Hombres y mogovos (Novela - Cómic - Guión Cine) -Capítulo 10-
Publicado en Jan 27, 2014
Hugh está terminando con su labor de pesca y comienza a hablar para poder escucharse a sí mismo y sentir su dolor...
- Intento arrancarte de mi pensamiento, Braina, pero no puedo. Todos mis sentidos me acosan hablándome de ti y mis sentimientos se me convierten en dolor profundo; en ese dolor tan profundo que nadie puede saber de donde surge porque quizás provenga del alma. No. Deseo que no estés muerta y que todo esto sólo sea un falso sueño. Hoy te invito a que te vistas de dolor. De ese dolor hondo. De ese dolor profundo. De ese dolor que se incrusta en el corazón como espina inmisericorde. De ese dolor que hace llorar a pecho descubierto. De ese dolor que te convierte en más hombre o más hembra. Hoy te invito a que te vistas de dolor y salgas a la calle y llores como lloran los hombres de verdad y las hembras verdaderas. Sin que te importe, para nada, lo que digan de ti los que te ven llorar por las calles sin poder saber qué ocurre con tu corazón. Hoy te invito a ti, hombre verdadero, a que dejes la fiesta y te unas al dolor; a ese profundo dolor de los que no conocen el amor. Hoy te invito a que seas un perdedor de oficio, un hombre abandonado o una hembra desolada. Te invito a que te vistas de un dolor sufriente y pruebes el amargo sabor de las lágrimas hasta que te puedan comprender, Braina. No es posible ni justo ni verdadero que estés muerta. Toda mi luz te llevas al despertar en el jardín cerrado con la madre naturaleza de tus palabras en este tu cuerpo revolucionario donde mis verbos crean lo ajeno y lo hacen vivo en tu voluntad. Sonámbulo vagar este de mis sueños pensando en tu cuerpo apasionado entre mis palabras de fuego al rojo vivo: una llamarada de amor incandescente en la penumbra de toda la luz fugada. Entra el viento del jardín en mis olvidos de otros labios, otros besos, otros cuerpos... y bajo el cielo de este albor de vida, con toda mi luz ya en tu alcoba, yo, igual que un pozo del desierto, llevo tu alma de savia verdecida para hacer de tu cuerpo un oasis y de tu sueño un recuerdo con aroma. Toda mi luz está en tu presencia más allá del límite de mis palabras y el infinito del verbo amar se adentra en tu cuerpo como un río de sangre caliente y de memoria. Recuerda, mientras mi luz te llena de esperanza, aquel tiempo vencido en las batallas y yo, perdedor perpetuo de otras lides, me convierto, con mi luz en tus entrañas, en el único vencedor de tu combate. Soñando... siempre soñando por la alameda de este ventorrillo donde hundo mi voz en el centro de tu pecho y enuncio un amor de trascendencia más allá de las derrotas ya olvidadas. La muerte se me hace infinita para ser sólo la vida del mañana y así, eterno en este mundo, soy la herencia del saber y la distancia; pero... ¿en dónde está ese espacio en el que me hago perenne en tus sueños? Duermes. Duermes desnuda entre mis brazos y yo, en el límite infinito de tus labios, me convierto en huella de este alba que tiene toda mi luz en tus pupilas. Dime que no has muerto, Braina, dime que sólo estás dormida. No. No has muerto todavía. Hugh ya no puede resistir más el esfuerzo de tener que controlar sus emociones... - ¡¡¡Noooooooooo, Dios mío, noooooooooo!!! Escucha bien Braina. Hay horas que nos robaron. Horas de felicidad que no fueron y que, a pesar de ello, permanecieron latentes en un rincón-habitante del alma viajera. Hay horas que nos robaron... pero seguro que el viento de las amapolas nos las devolverán entre los trigales de los amaneceres y los pinares del anochecer. Horas que nos robaron... pero a las que no pudieron eliminar de la vida. Horas debidas, horas de vidas que un día habremos de reconquistar y, a través de las sinfonías de una melodia, las recuperaremos en todas sus dimensiones, en todas sus esencia, en todas su fragantes emociones de eternidad. ¡¡¡Nooooooooooo, Dios mío, noooooooooo!!! Dime, Señor Creador de todas las cosas, que Braina no está muerta. Un silencio profundo rodea al sufriente Hugh que permanece llorando y mirando, como le ha enseñado su íntimo amigo Zyriab, al centro de las limpias y claras aguas del río. Pero él ya está en otra dimensión de los sentimientos y se convierte en filósofo de la existencia... - Todos los seres humanos somos como puntos concéntricos de un variado y múltiple sentir. Según vamos viviendo siempre hay un momento en que encontramos la hora de los infinitos. Esa hora en que, en verdad, nos hacemos eternos. No estoy hablando de la Muerte ni tampoco de lo que puede haber después de la Muerte. Estoy hablando de la Vida. De ese encuentro con el eco de nuestra propia voz que se convierte en luz de plena consciencia. Es esa hora única en que hallamos el porqué de nuestras existencias en los vacíos supremos del espejo cotidiano en que nos contemplamos cuando queremos vernos por dentro. Ningún filósofo, ningún pensador, ningún poeta lo ha podido explicar jamás... pero hay un hora única, que a pesar de ser única se repite continuadamente, en donde hallamos la explicación de nuestras enigmáticas búsquedas. Nos ocurre a todos. No importa quiénes seamos. Nos ocurre a todos ineludiblemente de vez en cuando. Pero es imposible traducirlo en expresión comprensible para los demás. Es la hora de aquellos infinitos en donde las líneas paralelas de nuestra personalidad, el sí y el no de nuestras esencias, se unen en un punto de luz. Pero no podemos explicarlo porque nos agobia el peso de su presencia. Sin embargo, todos somos capaces de sentirla muchas veces en nuestra vida. Es la certera virtualidad de saber que hemos podido comprender, momentáneamente, la respuesta a nuestra inquietante interrogación vital. Después, esa hora se hace fugaz y etérea, se pierde en el ámbito de nuestro pensamiento y somos incapaces de poderla retener para poder explicárselo a los demás. Y seguimos viviendo olvidándonos de ella hasta que de pronto, en algún otro momento, se nos vuelve a hacer luz. Es el continuo juego de ser un ayer convertido en un mañana. Sé