En una ocasion la oí decir que me amaba; en una ocasion la vi caminar hacia mi con una sorisa en su rostro; en una ocasion todo era perfecto; pero claro, nada dura eternamente y aunque soy un Inmortal, al igual que ella, nuestro amor perecio junto a las grandes civilizaciones antiguas, junto con el término del milenio ella me abandono y regreso a su vida en los bosques, sumida orgullozamente en la oscuridad de los robles y en la fria compañia de los animales y serpientes. Por otro lado, yo continue mi vagar errante por un mundo repleto de codicia, maldad y sin duda, desamor, desesperanza... Continuamente observaba en las gentes el enorme vacio que albergaba su alma y yo, sumido en el mas profundo dolor, quitaba el suyo succionando hasta la ultima gota de su sangre deprimida y amarga. Esperaba que esto fuera algun tipo de consuelo para mi propio espiritu eterno y acongojado pero no lo fue. Acto seguido, me aventure a las grandes sabanas, bosques y pantanos buscandola a ella, buscando a mi amado angel oscuro, rogando en silencio, bajo la blanca e inmaculada luna que volviera a acojerme, que nuevamente sintiera por mi aquel amor milenario que ambos nos profesambamos pero ella no volvio a aparecer.  Es por esto que escribo estas lineas, clamando su misericordia; la sangre de miles de mortales no son capaces de saciar mi sed, el sacrificio de mi propia sustancia roja en nombre de los dioses paganos no son suficiente para acallar mi alma, os necesito amor mio, angel de las tinieblas pues solo tu puedes acallar mi pena, solo tu puedes darle un respiro a mi agobiado y milenario corazon... No te sumerjas en la oscuridad bella princesa de la muerte y dejame, por favor, permiteme vagar contigo por los valles de las sombras muertas...