Ana Giorgana.
A qué se debe que el hombre sea el promotor de la violencia y además que genere la Violencia Intrafamiliar? La gran mayoría de los hombres que ejercen violencia frente a sus parejas, o frente a los hijos, por momentos, no desean hacerlo, sin embargo, pareciera que una fuerza se apodera de la situación, y, finalmente siempre recurren a situaciones de agresión en sus relaciones.
El tema de la violencia masculina, y específicamente, de la violencia intrafamiliar cuenta con una infinidad de factores para su presencia. Sin embargo, existen diversas líneas de explicación para ello, no así de justificación para la misma. 
Existen tres grandes rubros que abarcan este fenómeno, a saber, la línea biológica, la línea psicológica, así como la que se encuentra enraizada en las posturas de género, que primordialmente cuentan con una postura cultural. En este sentido, aún cuando las explicaciones teóricas dan una luz a la posibilidad de explicar el fenómeno, nada contrasta con la vivencia de la misma.
La vivencia de la violencia engendra y encara estragos difíciles de sobrellevar, tanto para quien la ejerce como para quien la padece. La vida, la experiencia y la sensación de no habitar en el mundo de la comprensión humana. Y así es, evidentemente, cómo poder comprender una relación amorosa que está plagada de actos y hechos violentos?  Cómo explicar la vida cuando alguien a quien tanto amo, me agrede, me lastima y es capaz de matarme a golpes y moretones?
Parece una experiencia un tanto enloquecedora. No lo parece, lo es. Dentro de las líneas de explicación de por qué el hombre se mantiene en esa línea cuando entiende y sabe que es una forma de herir y lastimar a los suyos?
En la parte de biológica pareciera que el macho tiene superioridad sobre la hembra, en fuerza, y sí esa fuera sólo esa línea de pensamiento viable, entonces encontraríamos que todos los hombres serían violentos, ya que es inherente a su condición de macho. Pero no todos los hombres muestran esa manera de relación.
En otro punto, encontramos la explicación psicológica, es decir, el hombre a través de la violencia expresa su ira y su coraje frente a figuras que considera inferiores a él. Es decir, que al considerar a su mujer inferior requiere de agredirla, sólo para satisfacer su ira.  Entonces, sí es sólo la expresión de la ira y el coraje, que determina que la violencia se torne selectiva. Ya que el hombre puede ser un encanto socialmente, pero no a lo que se refiere con su pareja.
De tal manera que la violencia porque es iracundo no es justificable en ningún sentido. Las formas violentas de expresión se tornan cada vez más complejas, cuando intentamos darles un significado.
Existen también factores de género y de la construcción de cada sociedad en lo que a la sociedad se refiere. Pero esto no atañe solo a las hombres. Las mujeres también están sujetas a esas ideas que la sociedad dicta acerca de cómo ser mujer o como ser hombre. A lo que se espera de todos y cada uno de nosotros en la sociedad que nos tocó vivir.
Pero dichos dictados no necesariamente se encuentran en todos los hombres y todas las mujeres de esa sociedad. Aunque una sociedad dicte que los hombres para serlo requieren controlar a su mujer y violentarla para que se controle. No todos los hombres y todas las mujeres lo aceptan.  En una sociedad existen hombres y mujeres que la aceptan y otras que lo toleran, pero también existe una gran gama que no la tolera en absoluto.
Entonces de qué depende que un hombre se torne violento y una mujer lo acepte?
La respuesta a esta interrogante es difícil y contiene una gran cantidad de aristas a tomar en cuenta. Es verdad que los factores biológicos, culturales, psicológicos y de educación influyen y determinan que se de, o no, una conducta violenta en el hogar.
Pareciera que el patriarcado mal entendido aún toma formas caprichosas en forma de violencia, agresión, control, golpes, maltrato para determinar las formas y maneras de la supremacía del varón.  Este patriarcado vulnerable que no permite ver al otro como un ser humano separado, sino como una propiedad a la que se le puede dominar, chantajear, asustar, amedrentar, y por qué no, hasta matar.
La intransigencia de una concepción patriarcal llevada hasta sus últimas consecuencias, es una de las condiciones más apremiantes para no ver al otro como un igual, de manera justa y humana.
En la violencia se invaden diferentes espacios de la vida individual como son: el físico. Aquí encontramos, golpes, maltratos e incluso hasta la posibilidad de tener sexo y violaciones de una manera agresiva. También se encuentra el espacio de lo emocional, el acoso, las amenazas, la indiferencia, las descalificaciones toman lugar de una manera cotidiana. Las malas palabras, las ofensas y los castigos, son por excelencia las pautas de interacción.  También se encuentra el espacio de lo social y cultural; prohibiciones, enojos por las amistades de la pareja, agresiones a su lugar de trabajo, desconfianza y hasta prohibiciones toman lugar de una manera que se pueda observar la supremacía del macho.
Parece que las parejas viven en un estado de conmoción y no logran como desactivar ese circulo de la violencia en la que están inmersas. Sus fuerzas no les dan más. Quieren y no pueden salir de esa situación.  Emociones desbordadas se apoderan de ellas, además de creer que en algún aspecto, ellas podrían ser las provocadores de dicha violencia.  No logran darse cuenta por su mismo estado de vulnerabilidad que al permitirlo, al ser más complacientes, al hacer lo que su pareja les ordena, están ahondando más el problema. Ya que los    hombres  violentos, mientras más obtienen, más violentos se tornan.
En el fondo de toda conduca violenta se esconde un factor torcido de la condición humana, en lo que a relaciones se establece: control y poder. Por supuesto, que de una manera torcida.
La masculinidad que engendra actos de violencia, trastoca las fibras más sensibles de las personas que más ama.  La pareja, los hijos, las hermanas y en ocasiones hasta los mismos padres.
Es necesario alzar la voz y tratar de encontrar una solución para esta situación que una gran cantidad de dolor emocional ha dejado en infinidad de familias, y una gran cantidad de muertes del alma y moretones físicos ha provocado.
Haber sufrido las causas de la violencia y el abuso genera sentimientos de injusticia, de venganza, de resentimiento y de una falta de sentido en la vida. Las personas no se sienten dignas ni valerosas.
Es realmente esa la vida que merece un ser humano?
Tanto hombres como mujeres es necesario que la reconozcamos, que la identifiquemos, y, sí estamos viviendo una situación así, entonces buscar ayuda e intentar salir de ese ciclo tan doloroso que empaña la vida...
Todos requerimos trabajar no desde una perspectiva de juicio sino de comprensión tanto para quien la ejerce, como para quien la padece.
Se necesita un gran coraje para reconocer que uno o una se encuentra envuelto en una relación de esta naturaleza. Tanto hombres como mujeres requerimos darle un nombre, y este se llama violencia.
Sí los temas aquí expuestos le interesan escríbame, y sí no también.
En breve Cecreto contará con un servicio para este fin y promover la salud emocional de los hombres y sus familias...
Gracias por leerme, mi misión e intención es la calidad de vida emocional...Algunos de los temas tratados en estos artículos, puede cuestionar su visión del mundo...
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