El podrido Mohamed (Cuento)
Publicado en Aug 23, 2014
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En la tienducha de Cartois huele a gruyére rancio: sarcasmos de la vida para un Cartois que iba para célebre escultor de Rouen pero terminó siendo propietario de un local de ultramarinos oscuro, sucio y llenas de mugre todas sus paredes. Hoy Cartois necesita respirar hondo y profundo pero, cada vez que lo hace, una tos bronca y como de desesperado surge del interior de sus pulmones para expandir su eco por toda la tienducha.
 
- ¡Deje de fumar tanto tabaco marroquí de contrabando, que es puro veneno nada más,o en menos que canta un gallo de una de estas usted se va para el otro barrio!
 
- ¡Es que no puedo, Doña Carrasca, es que no puedo! ¡Cuando lo dejo me entra una angustia que me recuerda siempre a Auguste Rodin y me pongo a pensar en lo que pude haber sido pero ya no lo soy!
 
- ¿Pero es que no puede usted decir no a ese podrido Mohamed? ¿No se da cuenta de que está usted haciendo el primo?
 
-¡No, Doña Carrasca! ¡Yo no soy primo de Mohamed como todos van diciendo por ahí!
 
- ¡Nadie está diciendo que usted sea primo de Mohamed sino que está haciendo el primo por culpa de Mohamed! ¿Está entendiendo lo que que le estoy queriendo decir?
 
Entra, de pronto, Goyito...
 
- ¡Se acaba de suicidar, señor Cartois, se acaba de suicidar!
 
- ¿Cómo puede ser eso de que me acabo de suicidar si me estás viendo tan vivo como siempre?
 
-¡El podrido Mohamed, señor Cartois, se acaba de suicidar el podrido Mohamed! ¡Ya no existe! 
 
De repente, el señor Cartois no puede reaccionar...
 
- ¡Parece como si se le acabara de morir el canario! ¡Vaya cara de susto que se le ha puesto, señor Cartois!
 
- Es que... Doña Carrasca... no puedo crer que sea verdad...
 
- ¡Pues como me llaman Goyito que Mohamed se ha disparado un tiro de pistola dentro de la boca!
 
- ¡Cierra la boca, Goyito! ¡No está bien que un adolescente como tú cuente esas cosas con tanto detalle! ¡En definitiva sólo sigues siendo un niño todavía!
 
- Pues ya todos los niños del barrio lo sabemos...
 
- ¿Y ahora qué hago yo con el mono, Doña Carrasca?
 
- ¿Tiene usted un mono quizás en la trastienda? ¿Qué culpa tiene el mono de que se haya suicidado el podrido Mohamed? 
 
- ¡No me refiero al mono de Gabón que me regaló Don Tristán cuando consentí que fuese novio de mi Isolda!
 
- ¡Tristán e Isolda! ¡Jajaja! ¡Parece un romance medieval!
 
- ¡Ten un poco más respeto para las cosas del amor! ¿No te han enseñado en la escuela a respetar el amor?
 
- Depende... todo depende...
 
- ¿De qué depende?
 
- De cómo hagamos el amor todo depende...
 
- ¡Dejen ese tema para cuando llegue la noche! ¡Lo que yo quiero ahora es saber qué hago con el mono, Doña Carrrasca!
 
- ¿Otra vez con el dichoso mono? ¡Regaléselo al zoo de Vincennes, el de las afueras de París,y asunto terminado!
 
En la tienducha de Cartois seguía el insoportable olor a gruyére rancio mientras la gata negra dormitaba, tranquilamente, sobre su jergón.
 
- ¡Parece usted más inocente que France Gall cantando lo de soy tan solo una muñeca que no sabe de amor!
 
- ¿Cómo te atreves a llamarme inocente, mocoso?
 
- ¡No he dicho que sea usted inocente sino que lo parece!
 
- ¡Sinvergüenza! ¡Descarado! ¿Cómo te atreves a dudar de mi honorabilidad?
 
- ¡Despierte ya, Doña Carrasca! ¡El señor Cartois no fuma tabaco marroquí sino hachís de contrabando!
 