que estamos designados a desaparecer en el momento en que el Destino así lo tenga determinado pero mientras tanto, mientras vivimos nuestra eternidad signada por el enésimo segundo de nuestro presente, estamos siempre persiguiendo y percibiendo ese eco de luz, esa hora de los infinitos en que lo podemos comprender todo acerca de nuestra personalidad. Lo que sucede es que no podemos, por más que lo intentemos arduamente, atraparla en una expresión verbal o gestual que sea completa; y por eso no podemos hacer comprender a los demás la verdadera intensidad de nuestro propio yo. No hay vocabulario oral o gestual o que contenga todas las palabras o los gestos posibles para poderlo describir. Vivimos un presente continuo que, instántaneamente, se nos escapa por la espita de nuestra composición extracorporal. Yo tampoco sé expresarlo, sino simplemente sentirlo. Es la hora de los infinitos que se nos cruza varias veces en el camino de nuestro discurrir. Y es imposible que algún pensador, algún filósofo o algún poeta lo pueda atrapar y lo consiga sustentar en un fragmento real. Es por eso por lo que el ser humano, el hombre o hembra que hay dentro de nosotros, no puede ser explicado por nadie sin caer en determinismos y errores de interpretación. Nosotros mismos, que entendemos esa hora en que encontramos nuestra verdadera personalidad, somos incapaces de poder mostrarla en plenitud. Todos somos algo. Todos somos alguien. Y sin embargo todos somos incapaces de definir con total exactitud lo que somos. Y nos debemos conformar con las diversas, múltiples y muchas veces contradictorias aproximaciones que de nosotros mismos ven y observan los demás. Por eso todos los seres humanos somos, en cierto modo, ampliamente desconocidos. Pero en esa hora de los infinitos, esa hora que no podemos atrapar en su plenitud, es cuando deberíamos detener la marcha de nuestras inquietudes y, despojándonos de todo revestimiento circunstancial, poder romper la incomunicación y poder decir a los demás lo que realmente, profundamente, hondamente somos. Sentimos la necesidad profunda de vivir hasta agotar el último de nuestros momentos, pero la pregunta incesante que en estos instantes se me plantea es saber responder con acierto qué es, verdaderamente, lo que somos. ¿Somos ciertamente una realidad tangible o sólo una ilusión, una ficción, un sueño más o menos profundo? ¿Somos verdaderamente una creación de algo o de alguien o somos simplemente un reflejo irreflexivo que proviene de la Nada? Esa hora de luz, esa hora de los infinitos que abre, en algunos momentos de nuestras vidas, nuestras mentes hasta hacerlas lúcidas, capaces y locuaces con nosotros mismos, me hace pensar que somos ciertamente trascendentes. Y sin embargo me queda latiendo la sempiterna duda de si es veraz o quimérica tal trascendencia. Lo que al final llego a determinar, aunque no sé si es una equivocación del pensamiento, es que necesitamos seguir existiendo dentro de nosotros aunque los demás no puedan comprendernos totalmente. Y que es importante seguir experimentando con los fragmentos reales e irreales de nuestra existencia para poder hallar una configuración personal tangible y fungible que pueda darnos a entender la validez de todo esto que nos ocurre, incluyendo particularmente esa hora de los infinitos en que, al fin, descubrimos el eco de nuestra personalidad. Posiblemente radique ahí, en ese enigma de comprensión e incomprensíón alternativas, el verdadero motivo de querer vivir, el verdadero interés de nuestra existencia, el verdadero porqué de todas nuestras luchas internas y externas. Si algún ser humano puede atrapar indefinidamente la hora de los infinitos y explicarla con verdadera nitidez es que ese ser humano es Dios. Mientras tanto, mientras no llegue ese momento histórico culminante que convierta a la historia humana en una comprensibilidad absoluta, debemos seguir gozando con la comprensibilidad relativa de cada uno de nosotros mismos. No es conformismo. No es tirar la toalla ante lo inexplicable. Es, por el contrario, la verdadera emoción y emotividad de la vida, la verdadera dimensión que nos hace repetirnos una y mil veces que somos algo y somos alguien. Y que, por consiguiente, somos capaces de sentirnos ampliamente verdaderos en esos momentos en que la hora de los infinitos nos ilumina con su destelleante presencia. Después va recogiendo todos sus aparejos de pesca y se pone en pie mirando al tranquilo río... - ¡¡Dios mío!! ¿Qué es eso? Hugh ha descubierto un cuerpo humano flotando en el agua y, sin pensarlo dos veces, se lanza con la intención de rescatarlo y sacarlo a la superficie aunque tenga que luchar él solo contra la fuerza de la corriente. Lo consigue tras grandes esfuerzos. Deposita el cuerpo en la orilla del río y entonces descubre que es Sigrid. - ¡¡Dios de los cielos!! ¡¡Es Sigrid!! Hugh intenta saber si todavía vive y comprueba que está muerta. - ¡Está completamente muerta! Esto va a ser otro golpe muy duro para la moral de todo el pueblo dorfu. Necesito buscar ayuda para poder llevarla hasta la ciudad. Hugh se dirige hacia el camino por donde transitan siempre los hombres que vuelven de realizar sus faenas agrícolas y espera unos minutos hasta que ve a Therpes que regresa con su burro cargado de leña. - ¡¡Therpes!! ¡¡Es necesario que me ayudes!! - ¿En qué puede ayudar un humilde labrador a todo un pescador sobresaliente como eres tú, Hugh? - No es momento de alabanzas ni elogios sino momento de duelo... - ¿Es que ha ocurrido alguna otra desgracia? - ¡¡Sigrid ha muerto!! Así que descarga toda la leña y déjala junto al camino porque es mucho más urgente llevar el cadáver de Sigrid hasta la ciudad. - ¿Y si alguien me la roba? ¡Me ha costado un gran esfuerzo conseguirla y en mi vivienda están necesitando la leña para tener reservas para el invierno! - ¿Qué vale más, Thesper? ¿Una vida humana o un momento de placer? - No quiero saber nada de filosofías de pescadores. Yo sólo soy un pobre agricultor y bastante tengo con luchar contra la Naturaleza. - Por luchar