Historia de "Thaler" (Novela) -Captulo 19-
Publicado en Feb 03, 2014
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Historia de "Thaler" (Novela) -Capítulo 19- 
 
17 de octubre de 1906. Gran Casino de Los Ángeles de California, en los Estados Unidos. 
 
- ¡Diablos! ¿Qué haces, Rick Lecht, en postura tan fea que parece que te estás tirando pedos?
 
Como si las palabras de Malivai Wirtington fuesen una premonición acertada, a Rich Leach se le soltaron cinco pedos seguidos y bien sonoros.
 
- ¡¡¡Pum!!! ¡¡¡Pum!!! ¡¡¡Pum!!! ¡¡¡Pum!!! ¡¡¡Pum!!!
- ¡Jajaja! ¿Es que nunca va a terminar la metralleta de soltar cuescos?
 
Rick Lecht sabía que quien acababa de llegar al Gran Casino era su íntimo amigo Malivai Wirtington pero siguió en la misma postura cuando habló.
 
- ¿Es que no ves, zoquete de zoco, que estoy intendo que la máquina me devuelva la moneda?
- Pero... ¿cómo se te ocurre meter en una máquina una moneda sin haber leído las instrucciones de uso?
 
Rick Lecht se irguió y se puso serio...
 
- ¡O me devuelve la moneda o no queda de esta maquinucha ni el tornillo más pequeño con la que haya sido construída!
- ¿Qué piensas hacer, Rick?
- Lo vas a ver con tus propios ojos.
 
Rick Lecht, más enrabietado que nunca en su vida, comenzó a dar puñetazos a la máquina mientras los acompañaba con su expresión favorita.
 
- ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!!
- ¿Pero es que te has vuelto loco, Rick?
 
Antes de que Rick pudiera responder a Malivai, una verdadera riada de fichas de madera comenzó a salir del agujero superior de la misma. Parecía un verdadero apedreamiento contra los dos amigos juntos.
 
- ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZASZAS!!!! ¡¡¡ZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZASZASZAS!!!
 
Rick y Malivai terminan asfixiados por la cantidad de fichas de madera que la máquina ha arrojado contra ellos.
 
- ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Detén a este cacharro, Malivai!!!
- Deja ya de gritar porque ya ha acabado, Rick.
- ¡¡¡Mi moneda!!! ¡¡¡Quiero mi moneda!!!
- Pero... ¿se puede saber dónde has metido tu moneda?
- ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Esta maquinucha bien que lo sabe y más que lo va a saber cuando termine yo con ella antes de que ella termine conmigo!!!
 
Rick Lecht volvió a liarse a puñetazos con la tragaperras siempre acompañado por su palabra favorita.
 
- ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!!
 
La máquina volvió a responder lanzando otra ráfaga de fichas de madera contra los dos amigos.
 
- ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZASZASZAS!!!
- ¡¡¡Zumba, Malivai!!! ¡¡¡Esto parece el bambardeo de Venecia por parte del Imperio Austriaco si no me fallan mis conocimientos de Historia!!!
- Déjate ya de historias raras porque parece que ya se ha calmado.
 
Pero a Rick todavía no se le ha acabado la ira.
 
- ¡¡¡Mi moneda!!! ¡¡¡Quiero mi moneda!!!
- ¡No vuelvas a golpear a este cacharo que terminamos en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General!
- ¡¡¡Ni general ni capitán general!!! ¡¡¡O ella o yo!!!
 
Rick Lecht vuelve otra vez a darle puñetazos a la tragaperras animándose con su propia voz.
 
- ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! ¡¡¡Zumba!!! 
 
Por tercera vez consecutiva la máquinas tragaperras vuelve a acribillar con sus fichas de madera a Rick y Malivai.
 
- ¡¡¡ZAS!!! ¡¡¡ZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZASZAS!!! ¡¡¡ZASZASZASZASZASZASZASZASZASZAS!!!
- ¡¡¡Basta ya!!! ¡¡¡Me rindo!!! ¡¡¡Pero quiero mi moneda!!!
 
Malivai le coge por los hombros a Rick y lo menea de un lado para otro como si fuera un sonajero.
 
- ¡¡¡Que me mareo!!! ¡¡¡Que me mareo!!! ¡¡¡Que me mareo!!!
- No voy a dejar de darte meneos hasta que se te pase la histeria.
 
Rich Lecht reacciona.
 
