Summer, cazadora de sombras.
Publicado en May 20, 2014
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PARABATAI Se encontraban batallando con rapiñadores, le habían tendido una emboscada e ilusamente cayeron en ella. Summer se encontraba a la cabeza, combatiendo con dos cuchillos serafín, uno en cada mano, mientras que Rose y Peter cubrían sus espaldas.-Esto es tu culpa, Peter- masculló Rose, quién se encontraba envuelta en sudor mientras apuñalaba a uno de los rapiñadores. -¿Mi culpa?- exclamó, avanzando hacia Summer e hiriendo a un rapiñador que estaba lo suficientemente cerca de ella, sabía que le costaría un enojo de parte, pero igualmente lo hizo. Ella lo vio de reojo.-Si es tu culpa-replicó Rose- si no hubieras insistido en que "el lugar era seguro"- expulsa haciendo una mala imitación de su voz, eso le costó una herida ya que se encontraba distraída. Soltó un leve grito.-Ten cuidado- expuso Summer, volteandose a verla inconscientemente, al notarlo apartó la mirada y se concentró en lastimar a uno de sus enemigos- No quiero tener que explicarle a Farrah por qué es que moriste -añade--Oh, muchas gracias, eres muy amable, Summer- repone sarcásticamente, frunciendo el ceño. La rubia solo se encoge de hombros.-Como sea- gira y apuñala al último rapiñador, al terminar sonríe triunfalmente- Y ese fue el último.Peter guarda su cuchillo serafín y se acerca a ella -¿Te encuentras bien?- indaga, señalando con la mirada un herida en el brazo de la muchacha.-¿Esto?- Alza una ceja- No es nada para mi, ni siquiera lo había notado - Pero si lo había hecho, es por eso que rebusca en uno de sus bolsillos y toma su estela, rápidamente realiza un iratze, la herida comienza a curarse.-Relájate Peter, que ella todapoderosa- añade Rose, acercándose hacia ellos mientras guardaba su estela luego de realizarse un iratze. Summer la observa de mala manera-Jamás dije que lo fuera- dice tajante. Desata la cola de caballo que llevaba puesta, batiendo un poco el semi ondulado cabello rubio y se adelanta, dejando a Rose y Peter atrás- Andando. # # #Había pasado casi un año desde que llegó al Instituto, en esos tiempos tenía dieciseis años y ahora mismo faltaban días para cumplir sus diecisiete. No se había puesto a pensar en lo rápido que pasó el tiempo, tampoco quería porque si lo hacía, inexorablemente pensaría en su madre.Su estadía había resultado mucho más fácil de lo que hubiera imaginado, aunque la primera semana luego de haber llegado fue la más agotadora, puesto que tenía a Farrah, Rose y Peter sobre ella la mayoría del tiempo, verificando que se sintiera cómoda. Cualquier persona estaría agradecida por ello, no obstante, Summer se molestaba y mucho, ya que, según ella, no necesitaba tantas atenciones. Al principio se había sorprendido por la escasez de Cazadores de Sombras, mucho más al enterarse que los únicos en el Instituto eran las personas antes mencionadas. Una noche de verano, en la que Summer no podía conciliar el sueño, Farrah se le había acercado, le preparó un té y se dedicó a contarle antiguas historias sobre este Instituto. Le contó sobre sus antiguos habitantes; Los Lightwood y su gran batalla que tuvo lugar años atrás, donde también intervenían otros Cazadores de Sombras, como Jace Herondale y Clarissa Morgensten, todos unos grandes luchadores, que lo dieron todo para salvar a toda una raza.-¿Jace Herondale y Clarissa Morgenstern eran pareja?- le había preguntado, llena de curiosidad contenida. A lo que Farrah asintió sin decir mucho más- Creo que mi madre los mencionó una que otra vez, mencionaba una frase en particular, una que se le habían de enseñado al tal Jace, iba de algo como: Amar es destruir y ser amado es ser destruido -le confió, Farrah sonrió levemente, de seguro la había identificado- No puedo estar más de acuerdo...-Pero no era verdad, Summer, más tarde, él mismo comprobo que amar no te hace débil, sino que te vuelve más fuerte que nadie- manifestó en desacuerdo mientras le daba un sorbo a su té de hierbas.-Tonterías- Rodó los ojos, claramente molesta- Mis padres supuestamente se amaban y ninguno terminó de buena manera -añadió agriamente. La tutora se la quedó viendo unos minutos con ojos entristecidos, conocía su historia pero no espera que ella lo soltara tan casualmente.