contra la Naturaleza el pueblo dorfu está empezando a condenar su futuro. - Dime algo que me haga comprenderlo y cumpliré con lo que deseas. - Tomamos café por la mañana pensando en los viejos fantasmas del ayer pero más allá de las postrimerías de cada inicio se encuentra la reformulación de los nuevos encuentros con las sinfonías de un futuro que se expande con las volutas humeantes del fuego de nuestro quehacer diario. Café de inicios que rueda por las aristas de nuestras sensaciones y abre espacios nuevos a las ristras de edades por vivir. Tenemos un suspiro en este día cualquiera de nuestras existencias y vemos que, adornándonos la esencial presencia de cada misterio, hoy es un pasatiempo más ajeno que tenemos que sentir. Y en cada sorbo que tomamos se nos abre un futuro de esperanzas que ya está rayando la barrera de lo insostenible. Así que, aislado de un presente sin materia, creamos una existencia de verdades colgadas en los sueños de cada uno de nosotros. Y seguimos sorbiendo tramos de existencia sin dejar de pensar en lo inaudito de cada uno de los segundos en que, sentados alrededor del fuego, nos convertimos en verdaderos humanos. - ¿Quién te ha enseñado a hablar de tal manera? - Para algo me sirve ser el íntimo amigo de Zyriab... - Entonces... ¿no me queda otra alternativa que dejar la leña exponiéndome a que alguien me la robe para ayudarte a transportar el cuerpo de la que fue bellísima Sigrid? - Eso es lo que vamos a hacer... y después... que sea lo que Dios quiera... - ¿Cómo has dicho? - ¡Que después sea lo que Dios quiera! - ¡¡Por todos los dioses y por todas las diosas de los dorfus!! ¿A qué dios de todos ellos te estás refiriendo? - A un solo Dios verdadero. - Escucha, Hugh. Te ayudaré aunque no llego a entenderlo. Hugh ayuda a Thesper a descargar la leña y apilarla junto al camino y, luego, los dos se encaminan con el burro de Thesper hacia la orilla del río donde se encuentra el cadáver de Sigrid. - ¿Dónde la has encontrado? - Estaba flotando en las tranquilas aguas pero debe haber sido arrastrada por la corriente desde el mismo lugar donde nace este río. Si te das cuenta ha podido morir ahogada pero su cuerpo presenta muchas heridas producidas por golpes. O alguien le ha dado una monumental paliza antes de arrojarla a la cascada o ella misma se ha despeñado. Pero yo no creo que un ser humano sea capaz de darle esos golpes mortales. - ¿Los mogovos tal vez? - No, Thesper, los mogovos nunca se acercan a las orillas de este río. Les conviene vivir ocultos y por eso, si es que ya están cerca de nosotros, se encuentran escondidos en los bosques. ¡No ha sido ningún mogovo! Y ahora dejemos ya la charla y transportemos el cuerpo de Sigrid hasta la puerta del Palacio de los Gobernantes. ¡El Gran Isén debe saberlo! - ¡Va a ser otro fuerte golpe contra la moral del Gran Isén! - Hablemos de la moral mientras caminamos, Thesper, pero ahora ayúdame a subir el cuerpo de esta desdichada hembra en el burro. Cógela tú por las piernas y yo por los brazos. - ¡Tengo miedo de los espíritus malignos! ¡No me atrevo a tocarla! - ¡¡Olvida ahora a los espíritus malignos y haz lo que te ordeno!! - Está bien, Hugh, pero las desgracias nunca vienen solas. Si los espíritus malignos se apoderan de mí por tocar el cuerpo de un cadáver te buscaré para matarte por ser tú el culpable de ellos. - Deja eso para el futuro y ahora haz el favor de cumplir con el presente. ¡Cógela por donde te he ordenado y no hagas que me enfade! Ante la firme orden dada por Hugh, Thesper lleva a cabo la labor que éste le ordena y entre los dos cargan el cadáver de Sigrid sobre el lomo del burro y comienzan a caminar hacia la ciudad de los dorfus mientras Hugh le cuenta lo que él cree sobre la moral humana. - Escucha bien, Thesper. Se dice "yo soy libre de hacer lo que quiera". Es cierto, pero no todo conviene. Sí, yo soy libre de hacer lo que quiera, pero no debo dejar que nada violento me domine. También se dice "la comida es para el estómago y el estómago es para la comida". Es cierto, aunque Dios va a terminar con ambas cosas. En cambio, no es verdad que el cuerpo sea para la inmoralidad sexual. Como dice Zyriab, "el que tenga entendimiento que lo entienda y que no lo entienda mal". - Ese tal Zyriab debe ser muy sabio, Hugh. - Detengamos un momento la marcha, Thesper. Hugh y Thesper descansan un momento y se sientan a un lado del camino después de haber atado el burro a un árbol. - Espero que me convenzas otra vez. - Según dice Zyriab, parto de la premisa de que la perfección no existe. Pero el sueño de todo humano es buscarla en todo aquello con lo que se compromete. ¿Es una búsqueda absurda? Posiblemente sí. ¿Es un luchar contra lo imposible? Seguro. No se puede definir con exactitud esta especie de ansiedad con la que el humano nace. No se puede mitigar la sed perpetua que todos tenemos en nuestro interior. Ser perfectos como humanos, como hijos, como amantes, como padres o como madres, como profesionales de las actividades a las que nos dedicamos, sería algo así como un insoportabilidad inicua pero... ¡caramba!... ¡no sé por qué será!... buscamos siempre una mejoría que nos acerque a esa imposible perfección. Cada uno de nosotros y nosotras hubiéramos podido ser otro u otra de carácter más glorioso... pero creo firmemente que cuando vivimos con la sinceridad de resumirnos en esa búsqueda de dar lo mejor que llevamos dentro, podemos señalarnos como hombres y hembras más valiosos y más valiosas; incluso mucho más allá de lo que piensen los demás de todos nosotros. Lo importante es que dejemos en la memoria de quienes nos conocieron ese sentir de que fuimos buscadores de lo fundamental; tan sólo hombres y hembras capaces de decir que mientras estuvimos vivos elegimos el camino de comprender lo que nos rodeó. Quizás eso sea, ciertamente, dejar huellas... porque lo verdaderamente trascendental de nuestras vidas no es tener que morir, lo cual no es tan cierto como dice la mayoría de los dorfus, sino comprender que hemos vivido por algo y para algo y que nos vamos de