- Ya se me ha pasado.
- ¿Se te ha pasado del todo del todo del todo?
- ¡¡¡No!!! ¡¡¡Quiero mi moneda!!!
- Pero... ¿qué diantres de moneda has echado dentro?
- ¡¡¡Un dólar y quiero mi dólar o cometo un asesinato con el primero que esté a mi lado!!!
 
A Malivai Wirtington le entra tal temblor de cuerpo por culpa del miedo que decide regalar su "Thaler" al desquiciado y neurótico Rick Lecht. 
 
- Toma un dólar y mímalo mucho. Se llama "Thaler"
 
Rick Lecht mira fijamente a la extraña moneda de dólar conocida como "Thaler", lo guarda en el bolsillo trasero de su pantalón de canutillo y saca la lengua a la tragaperras.
 
- ¡¡¡Fea!!! ¡¡¡Fea!!! ¡¡¡Fea!!!
 
Los dos amigos se dan la media vuelta pero la máquina lanza su última ficha de madera que tras dar de lleno en la cocorota de Rich rebota y da de lleno en la cocorota de Malivai
- ¡¡¡ZAS Y ZAS!!!
 
Rick se revuelve otra vez furioso...
 
- ¡Zumba! ¡A esta la descuajeringo hoy!
 
Pero Malivai le sujeta por el pantalón con tan mala suerte que se rompe la tela y deja ver el trasero de Rick porque se le ha olvidado ese día ponerse los calzoncillos.
 
- ¡¡¡Raaaaaaaaaaas!!!
- ¡Atiza, Rick! ¿Cómo se te ocurre salir de casa sin calzoncillos?
 
Rick está rojo de vergüenza mientras los demás clientes del Casino no han perdido ni un sólo segundo del espectáculo.
 
- ¿Y tú por qué vistes siempre tan hortera con ese rapapolvo de zapatero? 
- ¡Vamos a tomar un buen trago, Rick, a ver si a todos estos pendejos y a todas estas pelanduscas se les pasa ya la manía de mirar lo que estamos haciendo!
- ¡¡¡El ridículo!!! ¡¡¡Estamos haciendo el ridículo!!
- ¿Puedes ya hablar como las personas normales? ¡Tira para adelante antes de que nos detengan los de la seguridad ciudadana!  
 
Rick va delante y Malivai va detrás, pegado a su amigo, para que nadie vea que lleva el culo al aire.
 
- ¿Qué estarán pensando ahora de nosotros, Malivai?
- ¡Cállate y siéntate rápido en la silla de esa mesa vacía mientras yo voy a por dos cafés muy calientes para ver si ya todos nos olvidan antes de que salgamos en la portada del periódico Los Ángeles Times! ¡¡Bastante hemos hecho ya el ridículo por tu culpa!!
 
Rick se sienta en la silla y está más rojo de vergüenza que un pimiento morrón. Apoya la mano derecha en su quijada y se siente como un filósofo epicúreo en medio de un convento de monjas de clausura. 
 
- ¡Me siento peor que Epicuro encerrado en el convento de clausura de las monjas de Monte Tabor! ¡Esto es más aburrido que leer Los Ángeles Times completo! 
- Pues ten cuidado no vaya a ser que nos haya visto alguno de sus periodistas. Y ahora ponte a pensar en lo que quieras, menos en Epicuro y las monjas, y espera a que vuelva con los dos cafés cargados y bien calientes. 
 
Cinco minutos después vuelve, manteniendo el equilibrio como mejor puede, Malivai con dos humeantes tazones llenos de café hirviendo y hasta los bordes; pero con tan mala fortuna que, como está azorado por las circunstancias, tropieza con su silla y derrama las dos tazas llenas de café hirviendo en el cogote de Rick quien, comienza a aullar y dar vueltas alrededeor de la mesa como si fuese un indio soux atacando a una caravana de yankis mientras Malivai rueda por el suelo y las dos tazas se hacen ciscos. 
 
- ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!!
 
Medio aturdido por el trastazo que se ha dado Malivai éste consigue medio incorporarse y, de rodillas, sujeta de nuevo a Rick por el pantalón siendo arrastrado por este que no para de aullar mientras Malivai va derribando, silla tras silla, las cuatro que hay alrededor de la mesa.
 
- ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡Au!!! ¡¡¡Catacrack!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Catacrack!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Catacrack!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Au!!! ¡¡¡Catacrack!!!
 
La vergonzosa escena termina cuando acaba también en el suelo Rick Lecht pero ya sin pantalones porque se los ha arrancado Malivai en la loca carrera alrededor de la mesa. Ambos hablan en voz baja y tirados en el suelo boca abajo. 
 
