Solidarios con los solitarios (Diario)
Publicado en Sep 09, 2014
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Hoy el mundo se sigue preguntando si es cierto lo que llegó a afirmar Immanuel Kant: "Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él". Leo y releo. Medito. Pienso en los solitarios. ¿Fueron alguna vez capaces de ser hombres según Kant o se quedaron en las orillas del camino por culpa de alguna nostalgia infinita? Me pregunto si para llegar a ser ese hombre que decía Kant hay que educarse en la indiferencia y en la discriminación ilustrada. Quizás Kant fue tan ilustrado como para olvidarse de contar entre los hombres a los solitarios. A veces contradecir a los grandes genios de la filosofía humana nos convierte en verdaderos seres humanos. Supongo que Kant sería, hoy en día, uno de esos impolutos y afamados ejecutivos de las grandes empresas del marketing. Y echando mano de su filosofía crearía algún célebre eslogan como, por ejemplo, "la vida es feliz cuando te enganchas". ¿A qué clase de enganche se referiría Kant siendo representante del alto standing y con la sonrisa siempre blanca?
 
Sociedad pos contemporánea. Hay que vivir a tope. Reservado el derecho de admisión. No se admiten solitarios. Son muy tristes. Son muy aburridos. No saben reír. No sirven para las fiestas. Amargan con su presencia. La sociedad recela de los solitarios porque no alegran los días. Son marginados y es mejor dejarles marginados con su soledad a cuestas. Son gentes que no ofrecen diversión alguna.
 
He tenido la oportunidad de conocer a muchos centenares de solitarios. He tenido la oportunidad de mirarles a los ojos para poder comunicarme con ellos. He tenido la oportunidad de saber que un día fueron personas alegres. He tenido la oportunidad de entender que, en algún momento indeterminado, algo o alguien les rompió el corazón. He tenido la oportunidad de contemplarles cuando cae la tarde y les llega la noche en lo profundo de sus seres. He tenido la oportunidad de darles la mano y sentir el frío de la ausencia dentro de sus almas. He tenido la oportunidad de vivir con ellos. He tenido la oportunidad de saber que son los mejores seres humanos que he podido conocer.
 
Quizás es que yo no he pasado nunca de ser un joven de 18 años de edad que nunca crecerá lo suficiente como para pasar a ser un hombre como afirmaba Kant que debían ser los hombres. Quizás es que para ser un hombre ya mayor sea necesario colgar el corazón en el perchero y poner en su lugar una lujosa etiqueta. Quizás es que sea indispensable que, para llegar a ser un hombre, hay que endurecer el espíritu y alejarse de todos aquellos solitarios que también tuvieron infancia. Quizás es que no cumplir más de 18 años de edad sea solamente ser solidarios con los solitarios. Quizás por eso no puedo crecer más y me haya perdido la oportunidad de ser un hombre maduro con el corazón tan seco como el sarmiento. Quizás sea que para hacer sonreír a un solitario hay que contarle entretenidas historias para poder acompañarle en su soledad bajo las luces de las estrellas o en el rincón de los más alejados en la sala de los sentimientos. Quizás por eso soy feliz. 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Páginas de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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