- ¡Dios mío, Dios mío y Dios mío! ¡Santo cielo y que Dios nos pille a todos confesados! ¿Qué ha hecho con su vida, hombre de Dios?
 
- ¡Ese tal Mohamed me cazó como a un conejo!
 
- ¿Y no es usted ya lo suficientemente mayorcito para no dejarse cazar de esa manera tan tonta?
 
- ¡Es que me prometió que viviría en "El Jardín de las Delicias"! 
 
- ¿El que pintó Jerónimus?
 
- ¿De qué Jerónimus me estás usted hablando, Doña Carrrasca?
 
- ¿Es usted tan ignorante que no sabe nada de pintura flamenca?
 
- Yo de flamenco sólo sé decir ¡olé, olé y olé!
 
- ¿De verdad no sabe usted quién es "El Bosco""?
 
- ¿Tal vez el guardián del Bosque de Boulogne?
 
- ¿Que es para usted Boulogne si se puede saber? 
 

- Una ciudad de Italia porque da la casualidad de que lo sé ya que allí vive una amiguita mía llamada Emila "La Romana".
- ¡Aparte de obseso sexual es usted un gárrulo!
- ¿Qué me está usted llamando, Doña Carrasca?
 
- ¡Charlatán! ¡Un necio charlatán es lo que le estoy llamando!
 
- ¿Eso es lo que significa gárrulo?
 
- ¡Eso es lo que significa gárrulo y eso es lo que es usted! ¿Se puede saber ya qué clase de paraíso le estaba ofreciendo el podrido de Mohamed con el nombre de "Jardín de las Delicias"?
 
- ¡Algo maravilloso, Doña Carrasca, algo maravilloso! ¡Créame usted!
 
- ¿Cómo cuánto de maravilloso?
 
-¡Como tener un total de cincuenta mujeres desnudas para mí solito en un paraíso superior a todo lo conocido en nuestra Costa Azul!
 
- ¡Además de gárrulo es usted gilipollas! 
 
- ¿Qué quiere decir gilipollas?
 
- ¡Tonto elevado a la enésima potencia!
 
- ¿Es que no es verdad la existencia de ese "Jardín de las Delicias"?
 
- ¡En verdad que es usted gilipollas completo! ¡Eso no se lo cree ni el niño recién nacido de la prima Montse!
 
- ¿Usted tiene una prima llamada Montse?
 
- ¡Pues claro que sí! ¡Yo no soy tan necia como usted cuando habla idioteces! Mi prima Montse es hija de mi tio Juan Marès que reside en Barcelona. 
 
- ¿Tiene usted familia en Barcelona?
 
- Pues va a ser que sí y que ninguno de mi familia francesa, residente en España, se creería jamás ese cuento de las mil y una noches rodeado de cincuenta mujeres desnudas que le ha contado a usted ese tal Mohamed. ¡Ay que ser tonto, pero tonto del todo, para creerse esa historieta! ¡Me dan ganas de reír tanto como si usted me estuviera contando un chiste de Rémy Gaillard!
 
- ¡Oiga, Doña Carrasca, que yo soy un hombre muy serio!
 
- ¡Muy serio pero más tonto que un pájaro bobo! Porque hay que ver lo bobo que es usted... pajarraco... 
 
- ¿Les interesa o no les interesa que les cuente a ustedes dos lo que ha sucedido esta mañana con el podrido Mohamed?
 
- ¡Cuenta, cuenta Goyito!
 
-¡Pues deje usted ya de pelear con Doña Carrasca y saque tres sillas de su trastienda aunque tenga que molestar a su mono! Por cierto...¿cómo se llama su mono?...
 
- ¡Benito Burgos! !Es el mono Benito Burgos! Y por eso, cariñosamente y cuanto estamos de buenas, le llamo Bebé...
 
- Pues ya sabe lo que tiene que hacer si quiere saber la historia completa.
 