este mundo sintiéndonos sinceramente así de eternos para siempre. - ¡Por todos los dioses y las diosas! ¿Eso lo dice Zyriab? - Eso lo dice Zyriab. Y en cuanto a lo que es el saber llega a afirmar que el conocimiento de las cosas es el camino exacto para saber cómo son las cosas; pero no es necesario experimentar lo que es malo porque es inmoral y, por ello, es innecesario experimentarlo para saber que no es bueno porque precisamente es inmoral. ¿Me estás comprendiendo, Thesper? ¿Estás comprendiendo a Zyriab? - Necesito un poco más para entenderlo del todo, Hugh. - Vamos a ser breves porque va llegando el momento de almorzar. Sigo repitiendo lo que aprendo de Zyriab cuando él y yo estamos a solas con nuestras meditaciones. Formamos Sociedad Humana. ¿Qué quiere decir, en realidad, esta frase? ¿Hasta dónde alcanza su verdadera identificación? Muchos son los que se preguntan ¿qué sentido tiene esta especie de mundo formado por los seres que en teoría se llaman humanos y en la práctica distan muchos sentimientos para serlos? Entiendo que muchos duden de la verdadera expresión humana. Lo que no entiendo es que otros muchos odien la expresión Formamos Sociedad Humana porque anteponen antes sus propias identidades avarientas que esa magnitud divina que creó Dios como Humanidad. ¿Tan difícil resulta comprender que todos pertenecemos al mismo Universo? Podría estar hablando horas enteras sobre lo de Formamos Sociedad Humana para ver si de esa manera todos los que no lo entienden pudieran comprender, por fin, qué significado tiene vivir en la Tierra. A veces me preocupa el hecho de que el odio reine en el corazón de tantos llamados teóricamente seres humanos. A veces quisiera explicar al Mundo lo que es el mundo, esa propia expresión que hace a los serres humanos grandes y creados para el Amor. Pero ellos luchan, como si el amor significase pelearse para poseerlo, por pequeñas migajas de amores pequeños sin preguntarse si en realidad lo que vale es el Amor con A mayúscula de Autenticidad. No sirve para nada seguir insistiendo con eso de los amores libres que son tan falsos que siempre llevan a un callejón sin salida y se mueren incluso antes de haber llegado la primavera. Es necesario entender, de una vez por todas, que es el amor noble el que construye y edifica las bases del Amor verdadero. Es hora ya de dejar esta frustrante realidad de los amores libres. Yo ahora me pregunto, ¿es posible recuperar ese trozo de vida perdido para muchos y por muchas generaciones, para volver a ser tal como éramos en el Principio de nuestro principio? Sí. Es rotundamente posible... pero sólo para quienes entienden la verdad del Amor. Algunos creen que hablo en vano pero es que olvidan que la vanidad no es una característica de mi persona. Con total sencillez cuento relatos que son verdaderos y verdades que son relatos. Ambas cosas son positivas a la misma vez que edifican y califican a los seres humanos como tales. La condición es que la nobleza a la hora de amar es la de un solo hombre con una sola hembra. Esa es la condición. Esa es la conciencia. Esa es la libertad que nos guía a la Liberación. Hay que saber las verdaderas bases de la palabra Amor. Es absurdo lo que muchos dicen sobre esta palabra y lo que muchos hacen en su nombre. No ando con dudas como hacen la mayoría de los funestos líderes que tenemos. Muchos son los que han ofendido a la verdad diciendo falsedades sobre Dios. Falsos creadores de falsos dioses y falsas diosas. Sólo son falsos seres que de humanos no tienen más que una capa de mugre bajo la cual sólo existe el vicio y la inmoralidad. Un desmadre colectivo que es lo que enseñan esos miserables líderes de la sexualidad indiscriminada sin orden ni sentido alguno. Y no me importa si me llaman moralista por decir ésto porque no lo soy. Yo amo la libertad que conduce a la Liberación y al Amor basado en la libertad que conduce a la Liberación y que se llama amor noble pero jamás es el destructor amor libre. Son dos cosas totalmente opuestas. Hay que basar el amor humano bajo el dominio propio que cada ser humano debe tener sobre su propia persona. No vale con decir que si todos lo hacen es porque tienen la verdad. La verdad no es posesión de todos. La verdad es posesión solamente de quienes la poseen. Son los hombres, cuando de verdaderos hombres se trata, los responsables de hacer entender a las hembras que el Amor consiste en la fidelidad ciega, en la entera fidelidad no compuesta de migajas de momentos superficiales sino en la que es completamente entera y sin resquicios ni engaños del uno para con la otra y de la una para con el otro. Yo creo firmemente en los Milagros de la Transformación y por eso sé positivamente que estamos a tiempo de volver a ser tal como éramos en el Principio de nuestro principio; en ese Principio que a muchos y muchas les han destruido los falsos líderes de nuestro pueblo. No me cansaré jamás de decir y de predicar que tal como éramos significa ser de nuevo los jóvenes felices y alegres de la nobleza, del espíritu sano y no contradictorio; aquellos jóvenes que sabíamos de verdad lo que queríamos para nosotros y para los demás. El futuro puede ser, sin duda alguna, un regreso a aquel pasado feliz antes de que lo estropeasen todas las ideologías sociales y políticas que resultaron ser negativas a la hora de la verdad. Negativas y frustrantes para muchos seres que quisieron ser humanos pero les obligaron a no serlo o les hicieron equivocarse en los caminos elegido. Si tienes fe todo es posible. Todo es alcanzable si tienes fe. Si tienes fe todo es simplemente la realidad si crees que sí, que de verdad anida en tu corazón el amor noble que proviene del único Dios verdadero y no de los falsos dioses y las falsas diosas de los viejos brujos y los hechiceros. Porque el Amor noble y verdadero no es asunto misterioso ni ocultista como lo es el amor libre, sino algo que está tan a la luz del sol que muchos no desean verlo... más su visibilidad es tan nítida que otros lo entendemos, los comprendemos y lo asumimos como