A mi dolor y mi tristeza les escribo las primeras palabras con todas sus letras:  "chinguen a su madre", aunque dudo que la tengan, no se tientan la inexistente alma que tienen porque cada que se les pega la gana me tumban, golpean y agreden. No perdonan horarios ni quehaceres, llegan y se ciernen sobre mi como si no hubiera otra pinche gente necesitada de ustedes.
Les escribo enojada, encabronada, herida, cansada y llorada ¿eso a ustedes que les va y que les viene? Sé de sobra que  no por mi estado de incompetencia van a detenerse, si no al contrario, van a comerme hasta matarme si es posible. Pues aquí tranquilamente les pregunto: ¿si me han estado matando por cinco años sin fallas, pueden matarme mas muerta delo que ya estoy?
Francamente no sé qué pretenden,en las mañanas que logro levantarme lo hago como una autómata, con el piloto automatico puesto. ¿quién me lo puso? No sé, quizá en mi lucidez antes del choque me lo programé. Les aviso que mis ojos no tienen muchas más lágrimas que llorar, solo me nacen ojeras que zurcan de lado a lado mis orbitas oculares, que me han hundido los ojos y que me ahogan el corazón con esas lágrimas que día a dia lloro hacia adentro.
Me han dicho que solo me resta subir por que ya estoy en el fondo, pero parece que ustedes dos se han empeñado
 en investigar y probar que efectivamente; pueden mandarme mas abajo, yo no sé. ¿podrán?
Ciertamente estoy encabronada: llegan y se meten sin tocar mi puerta ¿ de que pinche privilegio gozan? ¿ acaso han confabulado con mis monstruos y han comploteado para hacer que me desplome? respondanme porque respecto a eso soy una ignorante.
Muchos escriben porque tienen musas, historias memorables, recuerdos insuperables, dolores superficiales; pero yo la tengo a ustedes. Un dolor que es un cabron bien hecho y la tristeza que es la mas mendiga de las perras que he podido conocer en mi vida; y a diferencia de otros tengo el deshonor y la dificultad de tener que trabajar con lo poco tan cabronamente duro que ustedes dos me ponen en el camino.
Puedo jurarles que después de casi cinco años de su presencia nadie me entiende, ni nadie los entiende. No comprendo esa determinación necia de ustedes de seguir haciendo que yo parezca una loca aferrada, una mujer que tiene la misma cara larga siempre en noviembre cada año, ¿porqué se burlan de mi? Jamas los he visto por encima del hombro ni menospreciado los horrores que pueden hacerle a la gente… por qué a mi? Putos.
Y sí, estoy en el fondo, encabronada, pero en el fondo.