Mis Memoerias - En la puerta del altar.
Publicado en Nov 22, 2013
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En la puerta del altar
 
 
Velo abandonado en la puerta del altar, película de terror que se volvía a rodar una mañana de cielo gris.
 
Muy extraña aquella aparición que sin duda una firma consigo traía.
 
Voz profética que trataba de callar lo que el eco del silencio repetía, una y dos veces su corazón se agrietaba luego de otro intento fallido por colocar en su dedo un anillo. Falsa promesa que congelaba una rosa blanca en un golpe tan fuerte como el hierro, tensa brisa apagaba las velas antes de posar en sus candelabros,  los pétalos no eran más que cenizas, esas que dejaban a su paso otra historia inconclusa, que como sus antecesoras, carecía de comienzo, desconocía su desenlace e ignoraba su final, trágico como el diccionario que se empleó para buscarle una explicación.
 
Luna de miel cancelada de improviso, una boda que planeada, quedó solo en su tarjeta de invitación, frases coloquiales que se invertían como un ciento de emociones, faltaba el beso que sellaba el "hasta que la muerte los separe", pronunciado por su juez.
 
Playa solitaria, testigo de muchas encalladas, de muchos botes que no alcanzaron a navegar. Acogedor y cómplice silencio zumbaba en los oídos hasta casi hacerlos reventar; y el llanto se sumergía en tumbas de ninfas que extrañamente descansaban en su regazo.
 
Hipotéticamente cerrada en una corta explicación, que de ella solo se salvaba la grandeza de su sinceridad, una que se amó desde que un saludo tímido y dulce y que daban una prometedora locura de amor, esa que ahora yacía en catatumbas repletas de huesos con señales de una misma enfermedad.
 
Bandejas con los mejores tragos esperaban para aquel sí, con tanta sed que se consumarían como esa irónica noche de pasión.
 
Poemas con declaratorias prometidas, escritos recitados que nunca alcanzaron a ser dedicados, un objetivo nunca leído que cerraba un camino planeado de lo lejos aproximado.
 
Tan fallidos como los ensayos que darían un nuevo comienzo como ese “que hable ahora o que calle para siempre”, hoy era la vida quien gritaba enfáticamente estar drogados, en eso se había convertido el agua bendita, entonces, solo era un polvo maldito.
 
A tiempo todo llegaba, a su tiempo todo se marchaba, y todas las líneas de pocas excusas olvidaban lo que a boca llena una vez se gritaba, ayer posaba allá, ahora solo falta aquí, el hueco de su ausencia es más grande que aquel encuentro esperado.
 
Una réplica casi exacta permitía nuevamente memorizar una razón que como otras, carecía de entendimiento.
 
Más vale vivir en  una verdad que descansar en una mentira; -¿y como hacerle entender a un sediento que lo que bebe es veneno?
 
Yace allí, en la puerta de su hogar, en la puerta del altar, esperando lo que nunca ha de llegar, esperando un comienzo sin final para por fin romper su soledad, su única y fiel verdad, su eterna obsesión, su eterna tristeza, su eterna felicidad.
 
 
D’.’S.
 
26/10/2013
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Foto del autor Dawrin Saumet
Textos Publicados: 16
Miembro desde: Nov 22, 2012
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Descripción

Palabras Clave: lirica

Categoría: Poesa

Subcategoría: Poesa General



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