NO SÉ
Publicado en Jul 18, 2014
"NO SÉ" Casi siempre que quiero escribir un texto, lo primero que hago es el Título.En ocasiones me sale de una, otras veces me demoro y solamente cuando llega el fin, le encuentro título. Este cuento lo vengo trabajando mentalmente hace varios dias, pero no le encuentro título. Desidí comentarle a varios de mis familiares y al preguntarles qué título le pondría, siempre me contestaban no sé. Por último le comenté a mis dos hijos más allegados que les gusta leer y, mi hijo que es ingeniero electrónico me contestó: no sé. Mi hija que también es universitaria y que en la empresa donde trabaja tiene cargo de Diseñadora Visual y comunicadora, me contestó: no sé. Por ello el título es "NO SÉ" Arturo Zuluaga era hijo Luis Antonio; el músico empírico más capacitado que he conocido en mi vida, tan capáz, que le sacaba melodía a una cabuya y tocaba toda clase de intrumentos; desde una hoja de cualquier árbol, hasta cualquier piedra, metal, palo, zapato, la espada de san Miguel, una gota de lluvia, un trueno y por último era capáz de dirigir con su batuta hasta los coros celestiales. Arturo fue mi compañero de estudio desde muy niño, estudiamos la primaria y cuando entramos al primer año de bachillerato, me sorprendió un día: Su familia vivía como a 70 metros lejos de la casa donde nosotros vivíamos. Yo lo esperaba en la esquina de mi casa y nos ibamos juntos para el colegio. El día que me sorprendió lo vi llegar en contravía, o sea, venía caminando de espaldas. ¿Qué te pasa? le grité. Nada,estoy aburrido de caminar como todo el mundo. ¿Cómo? y eso porque, así es y así nos han enseñado desde niños. le dije Sí pero no estoy de acuerdo, quiero que se den cuenta que para donde ellos van, yo vengo-. me contestó y se reía a carcajadas ja, ja, ja. Pero necesito un favor Héctor. Quiero que me ayudes avisándome si voy bien por el camino, ya me he caído varias veces y temo aporriarme. ¿Estás loco? así no llegas a ninguna parte. Bueno, soy un loco, ¿me ayudas? OK, le contesté. Practicamos varios meses, Yo le indicaba los obstáculo en la calle y él consiguió un espejo donde miraba el camino. También aprendió a correr, saltar y trotar hasta unos 100 metros de distancia. Se aporriaba, se caía, varias veces se golpeó la cabeza y él insistía, sus padres también lo castigaban. Yo fuí su cómplice todo el tiempo y cuando estuvo listo, montamos una especie de espectáculo frente al colegio de señoritas, por donde pasabamos obligatoriamente todos los días para llegar al colegio donde estudiámos. Las muchachas se agolpaban frente a la entrada de su colegio y formaban su tertulia. Nosotros los muchachos no intercambiábamos con ellas ninguna palabra, era prohibida la integración. Solo nos mirábamos y sonreíamos, todo era pecado y el infierno estaba a la vuelta de la esquina,decía el cura. El día que Arturo estuvo listo, al pasar frente a las muchachas dió vuelta y arrancó a correr de espaldas, ellas se reían, formaron tremenda guachafita y le gritaban loco, que si iba, venía o estaba esperando. El no contestaba, se reía y sacaba su dulzaina y entonaba una canción. Cierto día Arturo se adelantó y al llegar a puertas de nuestro colegio, se regresó corriendo de frente a gran velocidad y se entró a la Alcaldía.(yo creí que estaba ensayando otro tipo de carrera) pero no era tal, venía huyendo de un toro bravo que llevaban al matadero y se había escapado. En un momento todos nos perdimos. Cuando salí de mi pueblo perdí todo contacto con mi amigo. 30 años después Arturo murió atropellado por un carro en Bogotá. Si iba, venía, o estaba esperando, NO SÉ. Chumbimbon Manizales,Julio 13 2014
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Guillermo Capece
me gusto mucho, tiene ternura y es original. Se lee con alegria, a pesar del final.
Saludos
Guillermo
PD yo tuve una perrita que se llamo Nosé.
Ro R. G.