Una vez, un señor  me enseño a caminar paso a paso y deje de trotar, me explico que no tenia sentido, que no importara el ritmo, de todas maneras llegaría a donde quería llegar, pero si no prestaba atención al camino, al llegar estaría perdido.
Una vez, un señor me enseño que en las estrellas vivía dios y supe que el estaba en todos lados,
Me dijo que la luna brillaba para mí y guiaba mi camino, me explico que todo estaba perfectamente pensado.
Ese mismo señor me dijo que no dejara de sonreír aun si no tenia motivos, porque ese seria el mismo, me explico que me dejara llevar y me detenga a respirar, para sentir como el viento me acariciaba.
Una vez, un señor me dijo que debía abrirle el corazón al amor y vivirlo sin pensar,  me pidió que no dejara de soñar.
Una vez, un señor me dijo que los abrazos eran cortos, pero quedaban para siempre guardados en el alma, me explico que los sentimientos no se compraban porque no había dinero que alcanzara.
Ese señor me enseño a viajar adonde quisiera,  con solo cerrar los ojos y la música adecuada, me mostro que las navidad tenían magia y si prestaba atención podía ver como brillaba.
Ese señor  hizo que suenen las cuerdas de mi guitarra y ver como mi mundo daba vueltas cuando la tocaba.
Una vez, un señor  me dijo que no me preocupara, que con fe todo se solucionaba, me enseño que el dolor del amor es hermoso, si se aprende a llevarlo con calma, me explico que hasta el más inocente se enamoraba.
Una vez, un señor  me dijo que los corazones son reciclables y depuse de un uso, vuelven a la marcha.
Una vez, un señor me dijo que había aprendido muchas cosas y deseaba enseñarlas,
 Una vez, yo le dije que ahora las enseñaba…