¡Ya no mas...renuncio,
con el tardar, mezquino
y atroz, de una sentencia
a muerte en madrugada!
¡Renuncio a la gracia,
a la noche del desahucio,
a los acordes tristes Y
a los sollozos tiernos;
a los caprichos de una diosa
desquiciada, yo renuncio...
eterna eres de todo,
perenne en la fiel encrucijada;
en el sinsentido y en la nada!
 
¡Aquí, quemo mi pluma. 
ya no escribiré mas a mis huesos;
Llevo demasiado tiempo despierto.
¡Alégrese el crespón
de la espiga desgraciada,
que hoy comienza, 
con su cuota de aliento,
a crecer la hierba entusiasmada;
en los jardines 
en donde viven tus mentiras, 
prontamente enlutecida
por la justicia  destronada;
anuleme mi propia espera,
no la plaga de tus ojos;
ni el embotado filo
de tu espada.
Por que no he de temerle
nunca:ni a tu infierno...ni a la nada!
 
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