No fue capaz de buscar, revisar. Si sólo hubiera intentado frenarlo de algún modo, ¿Quién sabe?
A lo mejor aún estaría vivo. Lo obligaron a asistir, era eso o hacer una cola interminable de reclamos y consejos para mejorar la calidad y atención de la empresa.
Se paró y observó. No podían verlo ni escucharlo, todos vestidos de azul tal cuál él había pedido. Su madre usaba su bastón como siempre y lloraba apoyada en los brasos de su padrastro. De alguna forma todos mostraban su respeto y dolor ante la pérdida de un ser querido. No le gustó nada presenciar como todas las personas por las que alguna vez sintió afecto se reunían solo para ver un cajón. Un cajor que obviamente estaba vacío, por que él estaba ahí, parado, en espíritu y no ya no tenía nada que decirles, aunque quisiera no sabría que decir. 
Su canción favorita comenzó a escucharse como un leve susurró entre el viento, su hermano menor se puso de pie y dio un discurso muy lindo sobre la hermandad y todas sus complicaciones. Si bien él quería que el discurso lo diera su hermano mayor, este no se prersentó, al parecer estaba muy afectado y hace días no salía de la cama.
 Sin darme cuenta, este hombre al que conocía bien, empezo a gritar desconsolado. Se tiró arriba de mi ataúd y no paraba de llorar. Quien lo hubiera dicho....Mi padre llorando en mi funeral. Nunca lo había visto llorar, me alegraba estar ahí por un momento.
 Era un día hermoso, la brisa corría libre por allí, y entonces mi padre se secó las lagrimas y sólo dijo: "HIJO, TE AMO"