay picaderos cubiertos y descubiertos. Si nos damos cuenta esta definición "encierra" dentro de sí misma otra clave de significación: "montar" gracias a los dineros de los pudientes. En otras palabras más cristianas y simples: los "picaderos" -de los cuales sabía tanto Luis que me los enseñaba con gozo y placer aunque yo sólo miraba nada más- eran los apartamentos, de más o menos lujo, que usaban los "señores del dinero contante y sonantte" para celebrar sus desmadres sexuales con las "señoritas de más o menos elegancia"; aunque a muchos les metieron gato por liebre pues eran las mismas que las de la calle Valverde y otras barriobajeras revestidas, repeinadas, repintadas y con "apariencias2 de señoras condesas, marquesas o vaya Dios a saber qué titulaciones más... pero que tenían más "carreras" que un Ph. D. en Filosofía.
 
De entre los "picaderos"madrileños donde tantas orgías sexuales -más drogas y otras peculiaridades propias de aquel género de vida y vaya "género" que se llevaban los incautos- una de las zonas más famosas, vuelvo a repetir, era la denominada "Costa Fleming". Pues ya está. Prostitución de lo vulgar mezclada como prostitución elegante. Muchos cayeron como congrios en el anzuelo de las de Valverde. Parece mentira pero fue verdad. Luis sabe mucho de esyo, me enseñó algunos de los apartamentos de "parrandas orgiásticas" e incluso me invitó a alguna de sus acudidas a "picaderos" que él creía selectos. Yo, en realidad, sólo me reía de tanta incapacidad para saber distinguir. En definitiva, lo de los "picaderos" de la "Costa Felming" me lo sabía de memoria pero en cuanto a lo de ser "picador" pues la verdad es que no "piqué" nunca en su trampa. Y cierro mi Diario con una sonrisa. Jejeje.