Pupi, mi perro
Publicado en Jul 20, 2014
Te conocí una tarde plomiza a la salida de Las Violetas.
Iba a tomar un taxi, y de repente te ví. Me guiñaste un ojo, luego me miraste fijamente. Era el destino, decidiste que yo sería tu dueña. Me gusta esa interrupción de lo continuo, porque el guiño de un perro a las 2 de la tarde no es cosa de todos los días. Vacilé un momento, ya era tarde, vos me habías elegido, te llevé conmigo, en el taxi te hiciste pis sobre mi pollera, tiempo después acariciando tu lomo pensé que eras cómo un tunel, una llave a una nueva vida. ".no pierdas el tiempo con un perro, tu tiempo es oro", me dijo un amigo pero a mi, ¿qué me importa más, el tiempo o el oro? el oro le importa a todo el mundo, yo elijo ser rica a mi manera.
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Julieta Torres
saluds!!
maria del rosario
¿ Triste, no?.
Un abrazo.
maría
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
En definitiva, me gustarìa ser un perro....¿por què nò?
Felicitaciones Marìa del Rosario
maria del rosario
Los animales abandonados sufren mucho. El perro es callejero por naturaleza, es mi compañero incondicional.
Gracias por leerme y comentarme.
Un abrazo.
María
Mara Vallejo D.-
Cuantas sensaciones, imágenes y verdades encierra lo que hoy nos compartes, amiga mía
Puedo decirte que me han llegado muchísimo tus letras, a veces creo que debí agregarle a mi preparación académica, la profesión de Veterinaria, amo los animales y he salvado cualquier cantidad, que dejan en cajas recién nacidos, los llevo los preparo y luego empiezo a donar en buenos y queridos hogares, porque ya tengo varios; no solo perritos, también iguanas, etc. vivo cerca a vegetaciones marinas y ellos se esconden porque muchos los atacan. (Disculpa lo extenso, ese tema me mueve, amiga mia.)
Hermosa misión. Te felicito con mi abrazo
María
maria del rosario
Yo también fui proteccionista, ahora solo tengo un perro. Es mucho trabajo, estoy ausente de mi casa apróximadamente diez horas por día.
Me encantaría vivir donde tu vives, debe ser hermoso, yo vivo en una ciudad, soy muy citadina, es lo que conozco, te envidio. Desde este lugar austral de Sudamérica te envío un fuerte abrazo.
Gracias por comentarme y leerme, siempre.
María