nuestra forma de ser y nuestra manera de vivir. Es el camino, es la verdad y es la vida. Es necesario desarrollar una nueva sociedad; un nuevo pensamiento que englobe las virtudes para vivir una existencia plena, continua y continuada por las próximas generaciones que nosotros debemos liderar. Ahí radica esa Eternidad de las Transformaciones que se pueden producir en nostros y nosotras, los que tenemos la fe de la verdad. Hay que abrir los ojos para amar. Es necesario abrir los ojos para amar y poder visionar este presente, aquel pasado y el próximo futuro coincidiendo en un sólo punto de Luz. Hay que abrir los ojos para contemplarnos las miradas sinceras y honestas; las miradas de los seres humanos nobles. Por eso mirar con los ojos abiertos es huir de la muerte y abrazar la vida entera y eterna. Soñemos pues. Soñemos a lo grande, con grandes sueños, pero con los ojos abiertos para no volver a caer en ese oscurantismo que tando daño a hecho a todo nuestro pueblo. Ese será nuestro éxito final. Y Dios se encargará de que nosotros, los que tenemos fe, cumplamos bien con lo de Formamos Sociedad Humana. - ¡¡Es muy grande ese tal Zyriab!! - Sí. Es mucho más grande incluso de lo que él piensa. Pero ahora cumplamos con nuestra obligación de llevar el cuerpo de Sigrid al lugar donde le corresponde. El cielo amenaza lluvia tormentosa cuando Hugh y Thesper llegan hasta la puerta del Palacio de los Gobernantes seguidos por un gran número de hombres y hembras dorfus que están deseando saber a quién pertenece ese cuerpo que va a lomos del burro de Thesper boca abajo. Todos y todas salen de dudas cuando Hugh, con la ayuda de Thesper, bajan el cuerpo del burro y lo tienden, boca arriba, exactamente en el mismo lugar donde Groen depositó el cadáver de Braina. Es entonces cuando Hugh da el aviso... - ¡¡¡Ha muerto Sigrid, Gran Isén, ha muerto Sigrid!!! Completamente pálido por lo que está escuchando, el Gran Isén sale a la calle y se enfrenta otra vez ante el espectáculo de ver a una de las hembras de los dorfus convertida en cadáver golpeado por muchas partes de su cuerpo. - ¡¡Por todos los dioses y todas las diosas del pueblo dorfu!! ¿Qué es todo esto? ¿Qué está pasando? - Esto es el cadáver de Sigrid y lo que está pasando es lo que ya se estaba presintiendo. - ¡¡Ya sé que este es el cadáver de Sigrid pero habla cuando te lo pida yo, Hugh!! - Hablo cuando me lo pide mi conciencia y mi conciencia está por encima de cualquier mandato. - Es cierto, Hugh. Yo soy el único culpable por haber permitido tantas fiestas y tantas orgías sexuales que están destruyendo a mi pueblo. Estamos viviendo el final de nuestra época gloriosa. ¡¡Otra vez los mogovos se han atrevido a asesinar a una de nuestras más bellas hembras!! Si seguimos así nos van a dejar sin ninguna... - Esta vez no han sido los mogovos, Gran Isén. - ¿Qué estás diciendo, Hugh? ¿Cómo es eso de que no han sido los mogovos? - Esta vez se ha ahogado ella sola, o empujada por otra persona, al caer desde todo lo alto del abismo rocoso que existe en el nacimiento del río de los pescadores. O ella de lanzó al vacío o alguien la empujó. - ¿Es cierto cuanto dices, Hugh? - Es cierto cuanto digo aunque no sé cuál es la verdad, viejo gran brujo y hechicero Windar. - ¡¡Es necesario y urgente que reunamos a todo el pueblo dorfu en asamblea general, Gran Isén!! ¡¡Alguien tiene que pagar con su propia vida por este nuevo crimen cometido!! - ¿Es que adivinas quién ha podido ser, Windar? - Adivino quién ha podido y ser y afirmo que sé quén ha sido. - ¿Lo mismo que adivinaste que, por evolución de nuestra raza, Sigrid sería la hembra del gobernante Zarkón con el paso del tiempo? ¡Te equivocas tantas veces que yo, por ejemplo yo, el humilde pescador Hugh, no creo para nada en tus poderes de ver cómo evolucionará nuestro futuro! - ¿Cómo te atreves a poner en dudas mis visiones? - Porque según tú Sigrid gobernaría, por evolución de las hembras dorfus, muy pronto a nuestro pueblo y ahora todos estamos viendo que está muerta. El rostro de Windar refleja odio contra Hug... - ¡¡¡Ordena que todo el pueblo dorfu se reúna en la Gran Avenida de nuestra ciudad, Gran Isén!!! - Eso es lo que voy a hacer porque es lo que debo hace, Windar, y no porque lo pidas tú con intención de decirnos cuál será nuestro futuro, sino por saber la verdad. El Gran Isén da la orden a todos sus sirvientes del palacio para que avisen a todos los hombres dorfus y a todas las hembras dorfus para que se reúna en asamblea general mientras el cuerpo sin vida de Sigrid es llevado hasta el interior del palacio por cuatro de ellos. - ¡¡Avisad a todos y a todas antes de que se desate la tormenta!! Pocos minutos después ya están todos y todas presentes en la Gran Avenida, salvo Zarkón y sus hermanos Walder y Briot, que están todavía convalencientes en sus camastros para recuperarse de la paliza recibida por parte de las hembras insurgentes. Es entonces cuando el Gran Isén toma la palabra. - ¡¡Pueblo dorfu!! ¡¡Hemos sufrido la desgracia de perder a dos de nuestros mejores ejemplos físicos de hembras!! ¡¡Si los mogovos se están atreviendo a llevar a cabo tales ataques es hora de detenerles de una vez por todas o ellos acaban con nuestra civilización!! - ¡Un momento, Gran Isén! - ¿Qué quieres ahora, Windar? - ¡Todos y todas sabemos que Braina fue violada brutalmente y torturada vilmente por los mogovos antes de ser asesinada por ellos mismos, pero el caso de Sigrid es diferente! - ¿Qué ha sucedido en realidad con Sigrid? - ¡Que, según nos ha contado Hugh, fue empujada al abismo por otra hembra dorfu! - ¡¡Eso es mentira, gran brujo y hechicero, porque yo dije que pudo haberse caído ella misma o que alguna otra persona, y no señalé que fuese otra hembra dorfu, la empujara. No di nada por seguro sino que propuse dos alternativas!! - ¡¡También queda la tercera alternativa de que ella misma se suicidó voluntariamente!! - ¿Por qué dices eso, Zyriab? - Porque estamos hablando de hipótesis y no de certezas demostradas, Gran Isén. - ¡¡Dejemos ahora las adivinanzas y yo, como