Polifonia de voces que se resisten...al encuentro de múltiples mundo de una conciencia poética.
Publicado en Mar 30, 2014
La producción poética de José Huete García, está recogida particularmente , en la antología titulada Espiritus poéticos del 2011 y dos poemarios; Passionata del 2012 y Las pestañas del Girasol del 2013 . Huete García, condensa el tema central de su poética entre la soledad el vacío, la tristeza perenne, la oscuridad y el entorno vital y lo social circundante. Conflicto agravado por su personalidad rebelde e inquieta , que se resiste a su devenir en una lucha constante. Su poética se inscribe por decirlo así, en el ámbito de la poesía pura que se manifiesta como un torrente de voces, unas veces angustiadas y otras en absoluto reposo. Colmada de ideas sensoriales y digamos pensamientos de una conciencia cercana a lo espiritual , a lo místico. El hablante lírico de estos versos de Huete García, aunque a distancias del surrealismo y la metafísica, el hablante de los versos en este poemario, conversa con ellos. Su poesía se inicia en un camino muy personal y se va desgranando en una lluvia apasionada de voces que buscan atisbos y no encuentran en una soledad desolada. Desgarrada, de apasionada intimidad. Tal y como se puede apreciar desde el inicio del poemario en el que lleva por título A brochazos: En este silencio de obligado cumplimiento, de días que transcurren lentos, por mis arterias se agolpan los sentimientos, en un bullir de sangre casi sólida que ya no cabe de tanto acallar el deseo. La poesía de Huete García, es una de profunda sobriedad, alejada de lo superficial. Es una poesía fuera del tiempo. Es el dolorido sentir de un hablante lírico, inquieto. Su poesía como la de grandes poetas clásicos que corresponden al romanticismo español y modernistas, expresa emociones intensas y de plena autenticidad de insuperable fuerza lírica. Como podemos apreciar en el poema titulado A las doce de tu norte: Algo me impide volver a darle cuerda al reloj que necesito, para anudarme a esta tarde amodorrada y triste. ….. No es el vuelo de la cometa que atado me tiene al onírico aire sin dueño cuando mis brazos añoran tu talle. En cuanto al lenguaje de sus versos, Huete García, se caracteriza por un derroche de elegancia, unido a una conciencia que se deshace suavemente dejando escapar una profunda tristeza ante la oscuridad que constantemente le amenaza. Veamos como lo expresa en Asomada a tu ventana: Hay una tristeza que entibia secreta tu mirada. Es la antigua como la raíz de la tierra es larga y se agarra como una enredadera. ….Hay una brisa fresca que se agita traviesa en tus caderas sinfonía para guitarra cuando tormentas arrasan tu fronda de palmera. Por otro lado podemos destacar que su poesía posee el toque de serenidad necesario que comunica al lector, en un ritmo pausado, y de profundo sentimiento melancólico, el cual aparece colándose en la endidura de sus versos. Su doliente realidad es la que se eleva en resonancias cósmicas. Como se destaca en el poema Cobardía: Para ti, Desconocida dama del alba, que silenciosa esperas encontrarnos en la palabra, en el último vuelo de la luciérnaga, en el primer canto del gallo, en la transparencia del agua, en la opaca sequedad de la tierra, en el grito fugaz trasluz de una mirada. Para ti, que te siento desnudarme el alma, acechar mis suspiros en el aire, abrir las puertas que me amparan, buscar las grietas de mis sueños. ….apoderarte sin permiso de la fe infecunda que trastabilla del miedo cuando asomas cada mañana. Su poesía como bien he mencionado antes, es una de atisbos románticos, cuyos temas más sobresalientes son la soledad, el deseo de un mundo habitable y sobre todo el amor exaltado o insatisfecho. Como se puede ver en el poema El sueño de la realidad soñada. Si pudiera … Soñarte una sola vez despierto, Incrustarme en el azabache de tu mirada, Y quedarme ahí tan quieto Hasta que una lágrima me expulse Otra vez al desierto. La imaginación, en sus acciones vivas, nos desprende a la vez del pasado y de la realidad. Se abre ,en el porvenir, a la. función de lo real, instruida por el pasado, tal como la desprende la psicología clásica, como cuando apunta en el poema El transito a tu esencia. …Voy recogiendo una a una las gotas de salitre que de tus párpados se desprenden , las guardo con cuidado en el procreador vientre de una nube para que mis desiertos fecunden Gastón