Aun escucho el sonido del
cierre de mi chamarra favorita
bajando al ritmo de una noche que
brindaba por el calor de nuestras
lenguas y de nuestra urgencia
de pasion.
 
Los aullidos de perros ambrientos
y medio muertos de frio eran la
decoracion de una luna exitada,
medio drogada, palida de miedo
a lo que me pudiera convertir por
sentir tu mordidas leves atravesando
mi yugular tan deliciosamente.
 
Y es que la noches junto a ti,
arrancando con desesperacion mi
ropa interior, son las noches en las
que sentí la muerte como un frenesí,
sentí el extasis atorado en mi garganta,
y oí tus respiraciones casi como
la voz angelical hecha pornograficamente
diabolica.
 
Aun escucho el sonido de
tu caminar hacia la puerta,
tus pasos se despedian de la amante
sin nombre de los fines de semana.
Y no me quejo por que tambien
casi olvido tu nombre, porque
las mejores sensaciones solo las viví contigo
manchando de extasis las nubes.
 
Hoy te veo con tu mujer,
me parece increible que seas tú,
porque ahora usas traje y zapatos
italianos, tu perfume es demasiado
fino para mi nariz y todos te hablan
con suavidad y tan amablemente,
pero te reconosco porque aun
me miras queriendo arañar mis hombros,
comerme poco a poco en una oscuridad
divina y refrescante, oler mi cuerpo hasta
drogarte para acompañar a la fiel adicta
que es la luna, por que esa mujer que tienes al lado,
no tiene mis labios, ni mi rostro, ni mi voz,
mucho menos mi cuerpo, sin duda es mucho
mejor que yo para muchas cosas,
sobre todo para fingir que te ama mas que
a tu cartera.
 
Adios amante, debemos tomar el rumbo
que nos dictaste cuando te sometiste
al sindrome de abstinencia
para poder dejarme ir.
SUERTE Y SIEMPRE TE RECORDARÉ!