Una vida en este mundo -6- (Novela y Guin literario para Cine).
Publicado en Feb 16, 2014
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Me enamoré tontamente de ella. Luis estaba narrando la última anécdota sucedida con Isabel, la chica del "calentón" que juraba y perjuraba no tener hormonas en los pechos… Carlos rumoreaba, bajito, los sones de una canción de amor… y yo estaba intentando descifrar qué era eso del enigma de los ojos de una bella mujer. Por supuesto que ella sabía que era simplemente imaginación el hecho de que fuésemos tres pilotos de aviación recién llegados de la Academia y también sabía que nosotros tomábamos a sueño ilusorio el que fuese la amante de un famoso torero y éste le hubiese contagiado tanto el amor por la fiesta taurina que ya tenía previsto debutar como novillera dentro de un mes. No era cierto. Tampoco era cierto que había rechazado un papel trascendental en una película de un director norteamericano que se había prendado de su espectacular apariencia física. 

Cansados de seguir contándonos imaginaciones alternadas con piropos para hacer más fácil la comunicación, decidimos jugar la consabida partida de dados. Ni los “negros” ni los “rojos” decantaron la partida hacia ningún lado concreto. Jugar a las “jotas” siempre termina con un baile de encrucijadas hacia ningún lugar y los ases y reyes no aparecieron por ninguna parte. A nosotros aún nos faltaba mucho camino por recorrer para llegar a la cima de nuestras inquietudes y allí nadie éramos reyes de nada. Sólo ella era princesa fundamental de la noche y por eso, como siempre, nos jugamos a las “damas” el todo o nada…

Aquella niebla se nos apretó aún más en el alma cuando llegamos a la plaza y entonces, en medio del desconcierto de la luna, deseé profundamente, igual que el cantautor, tener un buen lote de piedras justicieras para hacer añicos el cristal del Banco. 

Al día siguiente muchos compañeros de oficina me miraron mal cuando dije en voz alta y clara que los empleados de banca sólo éramos chupatintas al servicio de chupasangres. Me quedó el suave consuelo de comprobar que aquellos que me miraron mal son los que nunca han descubierto la infinita poesía que existe en los ojos de una mujer de la que tontamente nos hemos enamorado.
 
- ¡Cuánto daría yo por tener una personalidad desbordante! ¡Poder ser de esa clase de hombres admirados y deseados por todas las mujeres que me gustan de verdad! ¡Llegar hasta el límite del triunfo, llegar hasta el límite del éxito, llegar hasta el límite de la gloria! ¿Cómo podría ser yo un conquistador de hembras hermosas siendo un amcho propio pero sin ser jamás un machista donjuanesco títere de los caprichos del mundo? ¿Qué es la personalidad de un verdadero hombre cuando, además, es un hombre verdadero?  
 
Me vuelvo filósofo. Me encuentro filósofo. Me realizo filósofo. Cuando miramos el mundo con los ojos internos de la introspección es cuando la persona se encuentra más cerca de alcanzar la sabidurñia transmitida a través del equilibrio de los pensamientos, porque dejamos de pensar en los intereses de las apariencias y penetramos en la verdader y honda condiciñon de la vida humana. Para ello es necesario el equilibrio entre nosotros y todo lo demás: la gran acción de la contemporización de ver lo que hay de valioso en cada humano y ofrecerse las oportunidades necesarias para empatizar con las verdades no prejuiciosas y las realidades exentas de análisis condicionantes previos. Es importante aprender a vivir los propósitos del conocimiento desligado de cualquier tensión o pasión discordante. Cuando somos un "cuadro en blanco" es cuando podemos interpretar la trascendencia de nuestra personalidad propia tamizada por los contrastes con todo lo externo a nosotros.
 
Siempre estamos creciendo... pero para que ese crecimiento sea valioso no debemos perder el equilibrio de nuestros pensamientos para encontrar la evolución que nos formaliza como emulsores de personalidad. Lo que sea que hagamos en este sentido siempre será una acumulación de experiencias positivas de las cuales obtenemos resultados de sabiduría con ciertos niveles, más o menos elevados según hayan sido las trascendencia obtenidas con tales experiencias, pero siempre debemos ir graduando con naturalidad nuestra maduración psíquica. Somos nosotros mismos quienes obtenemos el equilibrio natural de nuestros sentimientos cuando podemos ver las cosas no sólo desde nuestro propio punto de vista, lo cual es ya importante, sino también con las ideas a las que nos hemos acostumbrado y desde todos los lados posibles. Porque el sentimiento de un solo lado no tiene equilibiro en sí mismo. El sentimiento masculino sólo puede ser equilibrado con el sentimiento femenino. Lo demás es antinatural.
 