El señor Cortais entró a la trastienda, que estaba separada del resto del local por un telón y, después de escucharse durante un largo rato la serie de chillidos del mono y del señor Cortais, mezcladas en un total desconcierto, volvió a aparecer el tendero con tres sillas en las manos y con el mono Benito Burgos subido sobre su hombro izquierdo.
 
- ¡Procure que ese mono no nos distraiga la conversación!
 
- ¡No te preocupes, Goyito! ¡Siempre que pelea conmigo termina por calmar sus nervios y queda completamente dormido sobre mi hombro izquierdo! 
 
- Está bien. Ahora escuchen con total atención y visualicen en sus mentes lo que les voy a contar.
 
- De acuerdo, Goyito. Visualizaré todo lo que cuentes...
 
- ¿Y usted, Doña Carrasca?
 
- Yo también...
 
- El asunto es que un joven estudiante de primer curso de Periodismo, llamado Gregorio Buendía, está haciendo prácticas en la Revista "La Evasión", que tiene su domicilio en la Calle Armando Carrel y, como se quiere especializar en cronista de Actualidad siempre está al tanto de los suceos mundiales. Por eso decidió llevar a cabo un documental de investigación sobre el Estado Islámico. Para llevar a cabo sus investigaciones prefirió hacerlo desde el Locutorio de "El Gomas" de la calle Juana de Arco. Allí comenzó, hace uno pocos días, a rastrear todos los documentos más o menos originales que se escriben diariamente y directamente relacionados con dicho Ëstado Islámico. Lo que le sorprendió fue que, entre miles de documentos y después de una exhaustiva selección, encontró uno titulado "Gomas 10". Totalmente asombrado de este título entró en el documento y encontró escrito lo siguiente: "Es la vida un tesoro de felicidad total que tenemos. Para preguntarnos sobre su esencia siempre hay una razón que demuestre el sentimiento de pertenencia a esa labor de conquistar lo que podemos intuir como alegría. Debemos saber que el modo de sonreír a la existencia es solo nuestro mundo". 
 
- ¡Cáspita! ¿Cómo sabes tú todo eso?
 
- Cállese, por favor, señor Cartois, que ahora viene lo más interesante.
 
- ¡Haga usted el favor de callarse y no interrumpa a este joven! No importa saber cómo lo sabe sino qué es lo que sabe.
 
- Entonces continúo. El joven estudiante de Periodismo no podía comprender cómo un texto tan literario, sensible y hasta romántico, estuviese clasificado entre los miles de documentos relacionado con el Estado Islámico; así que se puso a meditar profundamente pero no hallaba respuesta alguna. Por lo tanto, decidió ¡imprimir una copia del texto e irse a su domicilio familiar para leerlo más profundamente y poder desentrañar el misterio. Aquella misma noche, en su habitación, y a la luz de un flexo para no molestar a su hermano de habitación, comenzó a leer una vez tras otra el texto. Muy pronto dedujo que lo de "Gomas" se podía referir al locutorio donde él investigaba. Pero... ¿y el 10?... ¿qué podría significar aquelo de "Gomas 10"? El 10 tenía que tener una relevancia muy importante. Por una de esas intuiciones que siempre tiene dicho joven, comenzó a contar palabras de 10 en 10 por ver si encontraba la solución. ¡La encontró!
 
-¿Qué encontró ese joven, Goyito?
 
- ¡Nada más y nada menos que "tenemos que conquistar el mundo". Buscando palabras de 10 en 10 el texto que surgió era "tenemos que conquistar el mundo". ¡Esa era la clave que hacía que el texto literiario y hasta romántico de "Gomas 10" estuviese tan relacionado con el Estado Islámico! Descubierto tan sorprendente hallazgo, el joven se puso rápidamente en contacto con la gendarmería de la Calle del Crosne, número 10. Rápìdamente, el comandante de la gendarmería se interesó por el asunto. ¡No era ninguna locura de un joven con ganas de hacerse famoso sino de algo que podría ser muy peligroso para toda Francia!. El caso se puso en manos del inspector conocido con el sobrenombre de "Gadget" por su enorme afición a las obras de Bruno Bianchi. Este inspector policíaco, junto con el joven estudiante de Periodismo, comenzaron a acudir, durante una semana, al Locutorio "El Gomas" porque lo de "Gomas" estaba muy relacionado con el destructivo mensaje. Uno de los asuntos que se dedicaron a observar es la clase de clientes más asiduos al Locutorio "El Gomas". Descubrieron que el más adicto de todos ellos era un tal Mohamed el-Kafre.
 