segunda autoridad del pueblo dorfu, ordeno que la bellísima Zaida se ponga delante de todo el pueblo porque quiero que confiese su pecado!! Un enorme jaleo de murmullos en voz baja se producen tras las últimas palabras de Windar. - No tienes por qué hacerle caso, Zaida. Si no quieres salir ante el pueblo dorfu no lo hagas. - Déjame salir y enfrentarme a ese cobarde, Zyriab. No tengo nada que ocultar pero él sí; ai que voy a salir para dar a conocer a todos y a todas qué clase de diablo es este tal Windar. Ni le tengo miedo ni se lo he tenido jamás. Todos y todas guardan silencio cuando sale al frente del pueblo dorfu la líder de las hembras insurgentes a las que tanto odian muchos hombres de los dorfus porque se niegan a ser víctimas de sus caprichos sexuales. - ¡Es hora de acabar con tu fama, Zaida! - ¿Y la tuya? ¿Cuándo se va a acabar la tuya, Windar? ¡¡Si yo me he ganado la fama ha sido diciendo siempre verdades mientras tú te has ganado la tuya diciendo siempre mentiras!! - ¿Qué sabe una hembra, por muy buena que esté y ya sabemos todos que té estás buenísima, de lo que es la verdad y lo que es la mentira? - Dejando de lado mis virtudes físicas de las cuales no viene a cuento hablar ahora... ¿quieres de verdad que te demuestre lo que es la verdad y lo que es la mentira, viejo verde? - Lo de viejo verde no admito que me lo diga ninguna hembra. - Ni yo admito que ningún hombre diga de mí que estoy buenísima sin haberme pedido antes permiso porque eso es acoso sexual. ¿Entendido, viejo verde? Windar se va quedando sin argumentos inciales... - Está bien. Supongamos que una hembra conoce la diferencia entre la verdad y la mentira. ¡Dinos cuál es esa diferencia según tu corto entendimiento! - ¡Mi corto entendimiento es muchísimo más largo que tu poca inteligencia, viejo brujo! Otra vez Windar se va quedando sin argumentos hasta que decide esperar otra mejor ocasión para atacar a Zaida... - Adelante... estamos esperando... - Si callamos y no decimos la verdad siempre obtendremos la mentira. Esa es la gran diferencia entre tú y yo. Tú callas los que haces mientras yo digo lo que no hago. ¿Me estás oyendo y entendiendo ahora mejor? - ¿Puedes demostrar lo que dices dándonos una breve exposición de tu pensamiento? - Seré breve... porque yo con pocas palabras puedo lograr mucho más que tú con largos discursos. - Adelante, si te atreves, líder de las rebeldías. - Permíteme primero un breve preámbulo antes de entrar en materia y solamente para que nadie de los aquí presentes y de las aquí también presentes se llame a engaño. Y de eso del engaño bien que sabes tú mucho. El verdadero amor comienza en el momento en el que no esperas nada en compensación por lo que haces. El verdadero amor es amar simplemente, sencillamente y sin darle más vueltas a la cabeza. Pero hay una gran paradoja en esto del amor. Lo que tanto cacarean, los gallitos y las gallinitas metidos y metidas a valientes, como amor libre no es más que una basura que todos la conocemos como fornicación, estupro, adulterio o prostitución que son la misma cosa dicha de varias maneras diferentes. Sí. Fornicación repito y repetiré cuantas veces sea necesario para que los sepan hasta los sordos. Si me hacéis callar ahora hasta las piedras de los caminos hablarán por mí. ¿Comienzo o no es necesario comenzar? Ante el silencio de Windar, es el Gran Isén quien toma la palabra. - ¡Sigue, Zaida! ¡Me interesa escucharte! - No hay nada más despreciable y cobarde como la mal llamada unión libre tanto en parejas de heterosexuales como en las parejas de homosexuales de ambos géneros. La libertina unión libre, esa en la cual se goza de las relaciones sexuales sin ningún compromiso de fidelidad entre ellos y entre ellas, es, y lo vuelvo repetir cuantas veces sean necesarias, nada más que fornicación. estupro, adulterio, o también la podemos llamar prostitución encubierta. Eso está más claro que el agua donde pescan los limpios pescadores como Zyriab y Hugh. - ¿Por qué citas a Zyriab y a Hugh en este asunto, zorra astuta? - Yo podría ser, si lo quisiera, una zorra astuta para gozar con los hombres como otras muchas hacen, pero no lo soy porque no deseo serlo; mientras que tú, Windar, y todos los que son como tú, sólo llegáis a ser promiscuos cerdos nada más. Si fuéseis zorros astutos hasta podría incluso respetaros un poco pero solamente sois promiscuos cerdos nada más. Y los cerdos sólo son felices revolcándose en la mierda. Y ahora haz el favor de no interrumpirme porque voy a hablar con total claridad. - ¡Bravo, Zaida! ¡Habla como yo te he enseñado! - ¡Gracias por todo ello, Zyriab! - ¡Es tu gran momento, Zaida! ¡Te lo mereces! - ¡Gracias otra vez, Zyriab, pero quiero saber si alguien se opone a que hable con total claridad! Ante el asombro y el silencio general Zaida comienza a exponer... - ¡Cómo está vuestro mundo, Windar! Con tantas deidades y creencias religiosas teneís ya la cabeza llena de agujeros negros. ¡Hasta los agujeros negros están ya dentro de vuestros cerebros! ¿Qué le pasa a tu mundo, Windar, que parece que sois fantasmas vivientes? ¡Vaya jaleo con vuestros fantasmas y vuestros espíritus malignos! ¡Vaya un follón que existe en el mundo del pueblo de los dorfus! ¡Vuestro mundo ya no se conforma con el follón que habéis armado entre los hombres y las hembras! ¡Habéis cambiado las camas rectangulares de los matrimonios formados solamente por un hombre y una hembra, por esos árboles malditos donde atáis a las hembras que deseáis, sean vuestras o no sean vuestras, y a fuerza de crueles correazos las encendéis, sabiendo que no son vuestras y en contra de su voluntad, para violararlas brutalmente antes de soltarlas para otro día cualquiera volver a repetir lo mismo con ellas a la hora de hacer el sexo, que no es el amor porque al amor lo habéis depauperado llamándolo libre cuando en el Principio de nuestro principio era amor noble entre un solo hombre y una sola hembra! ¡Y estáis llegando a ejercitar el falso amor en camas redondas donde todo es válido porque os empeñáis en predicar que la