Máscaras
Publicado en May 03, 2014
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 Soy un hombre bajo esta máscara
y mi rostro puede ser el de cualquiera.
 
 Adivina.
¿Quién crees que soy? 
¿Un joven soñador o un adulto desesperanzador?
Adivina. 
 
 ¿Quién crees que soy? 
¿Quién puedo ser?
Ni me lo preguntes a mí, que yo ya lo he olvidado.
He olvidado porque me encuentro bajo esta máscara.
 
 ¿Habrá habido una buena razón o, quizás, sólo fue por diversión?
¿Quién sabe? ¿Qué importa?
¿Importa?
 
 No lo sé.
Ya no sé. 
 
 Creo saber...
 
 No me juzgues por usar una máscara,
que todos usan una hoy en día. Algunos, incluso, ¡hasta más de una!
La diferencia es que ellos guardan su máscara y yo la llevó puesta siempre.
 
 ¡Así que no me juzgues!
No me critíques por usar la mía que yo la valoro demasiado.
Y me gusta portarla. 
¡Este es mi nuevo rostro! 
Pues yo no necesito uno común como los suyos... Caras feas e inexpresables, desprovistas de mi gusto. Carentes de significado, carentes de originalidad. 
 
 ¿Qué es que ya nadie desea sobresalir de los demás?
Admito que la sociedad nos absorbe y forma parte de nuestra persona;
ella no pertenece a nosotros, ¡nosotros pertenecemos a ella! 
 
 No ansiamos la libertad, ansiamos la admiración de los otros.
Les compartimos nuestra vida para que logren y puedan envidarnos,
para que sus reacciones hagan a nuestro ego crecer
y que esto pueda hacernos sentir que somos alguien de verdad.
Que nuestra existencia importa y no estamos solos, a pesar de nunca estarlo...
 
 Buscamos ser iguales cuando la igualdad no existe ¡y no debería de hacerlo! 
¿Qué tiene de malo ser diferente si, en verdad, TODOS lo somos?
¡Esa es nuestra fortaleza! 
El problema es el erróneo punto de vista que tenemos,
pues a todo lo desconocido ¡le tememos!
 
 Dependientes nos hemos vuelto.
Pegados y necesitados de la opinión y la mirada de los que nos rodean.
 
 Admito y confieso haber sido uno de ustedes, anteriormente, cuando era bobo y ciego,
cuando usaba más de una máscara. 
Es curioso considerar que mantenemos distintas facetas de nuestra personalidad;
con mi familia, por ejemplo, tenía una. Segura
y con una sonrisa que ocultaba mis verdaderos sentimientos. 
Con mis amigos, había otra, una más colorida y cambiante, llena de mis habilidades, etc.
 
 Renuncié a ello el día en que me di cuenta
de que no me estaba aceptando a mí mismo como una persona completa. 
Preferí ser yo en todo momento y fue ahí mismo cuando le dije adiós a mi otra identidad. 
 
 Entonces me aislaron. Y, también yo, me aislé.  
Comprendí que en realidad no pertenecía a ellos,
que mis máscaras tan sólo hicieron que viviera una mentira entera.
 
 Una vida de engaño y en la cual yo mismo me metí.
Pretendía impresionar a otros cuando en realidad ellos no se interesaban en mí.
 
 Ahora me he vuelto más cuidadoso, soy una persona muy solitaria, la verdad, 
sin embargo, y cómo bien dice un dicho, ¡mejor vivir solo que mal acompañado! 
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Foto del autor Sergio
Textos Publicados: 58
Miembro desde: Nov 16, 2012
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Descripción

01-03/05/14

Palabras Clave: máscaras sociedad dependencia mentiras falsedad verdad

Categoría: Poesía

Subcategoría: Poesía General


Creditos: Sergio O. Valdés

Derechos de Autor: Sergio Valdés


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