Yo creo, como señalan los sufíes, que la conciencia está libre del cuerpo y de su confinamiento físico. Por eso, cuando liberamos equitativamente la conciencia de nuestro cuerpo físico, sin renunciar jamás a dicho cuerpo, hemos llegado a los más alto de nuestra propia experimentación personal. Eso es encontrar el equilibrio de nuestros sentimientos.
 
No hablo de sentimientos sensibleros del corazón ni de éxtasis espiritualista, porque lo que hace iluminada a una persona es el equilibrio de haber aprendido a concoerse a sí mismo o a sí misma en el contexto general y natural de la existencia humana. La vida es siempre relativa y depende de factores muy subjetivos. No es la quietud ni la inercia sino la evolución natural de nuestro propio equilibrio interno: eso que nos lleva a la actividad evolutiva a través de la percepción de las cosas y de la concepción de las mismas. Porque el equilibrio debe ser lo natural y ese hallazgo depende de la dirección que tome nuestro pensamiento.
 
Todo lo de afuera debe depender de nuestro estado interior y no a la viceversa ya que si nuestra interioridad depende de lo externo estamos mediatizados y alienados con visiones ajenas a nuestro propio pensamiento. Lo que importa en la libre dirección de nuestras vidas es el equilibrio natural. Lo que nos da seguridad. Lo que algunos llaman personalidad. 
 
Así que me convierto en torero de mis fantasías. Acabo de iniciarme en la vida taurina. Me enfrento conta el toro de la deshumanización. Me enfrento contra lo antinatural para poder ser natural. ¡Y entre naturales y derechazos estoy triunfando! ¡Todas las hembras más hermosas me observan mientras continúo con mi faena de torero enlazando pases y pases siempre con el control de la vida entre mis manos! ¡Todas las hembras más hermosas me contemplan lleno de heroicidad! ¡Todas las hembras más hermosas me desean ahora que ya he conseguido ser el mitológico dios para todas ellas, las que me adoran en la intimidad del cuerpo a cuerpo! ¡Cuerpo a cuerpo estoy enfrentándome contra el toro que va a elevarme a la categoría de inmortal para deslumbrar a todas las hembras más hermosas que me izan a la excelsa condición de divinidad! ¿Es esto ser conquistador de mujeres? ¡Cada vez que ligo un pase y el toro roza mi cuerpo manchando mi deslumbrante traje de luces con la sangre cuajada de la temeridad, observo cómo todas ellas rezan por mí para que pueda seguir viviendo dentro del corazón de todas ellas! ¡Me aman! ¡Por fin me aman todas las hembras más hermosas de la Tierra! Sólo tengo un momento de duda, un instante de vacilación. ¿Soy yo el que las conquista a todas ellas o son todas ellas las que me conquistan a mí? ¡Error! ¡Fatal error de mi destino antes de entrar a matar! ¡Siento cómo el pitón izquierdo del toro me rasga la piel, esta piel humana que tanto he detestado siempre! ¡Y veo cómo el pitón izquierdo del toro, en la suerte de un natural, me penetra hasta las entrañas de este mi yo que deja de ser mi yo! Mientras las sombras anónimas de la desesperación me conducen a la enfermería, termino por entrar en el túnel oscuro de la muerte. Y cierro los ojos y dejo de ser inmortal...
 
¡Riiiiing! ¡Riiiiing! ¡Riiiiing! ¡Riiiiing! ¡Riiiiing! De repente, como una sacudida brutal, estos cinco estrépitos surgidos de la oscuridad del túnel me han abierto las entrañas. ¡Es el inmisericorde despertador de todo lo que tengo de cotidiano y de vulgar! Me despierto. Un sabor amargo me llega desde lo profundo de mi garganta y estoy a punto de gritar. Grito. Grito como jnunca jamás he gritado en mi vida. Es como el sabor amargo de las retamas cuando comprendo que no seré jamás un hombre importante, de esos hobmres machos y machistas amados y adorados por las hembras más hermosas que conozco. Pero yo no deseo ni desearé jamás ser un donjuan machista. Y sólo me queda el remedio de regresar a la realdiad. Pero sé bastante de realidades. 
 
