Tan numerosas serán las alternativas,
Posibles de emprender en cada dilema de tu vida,
Que resultara lógico aceptar la presencia,
De la duda que anteceda a la toma de cada decisión…
 
No creo que la duda sea mediocre,
Por lo contrario, creo que antecede a la posibilidad,
De llegar a tomar conciencia y responsabilidad…
 
La duda sana, incentiva a la meditación…
Y de la meditación emergen las mejores decisiones…
 
El deseo incontenible por aprender,
Siempre encuentra sabiduría…
 
Y más allá de ser consciente de saber mucho o poco,
Creo que nunca es del todo fácil,
Distinguir a la perfección cada prioridad…
 
Siempre me agrado escuchar los consejos de abuelos…
“Procura tener al día tus tareas”…
 
Y sin embargo, el tiempo me genero dudas al respecto…
 
Cuando agotado creí prioritario descansar,
Luego salí corriendo en madrugadas,
Con alguno de mis hijos al medico, despabilándome…
 
Quizás, a partir de ese mínimo ejemplo,
Comencé a ser más abierto a las posibilidades improvistas,
Y a estar atento a la temperatura de sus frentes…
 
Descubrí que llegado el caso,
Una tarea se puede postergar.
O que resulta sumamente importante postergar…
 
Descubrí que ante los improvistos de la vida,
Lo que ha de convenir, es:
“tener la paciencia al día”…
 
Aprendí que la paciencia gana tiempo,
Cuando le otorga espacio al sentimiento y a la mente,
Para evaluar, consentir y razonar,
Libre de reglas predeterminadas,
Y sin las presiones que genera la absurda ansiedad…