AGRIO Y DULCE
Publicado en Jun 10, 2014
El vino, es un punto de firme escarlata hasta que cae al agua,
difumina en líneas carmesí que se filtran por espacios etéreos, diseminándose hasta que ya no es rojo, escarlata o carmesí; hasta que ya no es más que agua con un gusto a uvas viejas… Y allí viene la cuestión: ¿Quién ha servido vino en agua? Caminando harto soberbia y cada paso en falso es ‘mejor’, cual trampa de arena movediza que no se advierte jamás… pero jamás llega con el paso que se traga la soberbia y con el vino que no añeja, no deleita y no embriaga más. ¿Quién ha servido vino en donde antes dejó agua? Y la copa ha rebozado ya, quizás valga vaciarla y servir; quizás valga la pena agotar ya lo que queda y seguir… Pero el vino ya no es escarlata ni tampoco es carmesí, es un fantasma pálido de ayeres más etílico que dulce desabrido en suspiros y que apenas asoma cierta melancolía. Cierta melancolía que seduce a una eventual embriaguez que pasa a ser saciedad y sopor sin mover el mundo a los pies... Sin el gusto agrio y dulce que crea risas y divinos absurdos; vórtices de posibles mañanas en noches que se antojan eternas; sin suaves voces que susurran a Buesa o al maestro Neruda. ¿Quién ha servido vino en agua? Me pregunto y no lo sé. O quizás tan solo evado la respuesta inútilmente, creyendo falsamente que alguien murmure una mejor… La fuente esmeralda de donde brota el poeta y escritor: ¿Debe servir hasta que caiga el agua de su copa? Más las historias de amor, no conocen imposibles… ¿El agua brota de la copa y ya no hay vino que valga? (…) Espero fraguar el imposible de los que no amaron jamás: Donde la vid, frondosa y viva, crece al fondo de mi alma; donde el sol, el aire y lluvia surgen de mis experiencias… …dando la calidez justa que forja la uva más apta. Inventar el gustoso imposible de sembrar viñedos en tu vida; de crear un indomable elixir que se compare a tus labios... Que disuelva el trasluz que exalta mis erratas… Y que sepa a razones de embriagarse de nuevo… Ofrecerte el desliz de una ‘noche de copas’; una noche sin tiempo, sin reservas ni miedos… una noche de lunas y de amaneceres… Una noche de absurdos que se vuelven reales; de suspiros que vayan diluyendo los males… Que te agiten el mundo como nadie jamás…
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Francisco Perez
Elvia Gonzalez
Battaglia
una noche sin tiempo, sin reservas ni miedos…
una noche de lunas y de amaneceres…
Una noche de absurdos que se vuelven reales;
de suspiros que vayan diluyendo los males…
Que te agiten el mundo como nadie jamás…”
Qué manera de terminar este poema Francisco… Historias no solo de amor sino de vida, que van añejándose y mezclándose en la cotidianeidad…. Y a pesar de todo no hay más que seguir…
Como siempre fabuloso!!!
Saludos