Las bicicletas que nunca existieron (Diario)
Publicado en Dec 27, 2013
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Quizás sea cierto lo de que las bicicletas sólo son para el verano como dice la  película de Fernando Fernán Gómez, pero antes... mucho antes de eso... resulta que yo siempre le pedía a los Reyer Magos, año tras año, una bicicleta para aprender a montar (en el buen sentido de la palabra) fuesen o no fuesen solamente para el verano. Pero, año tras año, las bicicletas nunca llegaron a mi hogar. Hogar. Dulce hogar. 
 
De nada valía seguir insistiendo en pedir la bicicleta, año tras año y decepción tras decepción, a los Reyes Magos... así que me conformé con las pequeñas cajas de lápices de colores, de la marca Alpino pero sólo de 6 colores porque la caja de 12 era para el Emi, y pintar con ellos todos mis sueños. Las bicicletas que nunca existieron consiguieron hacer de mí un eterno soñador. Y merecía la pena seguir olvidando a las bicicletas para nunca olvidarme de soñar con Ella (mi Princesa Lina por lo de Liliana) antes que hacer el ridículo cayendo de la bicicleta cada 2 ó 3 metros ante la mirada de los aldeanos que no dejaban de reír. Ya sabía yo muy bien quién era él y cómo se portaba él. Y él también lo sabía. Por eso jamás fui igual a él en ninguno de los sentidos humanos y hasta en ninguno de los sentidos divinos.
 
Y ahora canto lo de "para que no me olvides ni tan siquiera un momento" porque yo prefiero mil veces montar a mi jaca caminito de Jerez antes que montar en bicicleta y no saber mantener el suficiente equilibrio para no hacer el ridículo cayendo cerca de la alcantarilla. Y ahora sigo cantando lo de "mi jaca galopa y corta el viento cuando corre por el puerto caminito de Jerez". Y qué graciosa resulta esa cantinela que dice: "De los cuatro muleros, ay de los cuatro muleros, el que va en el centro, mamita mía, es mi marido es mi marido; ay que me he equivocao, ay que me he equivocao, que el que va en el centro mamita mía es mi cuñao es mi cuñao". Stop. Nuestro automóvil se detiene un momento y es porque a mi Princesa Lina (por lo de Liliana) se está partiendo de risa.
 
Yo no soy un cura ni tengo absolutamente nada que ver con los curas pero me dedico, continuamente, a curar las heridas del alma de todos aquellos necesitados y todas aquellas necesitadas que nunca pudieron tener bicicletas y todo eso aunque ninguno de ellos y ninguna de ellas me lo agradezca. No me hace falta que me lo agradezcan porque Dios está presente y el que miente es que miente. Yo, en Navidad (como en el resto del año) siempre digo la Verdad cuando es necesario decir la Verdad. Amén. 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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