Olores y deseos
Publicado en Mar 28, 2014
Olías a sexo…
A sudor granizado en mis vellos. A fogata ardiendo, siempre ardiendo. A cuerpo deseado por mi cuerpo. A miel desparramándose por mi pistilo erecto. A río desbocándose por mis hinchados pechos. A vendaval apasionado aguardándome en el lecho. Olías a hombre… A manos enroscándose alrededor de mi cuello. A labios deshojándose con mis tiernos besos. A sofoque dócil del más íntimo deseo. A erupción y lava fijándose en mi suelo. A león en celo arañándome por dentro. A manantial bajando por mis laderas y cerros. Olías a mí… …y yo, a ti, huelo. …y somos, unas atrevidas efigies del amor perfecto. Huelo a macho… A delicias de la carne en la celda de un preso. A un cernícalo en disfrute de su único vuelo. A Eros hecho Dios, mitificado en mi verso. A un querubín, casi humano, que abandonó su cielo. A la serpiente, que obligó a Eva a comer del huerto. A eso que no mencionamos por recelo y miedo. Huelo a ti, a mí, a mi sexo… Huelo a coño, quebrándose en mi ardiente cuerpo. …y no sé si soy de ti, tu prisionero o tu dueño.
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