- ¡Es el mismo Mohamed que me pasa el hachís!
 
- ¡Por supuesto que es el mismo pero déjeme terminar porque todavía no he acabado de contar!
 
-  ¡Puñetas! ¡Haga usted el favor de dejar que el joven termine la historia!
 
- Gracias, Doña Carrasca. El asunto es que tanto el investigador como el estudiante se empezaron a preguntar cómo era posible que aquel tal Mohamed el-Kafre se gastase tanta fortuna de euros usando tantísimas horas las computadoras del locutorio. O era un multimillonario caprichoso que tenía esa manía, lo cual lo descartaron rápidamente porque no era el caso, o era un loco adicto al internet, cosa que también descartaron porque no se portaba como un loco, o era alguien que estaba relacionado con el texto de "Gomas 10". Tras varios días de acudir al locutorio obsevando a este personaje, del cual se decía que era un musulmán muy radical, pudieron observar, disimuladamente, que entraba muchas veces al texto de "Gomas 10". Lo que dedujeron es que estaba enviando continuamente dicho texto a todas las partes del mundo conocido. Lo más fácil de deducir era que allí, en el  Locutoirio "El Gomas", tenía su centro de operaciones sin que "El Gomas" lo supiese; puesto que "El Gomas" era inocente y el podrido Mohamed sólo estaba aprovechándose de la bondad de "El Gomas" para llevar a cabo lo que resultó ser una forma de reclutar adeptos para el Estado Islámico; además de qiue ya era conocido que el tal Mohamed el-Kafre era quien manejaba todo el mundo de las drogas de Rouen; porque el joven estudiante le conocia de haberle visto vendiendo "mercancía" entre los estudiantes universitarios.  
 
- ¿Y qué sucedió al final?
 
- Al final sucedió lo que ya he contado, Doña Carrasca. Una vez que toda la gendarmería francesa descubrió quien era aquel sinietro personaje no dudaron en ir a detenerle al Locutorio "El Gomas" esta mañana. Cuando el podrido Mohamed se vio acorralado por los gendarmes sacó rápidamente una pistola del bolsillo derecho de su pantalón, se la metió en la boca y disparó. Sus sesos saltaron hacia el techo.
 
- ¡Dios mío, Dios mío y Dios mío!
 
- No cite tanto a Dios, Doña Carrasca, y demos gracias a Jesucristo de que todavía estamos vivos porque un animal como ese Kafre tenía guardada, en una buhardilla de la Calle de los Husillos, una cantidad de explosivos suficientes para hacer volar, de un solo golpe, toda esta ciudad de Rouen y sus alrededores. 
 
- ¿Y cómo sabes tú tantas cosas de este terrible asunto?
 
- Porque soy Goyito, señor Cartois.
 
- Por eso es increíble que siendo tan joven hayas sido capaz de saber tanto...
 
- Es que, como soy Goyito, yo soy el mismo Gregorio Buendía de toda esta historia. 
 
En esos momentos, el mono Benito Burgos despertó y lanzó un largo chillido.
 
- Eso quiere decir que acaban de detener a toda la banda.
 
- ¿Cómo deduces eso, Goyito?
 
-Gregorio Buendía a partir de ahora para todos ustedes. Lo sé porque existen animales que intuyen lo que sucede a unos cuantos kilómetros alrededor de ellos. Así que la próxima vez, señor Cartois, sepa elegir usted a sus amistades antes de que sus amistades le elijan a usted.
 
FIN 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Cuento de Ficcin.

Palabras Clave: Literatura Prosa Cuentos Narrativa Relatos Ficcin.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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