DIVAGACIONES DE UN NOCTAMBULO
Publicado en Mar 14, 2014
Alguna vez me gustaron mucho los gatos, pero nunca he tenido ninguno. Mi mama casi que los odiaba y recuerdo que alguna vez le pedí uno, no me lo dio. Lo único que me dio al respecto fue un poco del temor que le inspiraban. Solía decir que se sentía petrificada ante la mirada de cualquiera de ellos. Yo no los odio y tampoco les temo, de hecho me parecen bellos. Y la verdad es que muchas personas suelen tenerle temor a los gatos creo que su comportamiento errático e impredecible y un poco su mirada es lo que causa este sentimiento. Nunca sabes que esperar de ellos, en un momento son dóciles y tiernos, maullando a tu lado, rosando tus piernas y en otro momento pueden atacar sin causa justificada con sus afilados dientes y sus agudas garras. Y qué decir de su mirada,...Es impenetrable y es fácil apreciar como observan todo a su alrededor con inusitada frialdad. También solemos creer que nos entienden, por eso los llevamos a nuestras casas, pero la verdad es que nunca lo hacen. Aunque aparentemente frágiles siempre están en forma y es algo que necesitan para defender su complejo instinto de territorialidad. En el antiguo Egipto eran casi dioses, venerados y envidiados por el gran poder que se les atribuía. Pero la verdad es que muy poco se de gatos tal vez nada de lo que he dicho antes sea verdad, es un poco la imaginación, es un poco la alucinación...... ...un loco cuento¡¡¡ Esa noche, en aquel sitio, escondido, abierto, perdido, herido por la sangre y la saliva de los bípedos y los cuadrúpedos, en esa calle, en ese bar, con una MUJER, dos mujeres y un amigo..... Detrás de esa pequeña bolsa que yacía en mis manos me pareció ver que el gato me miro! Me pareció ver que me miro con su cabeza un poco escondida detrás de la ventana o de la pequeña bolsa que yacía en mis manos, igual no importa. A la bolsa le falta poco para ser ventana. Y aunque la ventana o la bolsa, da igual y lo reitero, estaba abierta, el gato no pasaba y se quedaba en frente y me miraba. El gato me miro, sí, yo lo sé. !El gato me miro¡...y aunque estaba de noche, noche esta de inigualables arcanos, pude ver que me miro. Yo no tenía gafas y sin gafas soy un poco corto de vista, pero con ese destello de luz en sus ojos pude apreciar que me miro Yo lo llame... mas con la mirada que con la palabras, pues desde mi ignorancia he descubierto que los gatos no hablan, solo maúllan, miran, saltan, corren y claro !tienen siete vidas¡ Y con siete vidas que bien les debe resultar defenderse. Y lo llame nuevamente motivado por su fría indiferencia y su cruel desdén, pero el gato no respondía, !no me respondía¡ El gato no responde, el gato no saluda, el gato no pasa, se queda detrás de la ventana o quizás dentro de la bolsa...mirándome o quizás tal vez ni siquiera me miraba a mi. Tal vez miraba a una MUJER, o a dos mujeres o a un amigo... En todo caso atrás del gato no había nada ni nadie, solo el vacío y a su frente la ventana y yo estaba en frente de él y al escucharme cantar y balbucear mi extraña música el me miro y yo, que lo había mirado toda la noche, ya no podía dejar de mirarlo. Esta compleja ilusión no pudo ser efecto de los efímeros éteres del alcohol, solo fueron dos éteres, dos copas, dos tragos, dos caras de asco y repugnancia. Entonces mejor ya no miro, sino que pienso... y pienso que es un gato pequeño que perdió su camino, reduzco así la perspectiva del problema. Ya era de noche, muy de noche y el gato con la noche vino y con la noche se iría. ¿a dónde?. No sé. Pero este gato... !Nada dice ¡ y yo pregunto pero... ¿este gato que sabe?, Y sigo pensando que este gato era del color de la noche y que tal vez no sabía nada. O tal vez no era gato, si no que era un pedazo de noche. Con esta confusión.....y si se fuera por detrás de la ventana, aunque del color de la noche, creo que podría seguir su huella sin necesitar del día, un día, dos días, tres días, cuatro días, ene días. En fin, el gato no pasa y no se mueve, se mueve su mirada dentro de la mía, pero él no se mueve, no pasa y se queda frente a la ventana o adentro de la bolsa que a pesar del frio y de la noche ….Continua abierta. |
Jorge Franco
Diana
Elvia Gonzalez
Jorge Franco