- ¿Y ahora como me levanto si dar el espectáculo, Malivai?
- No hagas ni el más mínimo movimiento. Voy a ponerte los pantalones de la mejor manera que pueda y luego vamos a ver cómo tapo el agujero. 
 
Malivai consigue ponerle los pantalones a Rick y se levanta.
 
- Quédate en el suelo, Rick, que voy a ver qué encuentro para taparte el agujero.
 
Rick se queda más tieso que el garrote de Moisés y al poco rato vuelve Malivai con una enorme chapa metálica de Coca-Cola.
 
- Vamos a ver si atando esta chapa a tu correa podemos salir del apuro.
 
Por fin, tras muchos esfuerzos, Malivai lo consigue y se levanta Rick.
 
- ¿Y ahora qué hacemos, amigo?
- Escucha, Rick, es mejor irnos cada uno a nuestra casa.
- ¡Espera! ¡¡Tengo una premonición!! ¡¡¡Vamos a jugar a la ruleta!!!
- ¡No estropees más el asunto, Rick!
- ¿De qué asunto me estás hablando?
- ¡Del denigrante espectáculo que estamos dando ante todos y ante todas!
- ¡No me importan todos ni todas! ¡Al fin y al cabo soy un soltero sin compromiso!
- ¿Y cómo quieres que una chica guapa se fije an alguien como tú que no haces más que meterte en líos ridículos por culpa de tu ludopatía?
- ¡Vamos a la mesa de la ruleta! ¡¡Te prometo que vamos a medias en el reparto de las ganancias!
- ¡Pero si yo no tengo ni un centavo!
- ¡Pero yo tengo a "Thaler" que da buena suerte!
- ¡Qué "Thaler" da buena suerte! ¿Qué estás diciendo? Por culpa de "Thaler" estoy pasando el día más vergonzoso de mi existencia.
- ¡Tú ven conmigo y déjate llevar!
 
Rick coge de la mano a Malivai.
 
- ¡Suétame la mano, Rick! ¡Sólo me faltaría que todos y todas pensaran que soy un julandrón!
- ¿Te importa tanto lo que digan los demás?
- ¡¡Que me sueltes la mano he dicho!! ¡¡Vamos a la ruleta pero como dos hombres que somos aunque contigo ya no sé ni qué pensar!!
- ¿Estás poniendo en duda mi hombría?
- ¿Siempre vas por el mundo sin calzoncillos debajo de los pantalones?
- ¡Cállate, por favor! ¡Es una vieja costumbre de mi familia! ¡Viene de mis primeros antepasados! ¡¡Menos mal que ahora hay Coca Cola para disimular!!
- ¡¡¡Jajaja!!!
 
Ya soltado de la mano, Malivai se anima a acompañar a Rick hacia la ruleta donde todos se apartan a un lado viendo llegar a tan esperpéntica pareja mientras el crupier da la orden.
 
- ¡Pueden ya jugar sus apuestas, damas y caballeros!
 
Rick saca el dólar...
 
- ¡Voy a poner a "Thaler" en la columna de los negros, Malivai!
- ¡Nada de poner a "Tahaler" en la columna de los negros, Rick! ¡Haz el favor de ponerlo en la columna de los rojos! 
- ¡¡Yo quiero ponerlo en la de los negros!!
- ¡¡Yo quiero que lo pongas en la de los rojos!!
 
Ambos amigos comienzan a forcejear delante de todos, atropellando a quienes se ponen por delante para impedir la pelea, pero la furia de ambos es tan fuerte que terminan los dos tirándose de los pelos encima de la mesa de juego hasta que llega un vigilante de más de dos metros de altura y más de cien kilos de peso, les coge a ambos por el cuello de sus camisas y los saca hasta la calle propinándoles una patada a cada uno que quedan por supuesto, sentados en la acera. El enorme y tarzánido vigilante les lanza a "Thaler" que rueda poco a poco por la acera.
 
- ¡Clink... clink... clink!
 
Hasta que termina junto a la mano derecha de Rick Lecht que besa a "Thaler" y se lo vuelve a guardar en el pantalón trasero de su pantalón cuya culera sigue estando tapada por la gran chapa de Coca-Cola.
 
- Yo me voy a mi casa, Rick...
 
Cuando Malivai se levanta y se encamina hacia su casa, Rick saca su reloj de bolsillo y comprueba que son las once de la noche y que ya debería estar trabajando como pocero de las alcantarillas de Los Ángeles de California, así que se levanta como puede y se dirige hacia la oficina de los alcantarilleros para comenzar con su labor nocturna.  
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela de Ficcin.

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Relatos Narrativa Ficcin.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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