En una era histórica dominada absolutamente por la "imagen", el ejercicio de la reflexión intelectual está siendo cada vez más estrecho. Se empobrece la cultura. Se achica el corazón. Se destruye el sentimiento... Ya no es noticia saber de jóvenes hundidos en la droga y el alcohol, ni de jóvenes que circulan vertiginosamente por las "autopistas" del sexo con "la marcha" metida a fondo y "el motor" a las máximas revoluciones por minuto. Tampoco es noticia ya el conocer de jóvenes que amaron y fueron seducidas, violadas, embarazadas, abandonadas tras haber vivido lo que ellas creyeron un maravilloso amor...

Mayo. "Gaviota" está en un hospital psiquiátrico de Madrid. Los amigos y compañeros de antaño hemos ido a visitarla. "Gaviota" ya no es gaviota. Quizás hasta ya no sea ni el recuerdo de gaviota.... porque nunca más volará... Hace muy poco era la más alegre y juvenil de la Facultad de Periodismo de la Universidad. Todos estábamos enamorados de "Gaviota"; pero un día llegó más contenta que nunca y supimos que estaba enamorada... de Gunther. Aquel nórdico procedía de la comuna "hippy" de Cristianía. Yo vi a "Gaviota" más feliz que nunca y, aunque le narré todo lo que sabía de aquella comuna (alcohol, drogas, celos, riñas, navajas, pistolas y muertes), ella ni tan siquiera oyó... Sólo era una chiquilla de 17 años enamorada de un "ideal" de 36... Y entonces llegó el viaje sorpresa a Londres y con él consecuencias... Gunther huyó de la vida de "Gaviota" sin tan siquiera tener la hombría de decirle adiós... El saldo de esta experiencia: Un aborto. Tras la depresión (normal y perenne en las abortivas por "obligación") apareció Roberto. Argentino. Bohemio. Pintor. Nada excepcional salvo que "usaba" longas barbas estilo "maharashi" y hablaba de filosofía hindú con pacifismo a lo "gandhi" incluído. Vivían en un precioso chalet de un lindo pueblito de casas blancas, en las cercanías de la capital. Roberto gordo. "Gaviota" flaquísima. Roberto alegre. "Gaviota" triste. Roberto locuaz filósofo del amor. "Gaviota" nada... Nada y, sobre todo, silencio... Hoy, "Gaviota " está en un hospital psiquiátrico. "Gaviota" ya no es gaviota. Quizás hasta no sea ni el recuerdo de gaviota... porque nunca volverá a volar...

"Xaite" es una compañera de trabajo en la entidad bancaria. Tras caer en brazos de dos o tres "angelitos"... tienen que pedir el traslado a una ciudad lejana. ¿Qué pasó con "Xaite"?. Únicamente que, perteneciendo a una "buena familia" de la alta "saciedad", huye ahora del acoso burlesco de las ironías de "los de su clase" (como ella siempre se ufanó en publicar) y huye ahora del dedo cruel de los "muy serios" de la oficina. "Xaite" huye porque no puede soportar. Los "angelitos" pululan por entre los pasillos y, en las horas del relax, sonríen para mostrar sus blancas dentaduras de blanco "pedigree" mientras sujetan la taza de café con los deditos colocados como les ha enseñado "su miguel". Son los chicos "chic" de la oficina. Son los chicos "in" de la oficina. Son los chicos "guay" de la oficina. Muy conocidos por todos y por todas... porque, al fin y al cabo, ellos dicen: "que más da el sexo si el amor es puro". Muy conocidos. No lo disimulan. "Xaite " los conoce, por ejemplo, muy bien. Pero ahora vive a más de 300 kilómetros de la capital y se siente desterrada... por culpa de una pasión. No he mantenido nunca amistad con "Xaite" pero siempre respeté la dignidad de los compañeros y compañeras. "Xaite" es compañera. "Xaite" es mujer. No importa su orgullo ni su vanidad. Lo que me agobia es la atmósfera de este estúpido machismo que huele a huevos podridos y que cubre los cinco continentes de la Tierra. Con razón la capa de ozono ya no soporta más...

 
"Virgim" (linda emigrante) ha sido engañada por un "rubio de Oklahoma" que prometió matrimonio hasta el momento en que la "conoció" del todo (como se dice hoy entre la juventud para conocernos bien), y salió de la vida de ella como el "rápido de Kansas" (porque estaba casado con una tal Katy, allá en los USA...). Y la ingenua "Virgim" (linda inmigrante a quien muchos quieren de verdad) vuelve a la "Discoteca Topless" para hallar su "sueño dorado". Esta vez es un "rubio de Sidney" quien, de nuevo, repite el mismo experimento con "Virgim". Promesa de boda si... y ella dice sí. Se levantan a la mañana siguiente.... y el "rubio" resulta que no era sidneyano sino "camberrano". Sin embargo no es broma. Años después me encontré a "Virgim". Es desesperante hablar con "Virgim".... sencillamente porque es imposible hablar con ella. Conversa sin hilvanar frases coherentes. Tan pronto llora (sin saber por qué) como ríe (sin tener motivos). "Virgim" es ya una treintañera pero aún mantiene algo de su belleza juvenil aunque se debate entre la neurastenia y la psicosis con anfetaminas, en el afán de encontrar un "rubio" con quien celebrar boda...


