EN UN BUEN DÍA, ANECDÓTICO
SE REUNIÓ CON FILOSÓFICO
PARA CHARLAR Y YANTAR
COMO ERA YA LA COSTUMBRE,
CUANDO PRENDÍAN SU LUMBRE
EN ESE MISMO LUGAR.
 
CON PUPILAS DILATADAS
POR LAS FRASES RONUNCIADAS,
DE COPIOSAS DIMENSIONES,
CON PROFUSIÓN Y ALEGRÍA,
EN MELODIOSA EUFONÍA,
DESBORDANTE DE EMOCIONES.
 
TAMBIÉN YO, ESTANDO INVITADO,
ME ENCONTRABA MARGINADO,
NULA PARTICI PACIÓN,
NO HALLABA POR DONDE ENTRAR,
YO ME TENÍA QIUE CALLAR,
NO ME DABAN LA OCASIÓN.
 
POR MÁS INTENTOS QUE HACÍA,
LA OCASIÓN NO LA TENÍA,
!A MUNDO SI YO PUDIERA¡
DECIR UNA POCA COSA,
NO LINDA COMO SU PROSA,
NI RECIA COMO QUISIERA.
 
YA, YO ME ESTABA PONIENDO
ANGUSTIADO Y RESISTIENDO,
ACOMETIDAS TAN FIERAS,
DE UN FELIZ ANECDOTERO
Y UN FILÓSOFO CUENTERO,
QUE ACTUABAN COMO PANTERAS.
 
ME LAS TENGO QUE CALAR,
¿PERO QUE PUEDO ESPERAR? 
DE UN HIJO DE PADRE SABIO
Y EL OTRO DE SABIA MADRE,
MEJOR ME VOY CON MI LADRE
Y AGUANTARÉ MIS RESABIOS.