La poca del engao (Reflexiones)
Publicado en Dec 02, 2013
Según Jaime Fernández Garrido, Martín Scorsese es un director de cine de origen irlandés, considerado como uno de los mejores en la actualidad. Recientemente daba una entrevista para el diario El País con motivo del estreno de su película titulada "Infiltrados", una trama de agentes dobles en la policía y el terrorismo. Una de las frases claves en la entrevista fue: "Estamos en la zona cero de la ética, las fronteras entre el bien y el mal están desapareciendo. no es posible ser optimista hoy en cuanto a la tendencia de las civilizaciones mundiales".
Nuestra época es conocida como la época del engaño, porque en cierta manera parece no importar los medios que utilizamos para llegar a cualquier fin. Respondemos al "principio de satisfaccion inmediata": lo que merece la pena son los resultados, no importa si en el proceso hemos dejado el camino "sembrado de cadáveres". Lo trascendente son los premios, los logros, la capacidad económica, la posición social, la satisfacción de todos nuestros deseos... caiga quien caiga. Y en este falso imperio de la ilusión, los reyes son la falsedad y el engaño. Vivimos en la zona cero de la ética, porque nadie parece ser capaz de distinguir lo que está bien y lo que está mal. Hemos dejado a Dios a un lado, y sin Absoluto moral, son diferentes personas las que tienen que decidir lo correcto, y eso siempre es, como mínimo, muy peligroso. Nadie sabe dónde estamos ni mucho menos a dónde vamos, pero lo más triste de todo es que a la mayoría de la gente no le importa lo que pueda suceder. Se han acomodado en una sociedad engañadora en la que los mentirosos son los que tienen el poder, incluso muchas veces, con la aprobación de aquellos que sufren las heridas... Quizás el mayor problema tiene que ver con nuestra ambición. Queremos hacer lo que deseamos y en cierta manera, sentirnos con más derechos que los demás. En ese punto no nos importa engañar, porque lo que realmetne queremos es que se cumplan nuestros deseos. Que todos hagan lo que nosotros queremos que hagan... Claro, pocas veces lo postulamos así, porque nos preocupa lo que piensan los demás, pero en el fondo, es lo que nos gustaría que ocurriera. Y aunque nuestra sociedad va por ese camino, no tenemos ni siquiera el gusto de que se hata inventado en nuestra época. Miles de años atrás, el pueblo decía a aquellos que debian hablar de parte de Dios "profetizad ilusiones". No importa si todo es un engaño; no importa si la mentria vive en el corazón de los hombres; no importa si nosotros mismos somos engañados; eso piensan muchos. Así quiere vivir la gran mayoría, aunque todo se reduzca a unos grandes deseos de ilusiones intrascendentes y crueles. Eso dice Jaime. Sin embargo, también estamos los otros y las otras, los que ni vivimos de esa manera ni tenemos ningún deseo en vivir de esa manera. "No os conformeis con las cosas de este mundo" nos dice Jesucristo vivo y "pedidme porque yo os daré en abundancia". Si nos fijamos en esto y tenemos en cuenta esto, nos importa menos que un carajo la forma de vida de esa mayoría ambiciosa que no tienen en cuenta ni a sus propios padres ni a sus propias madres, cuando menos a los ajenos, a la hora de ansiar ser los máximos y las máximas dentro de esta podrida sociedad. Nosotros no y nosotras nos. Nosotros y nosotras estamos en este mundo pero no somos de este mundo. La época del engaño no es nuestra época. Por eso vamos logrando que se cumplan nuestros grandes sueños sin entrar a formar parte de este podrido mundo y de esta podrida sociedad donde ellos y ellas no encuentran, al final, más que frustraciones, desengaños, ganas de morir. Y, por supuesto, viven como muertos. La época del engaño no es la nuestra. Podemos llegar a lo más alto sin pertenecer al mundo de ellos y de ellas, los corruptos. Si somos optimistas es porque vivimos dentro de la ética humana y la moral cristiana. Los que no lo entienden ni lo comprenden ni lo viven de esta manera, al final sólo son muertos vivientes hasta que mueren de verdad. Nosotros y nosotras no. Nosotros y nosotras somos eternos porque pertenecemos siempre vivos en la Vida de Jesucristo; y porque la época del engaño no es, sin engañar a nadie, la nuestra. Uno solo de nosotros o una sola de nosotras vale millones de veces más que todos ellos y todas ellas juntos o arrejuntados como les gusta estar. Así que todos nosotros y todas nosotras, los cristianos y cristianas de la Verdad somos universales y, por ello, diferentes a todos ellos y todas ellas que sólo son mundanos. La época del engaño no es la nuestra porque estamos en el Camino de Jesucristo. Quienes quieran entender que entiendan. Quienes quieran comprender que comprendan. Quienes quieran vivir que vivan. Lo demás no pertenece a nuestra manera de pensar, a nuestra manera de decir, a nuestra manera de sentir y a nuestra manera de vivir. En definitiva, estar muertos o muertas dentro de lo mundano no es nuestro problema una vez que hemos declarado que el Camino, la Verdad y la Vida es un Jesucristo que está vivo.
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