¿Culpables?. Ellas no. Ellas sólo ignoran que son las víctimas de la prostitución de los sentimientos. Ignoran que prostituir es depauperar, hasta el grado máximo, lo que por sí mismo sólo es limpia naturalidad. E ignoran que prostituir los sentimientos es degradar la condición de lo noble y lo sublime hasta convertirlo en manifestación de vacuidad. En un vacío. ¿Culpables?. Sí. Los hay. Partiendo de la base de que el mundo actual es multidisciplinar y, a causa de la súper intercomunicación mundial, los análisis ya no son simples, sino complejos, es necesario señalar como culpables: al ingenuo vivir de iluso sentimiento en iluso sentimiento (intercambiando "amores explosivos" como se comercian baratijas en un mercadillo de "ocasión"); al falso empeño de vivir de autoengaño en autoengaño (hasta destruir la capacidad de nuestra autoestima personal y acabar siendo el objeto que de mano en mano va y ninguno se lo queda); a los falsos profetas del "amor libre" (siempre que sea el otro o la otra el esclavo y la esclava y no yo); a los hipócritas pacifistas del "haz el amor y no la guerra" (siempre que sea el otro o la otra quien rinda sus armas mientras yo sigo llevando la canana bien repleta de munición); a tantos "intelectuales" de la posmodernidad, depredadores de la familia (ellos dicen que el hogar es un infierno), depredadores de la espiritualidad (ellos se autoproclaman los dioses sustitutos de un Dios que ellos dicen que no existe) y depredadores del amor noble (detestan el romanticismo porque aman sólo el rock de la "Edad de los Metales" y el sonido "undergruñido"... al que llaman, debido a su carencia musical, "underground" que es más moderno de pronunciar y disimula bastante). Y, ¡cómo no!, culpables son los numerosos "donjuannadies" de la "nada nada más", los ilustres catedráticos de las "universidades del relax" (doctores en Simulación Lingüística" y otras materias) y los ampulosos "ganadores" (algunos de ellos también ganaderos) de la Alta Sociedad, Sociedad Limitada y Compañía, y las existosas "liberadas" (algunas de ellas hasta leen libros) del querido de Mercedes... (Benz). Dos mujeres (o tres o cuatro o vaya usted a saber cuántas más) y un camino o dos avenidas o tres parques o no sé cuántas playas del amor tienen la culpa.
 
He tenido millones de oportundiades para haber sido uno de ellos... ¡pero jamás he deseado ser ni lo deseo, y ni he sido ni lo soy, uno de esos conquistadores y machistas. ¡Soy solamente un ser vulgar, nada más que un ser vulgar que no ha querido ser jamás, ni jamás lo he sido, un simple desgraciado como lo son siempre todos los donjuanes que terminan siempre llorando porque alguna que otra los rechazan! 
 
Me vuelvo sociólogo. Me encuentro sociólogo. Me realizo sociólogo. Tratado infinidad de veces en la literatura universal de todos los tiempos, sobre todo a partir del Renacimiento y la Edad Moderna, el donjuán es un tipo de hombre que dista mucho de ser varón. El donjuán es, en primer lugar, un tipo acomplejado; carente de valentía para conocer verdaderamente a una mujer, se refugia cobardemente en su aspecto físico, no tan atractivo como él mismo se cree si se mirase detenidamente ante los espejos de la vida, para conquistar mujeres ingenuas y enfermizas, puesto que enfermedad es, en ciertos elementos femeninos, dejarse ser víctimas propiciatorias de donjuanes de tan poco pelaje. El donjuán, aprovechando la enorme ignorancia de tales mujeres, conquista a éstas por ser ellas débiles de carácter, incapaces e inseguras de sentirse verdaderas mujeres y siempre sujetas al dominio del macho más amputador de sus personalidades.

El donjuán no sabe amar. Conquista, pero no tiene ni siquiera el más mínimo conocimiento del arte amatorio. El donjun, además de machista, es un impotente sexual que, ante el temor que le ocasiona enfrentarse a la mujer verdadera, busca aparentar potencia varonil ante la crédula sociedad que le rodea sin darse cuenta de que es simple falsa apariencia. Si se le observa un poco, ligeramente un poco, se ve que carece de cualquier capacidad para conocer lo que es una mujer.

