España es cristiana (Artículo)
Publicado en Sep 18, 2014
Ni atea ni musulmana, España es cristiana. En estos tiempos de crisis terrícola, y sin saber si en el resto del Universo hay también crisis o no la hay, se me ocurre un eslogan formidable: ¡Ni atea ni musulmana, España es cristiana! La voz del pueblo es la voz de toda una nación que se precie de serlo. Y hablando de precios, el Cristianismo de España es como el amor verdadero. Ni se compra (como quieren hacer los musulmanes) ni se vende (como desean hacer los ateos). Si España tiene que seguir "tirando del carro" como siempre lo ha hecho, seremos todos carreteros que, al fin y al cabo, es un oficio tan digno como otro cualquiera.
Así que siendo todos carreteros (y carreteras por eso de la equidad y el igualitarismo de géneros) ya sabemos que "arrieros somos y en el camino nos encontraremos". El buen consejo es siempre bueno hasta que no se demuestre lo contrario. Y el buen consejo es decirle a los musulmanes y a los ateos lo de "que se os quite eso de la cabeza". Suena a cuernos quemados pero el caso es que suene; porque, al parecer, algunos están más sonados que el silbato de un capataz de obra. O sea, obramos o no obramos. Y, dicho sea de paso, cobramos o no cobramos. Se acerca el 25 y todos y todas estamos hambrientos de salario (también no está haciendo falta la sal) para poder cantar lo de "¡sal al balcón, sal al balcón, carita de azucena!". Habrá que preguntarle a Azucena, la estanquera del barrio vecino, si el tabaco funciona o no funciona; porque esta crisis nos está haciendo a todos polvo. En fin, que lo de "ni atea ni musulmana, España es cristiana" viene a ser la única gran verdad de todo este mundo de las grandes mentiras. Grandes, lo que se dice grandes, son los agujeros que llevamos todos en los bolsillos de nuestros pantalones que es por donde se nos escurren los euros. Señores de la zona euro: ¿somos europeos o no somos europeos? El euro es como "la prueba del algodón" y por eso estamos limpios del todo. De paso, nos estamos muriendo... pero de risa... y es que nos tienen envidia hasta en Madagascar o, por poner un ejemplo más de acorde con la realidad actual, en las Islas Sandwich. Quizás hasta hoy podamos comprarnos un sandwich para poder resistir un poco más mientras adelgazamos a marchas aceleradas. A este paso, a lo mejor desaparecemos del Planeta. ¡España y yo somos así, señora!
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