Bachelard en La poética del espacio, afirma que nos reconfortamos reviviendo recuerdos de protección. Algo cerrado debe guardar a los recuerdos dejándoles sus valores de imágenes. Tal y como lo expresa el hablante lírico de los versos del poema En el Rincon del alma. Si he de cerrar la puerta , que sea contigo dentro, … en tus manos un hato de leña en tus pies un tango amarrado ….no traigas tus zapatos embarrados de tristezas, ni cisnes que chapoteen en los charcos. En la poesía de Huete García siempre me ha parecido extraordinario el acercamiento de sus diálogos a las altas esferas, a lo místico, a lo imperecedero de esa voz que dialoga, él hablante de sus versos. Para ello nos lleva de la mano en un viaje hacia el interior hacia ese universo de extraños mundos casí siempre oscuros. Mundos internos que pernoctan en todos sus libros .De esta manera el poeta, confronta su realidad externa con la interna. Camina por parajes sin tiempo en estrechas avenidas, en silencio. Silencio, que transita en cada uno de sus poemas y que son quizás el atisbo para entrampar con esa realidad que no lo es. Porque el poeta vive fuera del tiempo… El silencio permanece dueño indiscutible del encuentro de esa voz interna y somete a su dominio la totalidad de las palabras. Como en el poema Implorando. Mienten las palabras lanzadas al aire, no son suspiros que vuelen insurgentes, ni heridas liberadas del supurar de la mente, son las átonas campanadas de los santuarios donde reza el silencio crédulo e impasible en la espera paciente. Como también podemos escuchar esa voz lírica en navegante de un sueño. Entre las sombras negras que entenebrecen mis párpados insomnes, y ese mar silencioso que con alevosía se aleja del horizonte, donde en su línea firme averigué el azar de la distancia. El recuerdo de las soledades estrechas, simples, reducidas, son experiencias del espacio reconfortante. De un espacio que no desea extenderse, pero que quisiera sobre todo estar todavía poseído. Como en el poema Esta noche cuando te amé. Esta noche cuando te amé , fui encendiendo los luceros vistiendo de gala a las olas, y en la playa del tiempo donde se nos morían las horas soñó eternidades una caracola. En graffitis el hablante expresa abiertamente su sentir por esa otredad : Llenaré sin verguenza de graffitis mis paredes, para que todo el mundo pueda leer que de mi locura eres dueña, …dibujaré un corazón torturado y una paloma blanca , el grito ahogado de la espera, y el orgasmo de la azucena que se expande más allá de las estrellas. Toda imagen y su grandeza tiene un fondo onírico insondable y sobre ese fondo es el pasado personal de la voz que transita en estos versos tan bien condensados, de este hablante lírico que muestra sus colores peculiares. Por medio de ellos descubre quizás sus raíces más allá de los mundos tangibles que pululan en su memoria. Cuando nos encontramos con poetas como José Huete García, son muchas las interrogantes que se quedan en el aire; indudablemente él, es un privilegiado, como ya he dicho antes es un poeta en estado puro, con una gran frescura, sin formalismos ni escuelas . Se trata de una nueva propuesta poética. Un verso breve y libre, de una fuerza propia y vital que nos invita a leer y disfrutar desde este espacio en el que muchos lo hemos conocido a través de la red. En donde hemos cultivado una sincera amistad incondicional. Es la obra de José Huete García, hacedor de palabras, sentimientos, pensamientos, versos y verbo con los que ilumina cada uno de sus poemas, para acercarnos a su propio ser y dialogar íntimamente con nuestra propia conciencia. Lo cual a su vez nos permite adentrarnos en sus propios sentimientos provocando la catarsis y nos aunamos en esos sentimientos. La opinión final de este maravilloso texto la dejo a discreción y reconocimiento de un estilo muy personal , que el lector se encuentre frente a un espejo y que interpretará los silencios entre cada uno de estos versos, entre cada poesía particular. El libro es uno muy bien logrado. La despedida es un buen augurio para el libro de mi amigo entrañable José Huete García quien depositó su confianza en mi visión como poeta y amiga. Mi admiración y respeto a la constancia de un trabajo arduo y disciplinado. Doris Melo Mendoza.
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MARINO SANTANA ROSARIO
Gracias DRA. MELO por compartir esta bella critica,he aprendido mucho de usted.