(MICRORRELATO)
Conmovida hasta las lágrimas tomó a su hijo recién nacido y cubrió de besos el cuerpecito de madera. Mientras en el otro extremo de la habitación se oía el chirrido de un grillo y junto a él, un anciano decía por lo bajo: —Se lo advertí.
Agustina Aguirre
66arcoiris
JAJAJA me hiciste reír amigo
el texto nos hace volar la imaginación
con muchas tramas entretejidas.
Muy bueno,saludos.
kalutavon