-Lo siento, no fue mi intención recordártelo- dijo en su lugar, extendiendo su mano para tocar la de Summer, pero esta la apartó rápidamente y se levantó de su asiento, alzando la mirada.-No tiene importancia, no me afecta, ni me importa. Después de todo, ambos están muertos ahora- finalizó y , llevandose el té consigo, se dirigió a su habitación sin inmutarse en lo más mínimo. Desde ese día era cautelosa, casi ni hablaba de si misma con nadie. Rose al principio solía preguntarle cada tanto sobre su pasado pero finalmente se había rendido cuando comprobó que sus esfuerzos eran vanos. Peter, en su lugar, no fastidiaba tanto pero de vez en cuando intentaba indagar sobre ella, sin contar que la continuaba observando como si quisiera leerla por completo. # # # Se encontraba frotando su cabello con una toalla para secarlo mientras caminaba por los largos pasillos, había tomado una ducha relajante luego de haber luchado con aquellos rapiñadores, y aunque se encontraba exhausta, tenía varias cosas por hacer. Se dirigía a la biblioteca, ya que estaba en medio una agradable lectura y tuvo que interrumpirla para ir a la misión que se le había asignado. Además que ese era el único lugar en el que se hallaba sola, donde podía pensar y recordar, o quizás imaginar. Al cruzar la puerta, se sorprendió de ver una figura sentada en uno de los sillones, con un libro en las manos y prestando absoluta atención, al acercarse un poco más, comprendió que se trataba de Rose.-Hey, Summer - la saludó la muchacha, dejando el libro a un lado y situando la atención en ella. -Hola Rose- murmuró mientras tomaba asiento en el sillón junto a la muchacha, no tenía interés en mantener una plática pero, sin embargo, accedió.-Ya que estás aqui, hay algo de lo que quería hablarte- Comienza, tímida al principio pero con decisión. La rubia ladea la cabeza, imaginando a qué puede estarse refiriendose. -¿De qué quieres hablarme?- pregunta, al notar como la curiosidad se apodera de ella, no podia ocultarlo. Rose se voltea para quedar completamente de cara a ella, la observa con sus grandes ojos amarronados, pero había algo que la bloqueaba y generaba un silencio incómodo, hasta que de la nada, lo suelta.--Summer, quiero que seas mi Parabatai- dice con determinación y madurez, como queriendo transferirle su seguridad. Summer se congela, por primera vez en mucho tiempo se queda sin habla, jamás hubiera imaginado algo así y muchos sabiendo que este último año se ha estado mostrado agria, desabrida -¿Que dices?- insistió.-Rose, no seré tu Parabatai- Niega con la cabeza mientras frunce el ceño, aunque se encuentra meditabunda. -¿Por qué no?- murmura, se oía como un globo que de pronto había sido desinflado, como si de repente todas sus ilusiones se hubieras desvanecido o como si simplemente hubiera estado lo suficientemente segura de que diría que si. -Porque no- replica, frunciendo el ceño- Es ridículo que pienses en mi para algo así- Añade- ¿Por qué no se lo preguntas a Peter? De seguro el querrá- Rose baja la mirada y se queda en silencio, parecía herida, pero en realidad no lo estaba, sólo estaba meditando las cosas. Luego de unos minutos, alza la vista y la clava en la de Summer.-¿Es porque no te agrado? -murmura, Summer rueda los ojos.-Oh, Por el Ángel- murmura casi inaudible, posa su mirada en todo menos en Rose, suspira y se muerde el labio, debatiendo que decir- Mira, no es por ti, es por mi. No me gusta depender de las personas ni tampoco que dependan de mi, no puedo con esa responsabilidad- Rose se levanta de su asiento y camina unos cortos pasos hacia donde se encontraba la rubia, la observa con cierto interés.-Tienes miedo de preocuparte por las personas- afirma, reflexiva- Es por eso que hoy al preocuparte intentaste repararlo- añade- es eso, ¿no es así? - insiste. Summer rueda los ojos y niega con la cabeza, poniendose en pie, abandonando el cómodo sillón.-Déjalo ya, Rose -advierte, dandole la espalda y dirigiendose a la puerta, antes de irse, se voltea y la mira directo a los ojos -No estás ni siquiera cerca -Pero ella sabía que no era cierto, que había dado justo en el blanco y le molestaba enormemente.
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