familia es una relatividad que deseáis destruir! ¡Pobre futuro el de la civilización de los dorfus que ya no tiene futuro más que el de su propia autodestrucción! Recuerdo... recuerdo a Braina... pero la dejo ya sólo en el recuerdo... allá... en su otro mundo feliz fuera de vuestra rapiña, Windar... Y ahora ¡hombres con hombres por aquí y hembras con hembras por allá! ¿Qué camino habéis elegido seguir, Windar? Lo vuestro, lo de vosotros y las hembras que creen en vosotros, es la ceremonia de la confusión. Vosotros lo llamáis, falsa e hipócritamente, amor libre e incluso amor comunitario de comunas sin moral alguna. Sin comentario. No vale la pena comentar absurdos y abusos antinaturales. Parece que en lugar de vivir vuestros festejos sólo vivís la escoria de vuestras fiestas y la porquería de vuestras orgías sexuales. Sois el peor ejemplo para vuestro propio mundo al cual ni pertenezco ni deseo pertenecer jamás. ¿La Vanidad? ¿Es que no sabes, Windar, los que es la vanidad de las vanidades de vuestro mundo? ¡Y qué pesados os ponéis con eso de la concupiscencia que es palabra de vuestra fama pagana, mundana, infernal! ¿Me entiendes ahora, Windar? ¡La concupiscencia de los ganadores lo llamáis vosotros! ¡Yo lo llamo la vanidad hecha modo de vida! En serio, absolutament, en serio, Windar. ¡Sólo sois cerdos y nada más que cerdos! Todo vuestro mundo es un caos. Todo vuestro mundo es artificial porque va en contra de la naturaleza de nuestra creación y el motivo por el que los hombres y las hembras fuimos creados por Dios. Todo vuestro mundo es tan herrático, con hache de herradura, que ni los propios burros lo pueden comprender. Violais sin sentido. ¡Vuestro mundo se ha convertido en una estulticia! Ya sólo sois unos dementes galopando por los bosques sin ninguna clase de orientación ni sentido. Sólo de fornicación en fornicación... sólo de estupro en estupro... sólo de adulterio en adulterio... sólo de prostitución en prostitución... y mejor no sigo más por respeto a los niños y las niñas que nos están escuchando. - ¡¡Basta!! Si tan pura te crees que eres... ¿por qué odiabas tanto a Sigrid hasta el extremo de haberla asesinado arrojándola por el precipicio del nacimiento de nuestro río? - Yo nunca he odiado a nadie jamás y tampoco he odiado jamás a Sigrid aunque ella sí me odiaba a mí. Lo que sucedió es que estaba hablando con ella para que comprendiera un poco lo que es el verdadero Amor de Dios cuando, ella sola, se cayó a ese abismo donde encontró la muerte porque sólo vivía buscando la muerte. - ¡¡¡Y yo digo que lo que dice Zaida es cierto!!! - ¿Cómo sabes tú, Zyriab, que lo que está diciendo Zaida fue le que sucedió de verdad? - ¡¡¡Porque estaba en el lugar adecuado para ser testigo!!! - ¡Si Zyriab dice que Zaida cuenta la verdad es que es lo que cuenta Zaida es la verdad, Windar! - ¿Por qué tenéis que creer en lo que afirma Zyriab y no en lo que afirmo yo, Gran Isén? - Porque Zyriab no interés alguno en alcanzar el poder pero tú sólo deseas ese poder de los intereses del cual él huye. ¡¡¡Zaida es inocente y todos sabemos que es inocente!!! ¡En caso de ser culpable no hubiese venido a la ciudad y se hubiese marchado fuera de nuestras tierras! - ¡Yo lo reafirmo proque al estudiar las heridas de la infeliz Sigrid se descubre que no han sido producidas por mano humana alguna sino por las rocas del precipìcio! ¡Si no se cayó ella sin querer es que se suicidó queriendo! Zaida vuelve a sentarse en la grada junto a su íntimo amigo Zyriab. - ¡Muy bien, chiquilla! - Gracias, Zyriab. - ¡¡Doy por terminada la reunión!! - ¡No hemos terminado todavía, Gran Isén! - ¿Qué quieres ahora, Zyriab! ¡Date prisa que la tormenta está a punto de caer! - Que salga ante todo el pueblo de los hombres dorfus y las hembras de los dorfus, Lusalla. Lusalla comienza a temblar... - ¡¡No... no... yo no he matado a Sigrid!! ¡Yo le ponía los cuernos a ella como ella me los ponía a mí pero éramos íntimas amigas las dos! - ¡Curiosa forma de demostrar la amistad íntima! ¡Pero no es por la muerte de Sigrid por la que quiero que te enfrentes al pueblo dorfu sino por la muerte de Braina! - ¡¡¡No!!! ¡¡¡Yo no quise hacerlo!!! ¡¡¡Fue solamente culpa de Sigrid!!! ¡¡¡Yo me vi obligada por ella!!! ¡¡¡Pero yo no quise hacerlo!!! - ¿De qué demonios está hablando esta hembra? - Calma, Gran Isén. Ella misma lo va a confesar. - ¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Fuimos Sigrid y yo las que atamos los brazos de Braina al tronco del arbol ¡Sigrid ató su propio pañuelo a la boca de Braina para que no pidiera auxilio, y la abandonamos allí sabiendo que los mogovos nos estaban observando!!! - ¡¡¡No!!! ¡¡¡No puede ser cierto!!! - Ya ves cómo acaba tu mundo, Windar... - ¿Es cierto lo que dice Zyriab, Lusalla? Lusalla está ya totalmente entregada... - Es cierto y merezco la muerte. - ¡¡¡Esta misma noche quiero y deseo que todos los cazadores salvajes de mi pueblo dorfu maten a pedradas a esta pecaminosa hembra!!! - ¿Quién eres tú para juzgarla, Windar? ¡El pueblo dorfu no te pertenece y tú no puedes ser el juez del pueblo dorfu! - Pero soy el hombre que necesitaba su fidelidad y nunca la tuvo. - Tú le fuiste siempre infiel a ella con otras hembras dorfus... ¿por qué eres tan hipócrita? ¿Si tienes derecho a ponerle los cuernos con cualquier otra por qué ella no va a tener el mismo derecho que tienes tú pero para ponerte los cuernos con cualquier otro? - Es cierto lo que dice Zyriab. Y creo que quien debe condenar o no condenar a Lusalla debe se la madre de Braina y no el infiel Windar. ¡¡Habla, Vezera!! - ¡En el nombre de ese Dios del que nos ha hablado Zaida y que no sé quién puede ser pero que puede ser cierto que exista, y por sentir yo el mismo dolor que está sintiendo la madre de Lusalla pensando que su hija va a morir esta misma noche, la perdono y declaro que quiero y deseo que siga viviendo! - ¡¡¡No es posible ese perdón!!! ¡¡¡Yo soy su macho y deseo que muera esta misma noche por apedreamiento de los cazadores violentos que saben hacer justicia!!! - ¡¡Mientras yo esté