El adulto más significativo y emblemático de todo el vecindario es Gutiérrez "El Mellado", el frutero del número 53, íntimo amigo del lechero Pascual del número 54. Son tan íntimos amigos que todas las mañanas, al abrir sus respectivos negocios, se saludan tan efusivamente que todos los de la vecindad nos damos cuenta de que están vivos. "¡¡Buenos días, Gutiérrez!!". "¡¡Buenos días nos dé Dios, Pascual!!". Y es que Gutiérrez es el más ferviente de los católicos de toda la barriada. Y silba contento de vivir un día más mientras que Pascual suda la gota gorda dándole a la navela de su cutre cochecito citroen para intentar poner el motor en marcha y poder repartir leches a toda su clientela. !Croac, croac, croac! ¡Puf, puf, puf, puf! ¡Croac croac croac! ¡Puf puf puf puf! ¡Croac, croac, croac! ¡Puf puf puf puf! Siempre tiene que ser el musculoso "Polilla" quien le saque del apuro. ¡Croac croac croac! ¡Braummmmm!
 
Gutiérrez está últimamente muy contento. Su retoño mayor, conocido por toda la chavalería andante como "Guti", no es precisamente una lumbrera en esto de los estudios y ha decidido no seguir con lo del Bachillerato. Le han dado tantas calabazas, seis en total, que ha decidido seguir los pasos de su querido padre y éste está más feliz que una piña ecuatoriana en medio del trópico del Guayas, porque sabe que así asegura su descendencia como continuador de su frutería y puede pensar en que, cuando se jubile, su negocio siga estando en manos de la familia. Algo que también está pensando el de los ultramarinos de la Narváez.
 
Circulan muchas historias sobre el asunto de que Gutiérrez tenga varios dientes mellados, pero la única verdadera es que, siendo todavía un chaval, cierto desaprensivo engañador de inocentes le prometió que, a cambio de un buen puñado de duros, le convertiría en el famoso sucesor de Baltasar Sangchili. Y el pobrecito se lo creyó hasta que, una vez desembolsado el buen puñado de duros, le enfrentaron con un bestia de Vallecas, conocido como "El Potro Desbocado", que le dio tal piñazo en el primer asalto del combste que no sólo se convirtió en Gutiiérez "El  Mellado" sino que aborreció tanto el boxeo que no le dirige la palabra a nadie que se lo esté recordando siempre, como sucede con Policarpo "El Polilla" que no deja de estar lanzándole puyas. "¿Cómo va el campeón sin dientes con todos su clientes?". Y claro, "El Mellado" se cabrea y combate su frustración riñendo con su esposa "La Madalena". Lo de "La Madalena" es porque un día, un señorito de los de Serrano, así como de pasada, la dijo que estaba tan buena que se la comería con el café con leche. ¡Menuda mala leche cogió Gutiérrez cuando se entero de eso!
 
"¡Y lehan dado seis cates, un total de seis cates, incluída la Educación Física!". "!Caramba, "Mellado", vaya vurro con uve de Valencia!" "¡Mucho ojo, Emerenciano, que estoy hablando de mi retoño!". "¡Perdona, Gutiérrez, creí que estabas hablando de Municio, ese que anda por ahí tirándole los tejos a La Lagarta!". "¡Nada de perdón ni de no perdón! ¡Pero si resulta que estoy la mar de contento!" "¿Es que por suspender seis asinaturas o como se llamen le vas a costear, vaya con el granuja, un viaje por los caribes?" "¡Mucho mejor que eso, "Eme", porque lo que pasa, y lo que pasa es lo que pasa, es que, de común acuerdo los dos, ha decidido colgar los libros y dedicarse al negocio familair; ansí que ahora ya no se llama "Frutería Gutiérrez" sino "Frutería Gutiérrez e Hijo", ansí que me ha entrado el ansia y invito yo!" "¡E invito yo!" "!Que no, Mejías, que no, que invito yo!" "¡Lo sé tanto o en más como los demás pero no se endice y invito yo sino e invito yo!".
 
Voluntad. Siempre hay que tener mucha voluntad para sobrevivir en el arrabal. Acabo de aprender que "el porvenir de un hombre no está en las estrellas, sino en la voluntad y en el dominio de sí mismo". Esta vez sí. Esta vez lo dijo un "william". Me refiero a Shakespeare. Caminando por el bulevard he visto a "La Garzota" algo así como soñando. Quizás es que Garzón, su padre, no termina de comprenderla... 
 
 
¿Y qué ha pasado esta mañana en el recre? Todos los hemos visto. Al parecer Garzón, el hijo, le ha pedido a "Morris" que deje en paz a su hermana; pero "Morris" no estaba de buen humor porque, aunque sabe que es el 10, resulta que el 8 ha vuelto a derrotarle y claro, como se siente impotente ante el 8, se ha liado a dar hostias a Garzón y a dos o tres más. 
 
"¡Seis calabazas, seis hermosas calabazas incluída la de Educación Física!". "El Mellado" está tan contento que se lo cuenta a su íntimo amigo Pacual. "¡Qué alegría, lechero, que alegría"!. El lechero Pacual no lo llega a comprender. "Pero tan listo como parecía tu hijo, Gutiérrez". "Pues se ha quedado en melón". Ya sueña "El Mellado" con que pasen los años y convierta su negocio familiar en un supermercado...
 
"Dalton" ha decidido suspender el partido de revancha. "Morris" está de acuerdo. Son, en realidad, dos derrotados a pesar de sus carismas entre los chavales y las chavalas. "Dalton" ha decidido emigrar a Barcelona y a "Morris" le van a poner a trabajar de botones. Así que tendremos que jugar el encuentro de manera clandestina. Como más nos gusta a los del "Trabuco" que hemos tenido la feliz idea de invitar a Marcelo para que juegue de portero... pero Marcelo sigue hundido en su mundo (Cállate, corazón, son tus pesares de los que no deben decirse, deja se pudran en tu seno; si te aqueja un dolor de ti solo no acíbares a los demás la paz de sus hogares con importuno grito. Esa tu queja, siendo egoísta como es, refleja tu vanidad no más. Nunca separes tu dolor del común dolor humano, busca el íntimo aquel en que radica la hermandad que te liga con tu hermano, el que agranda la mente y no la achica; solitario y carnal es siempre vano; sólo el dolor común nos santifica), así que hemos fichado a "Tejeringo" para que fastidie a los del "San Pedro" parando todos los venenosos disparos del "Tirapedos" y los demás rivales a los que ya les tenemos comida la moral. Miguel Zabaleta ya sabe que será el último partido que juegue antes de marcharse. ¿Para siempre? Para siempre es mucho tiempo pero...
 
Pero me he encontrado con "Cecilita" y la he invitado a un helado de vainilla. Da gusto ver a "Cecilita", la hija de "La Celadora", cómo agradece mis favores con su sonrisa infantil. Miro al cielo. Sé que va a llover y que Marcelo volverá a llorar, una vez más, su soledad.