Es, por otro lado, imposible conocer a una mujer por completo ni aún durante toda una vida. Y entonces surge la pregunta: ¿Cuántas mujeres puede conocer alguien que alardea de conocer a 6 o 7 por semana?. Imposible. No conoce a ninguna. Y así, el drama del donjuán se convierte en tragedia. A su temor hacia las mujeres, a su miedo a ser descubierto como verdadero impotente sexual, le suma la ignorancia de que él es un ignorante. Y se hace misógino.

El donjuán termina por encontrar, tarde o temprano, el amor de su vida. En algún momento descubre a la mujer verdadera de la que se enamora locamente... pero él es incapaz de poder conquistarla y entonces, en vez de aceptar su derrota, se dedica con mayor furia e irracionalidad a conquistar a las más débiles -ya entonces ni tan siquiera son las más atractivas- y se aumenta considerablemente el número de sus víctimas. Pero él, a medida que crecen sus fáciles y superfluas conquistas, se hace más despreciable al verse a sí mismo y menos varón se auto considera. Ya no son los demás quienes lo descubren. Él mismo se descubre a sí mismo. Y termina degenerándose a través del alcohol (para olvidar su fracaso), a través de las drogas (para ocultar su fracaso) y a través de la homosexualidad (para compensar su fracaso).

Cuando entra en el círculo de la homosexualidad, el donjuán sufre una paradójica transformación ya que es él quien, en la relación hombre/hombre, pasa a ocupar el rol femenino puesto que nunca llegó a ser un verdadero varón. Esta es la tremenda tragedia final de los universales donjuanes que acaban, muchas veces, en el hospital psiquiátrico, víctimas de su suicidio o arrastrando una vejez horrible.
 
Siempre que los hombres vemos de cerca un acto de lesbiansimo, nos entra una extraña e idefinida sensación muy variopinta. Algunos, sobre todo los de edad muy avanzada, desearían convertirse, en esos mismos momentos, en El Guerrero del Antifaz o El Espadachín Enmascarado y, desenvainando sus espadas (quizás por ilación de ideas) liarse a mandobles hasta poner un poco de orden en sus desconcertados pensamientos. Otros, de menor edad, quedan algo perplejos y reaccionan simplemente con la sorpresa de estar nadando en alguna laguna inconclusa. A muchos, de edades más juveniles, les gustaría ser en esos momentos boca y eliminar los fantasmas de las "vetaranas" para ser ellos los que besan los frescos labios de las chavalas. Hay otras muchas reacciones imprevistas, que dependen de nuestras maneras de pensar. Algunas son tan transitivas que se comienza a divagar con eso de que si se verifica que para un elemento a hay un elemento b y para un elemento b hay un elemento c también para un elemento a hay un elemento c para un elemento a y otras tan intransitivas que van seguidas de un complemento directo como dormir, morir o quedar. 

Yo no acierto nunca a definir exactamente qué es el lesbianismo y me apresto a aceptar lo que diga mi diccionario. Pero la sorpresa es grande cuando este diccionario (tan locuaz y explícito con las palabras "homosexualidad" o "genética" por ejemplo) se limita a un breve y lacónico "homosexualidad femenina" cuando define la palabra "lesbianismo". Así que solo puedo acudir al recurso de citar a Safo de Lesbos cuando evocando a su amiga Arignota escribiö: "Semejante a la manzana dulce, roja en la parte de la rama, en lo alto de la copa del árbol, los cosechadores se han olvidado de ella. Pero no, no se han olvidado; es que nos han podido alcanzarla".
 
Si la homosexualidad es la carga de dinamita que todos los donjuanes llevan dentro de sí... ¿cuál es la posibilidad real de quienes somos verdaderos hombres y, además, hombres verdaderos, para ser un conquistador de la única mujer con la que soñamos?
 
Golpeo con saña, con furia descontrolada y con mis dos manos alternativamente, hasta diez veces contra la almohada, como si ésta fuera la cabeza de Don Juan Tenorio. ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Cuatro! ¡Cinco! ¡Seis! ¡Siete! ¡Ocho! ¡Nueve! ¡Diez! Soy un boxeador peleando contra un fantasma y aumento la dureza de mis puñetazos. ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Cuatro! ¡Cinco! ¡Seis! ¡Siete! ¡Ocho! ¡Nueve! ¡Diez! Hasta que me duelen las manos.   

 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela y Guin literario para Cine.

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Relatos Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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