con vida, la justicia del pueblo dorfu soy yo!! ¡¡Y ordeno y mando que Lusalla no sólo queda perdonada sino que ya no te pertenece, Windar!! - ¡¡¡No podéis quitármela, Gran Isén!!! - Tú mismo la has perdido y la has convertido en víctima de la envidia y los celos, así que el que morirá esta noche apedreado por los cazadores violentos serás tú, Windar, y así acabamos con todas tus mentiras acerca de la evolución de nuestro futuro. - Yo no quiero que lo mates, Gran Isén. - No es ahora lo que tú quieras, Zaida, sino lo que yo ordeno. Esta noche será el ajusticimiento de Windar y ya todos podemos regresar a nuestras casas porque está a punto de comenzar la tormenta. Mientras todos corren a sus viviendas y Windar es arrastrado por los servidores del Palacio de los Gobernantes para que no intente escapar, se desata una tremenda tormenta mientras Zyriab y Zaida charlan cobijados en el gran granero comunitario de los dorfus. - Muchas gracias, Zyriab. Me has salvado la vida. - Yo no he sido. - Digamos entonces que ha sido Dios. - Digamos entonces que ha sido Dios. - ¿Puedo preguntarte por tu futuro, Zyriab? - Mi futuro es el último tiempo de la conciencia, Zaida. - ¿Me puedes explicar qué quieres decir con eso? - Mi futuro es aquel tiempo que tomamos siempre a última hora, ya cuando nuestro presente está a punto de desmoronarse. Entonces decidimos dar el paso al frente, nos montamos en el último tiempo de la conciencia y salimos triunfadores del futuro. Es ésta una decisión que sólo los lúcidos soñadores de utopías imposibles toman para hacerlas verídicas y reales; porque no son utopías de los imposibles cuando triunfa nuestra esperanza y rebasamos el límite de la realidad e, idealizando nuevas formas de manifestación humanas, tomamos este último tiempo y salimos a la superficie después de haber vivido tanto tiempo dentro del túnel de las incomprensiones ajenas. Tomar el último tiempo de la conciencia es superarse a sí mismo, batalleando con nuestro otro yo, y encontrar, al final del trayecto, el nuevo amor que anhelábamos con tanto afán. Sólo los valientes se olvidan del miedo y, conscientes de lo que buscan, aman y sueñan, son capaces de alcanzar la meta a la que se llega con la osadia de romper todos los límites impuestos por los falsos pensadores de la la libertad, una libertad que nunca existe pero que es paso inevitable para vivir la Liberación. La libertad no es un pensamiento, Zaida. La libertad no puede ser nunca una teoría filosófica ni una ideología política, social o religiosa. La libertad, que es el primer paso que debems dar para alcanzar la Liberación que tanto soñamos porque tanto la deseamos, es una idea florecida en el interior del sentimiento. La libertad no es tampoco, ni puede serlo nunca, un egoísmo epicéntrico de quienes buscan el poder para luego aplicarla caprichosas castraciones. La libertad primeramente es anhelo, después una querencia y, por último, una conquista que es la primera que debemos lograr para alcanzar la Liberación de los que aman con el corazón y no con el cerebro. La Liberación final a la que se llega solamente a través de la libertad es la inconsciencia más lúcida que existe aunque por culpa de ella somos llamados locos en un mundo lleno de locos. Mi futuro, en definitiva, es la Liberación, vivir eternamente enamorado como el niño que ama al caballo de cartón y la niña que ama al niño que ama al caballo de cartón o, en otras palabras más abstractas pero igual de valiosas, mi futuro es vivir enamorado como el niño que ama todos los sueños vivientes y la niña que ama al niño que ama todos los sueños vivientes. - ¡Jajaja! ¡Cuánto te admiro, Zyriab! Zyriab resiste la tentación de besarla en la boca. - ¿Por qué guardas silencio, Zyriab? - Es en el silencio de todas las cosas donde encontramos siempre el lenguaje exacto de todas las verdades. - Hablas demasiado hermoso para ser verdad... - Y sin embargo ya ves que es cierto... Zaida no quiere seguir siendo la tentación de aquel verdadero hombre y cambia de conversación. - ¿Quieres venir a cenar y dormir esta noche a mi casa? - ¿Y qué pasa con tu padre y con tu madre? - Te conocen lo suficiente... - ¿Cómo me pueden conocer lo suficiente si apenas me han visto alguna vez que otra andando por la ciudad? - Es que por la ciudad se habla siempre mucho de ti. No van a poner ninguna dificultad para que vengas a cenar esta noche con nosotros y a dormir en nuestra amplia vivienda. - Supongo que en el establo hará calor, Zaida. - Perdona, Zyriab... ¿cómo has dicho?... - Que supongo que en el establo hará calor junto a los caballos de tu padre... - No eres justo, Zyriab. - Entonces dime tú lo que es justo, Zaida. No estoy intentando molestarte sino hacerte saber que yo no soy de tan alta clase social. ¿Qué puedo ser yo al lado de tu padre? - Ser agradecido. - Lo soy. Por eso acepto tu invitación pero creo que en un establo se duerme en verdad caliente y te lo agradezco de verdad.` Ella sonríe... - Pero no dormirás jamás cuando estés en nuestra vivienda en ninguno de sus establos. Siemrpe tenemos una habitación disponible para nuestros invitados más selectos. - ¿Y yo soy un hombre selecto? - Si lo digo yo es que sí lo eres y no me importa en absoluto lo que digan los demás. - Pues entonces vamos hacia la casa de tu padres y de tu madre y que sea lo que Dios quiera. - Eso... Zyriab... que sea lo que Dios quiera... Aquella noche, mientras Zaida y Zyriab no pueden dormir, cada uno en distinta habitación porque están meditando sobre sus futuros, el viejo verde gran brujo y hechicero Windar es apedreado hasta la muerte por sus propios creyentes que se sienten totalmente engañados ante sus mentiras sobre el futuro de la evolución de los dorfus. - Zyriab... que extraña me siento cuando me agarras de la mano y no me sueltas... aunque sé que lo haces como un verdadero íntimo amigo... - Zaida... no sé que sentirás cuando te presente a mi futura hembra... pero... me gustas tanto que no puedo decírtelo... para no hacerte daño...
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