Con Don Amadeo (Entrevista)
Publicado en Oct 03, 2014
Estoy citado con Don Amadeo de Saboya en la primera planta de la Real Biblioteca del Palaciio de Oriente de Madrid. He llegado con media hora de adelanto y me han puesto muy mala cara los guardianes del Palacio pero les he contado el chiste de la chistera y se han partido de risa y me han dejado entrar y esperar al entrevistado que llega con la casaca casi salida de su cuerpo y todo sudoroso. He esperado a que acudiera al water y después, ya totalmente arreglado y aseado, he comenzado a entrevistarle después de tener que cogerle de los hombros antes de que se cayese al suelo por culpa de la genuflexión con la que me ha saludado.
Diesel.- ¿Cuánto valen dos reales? Amadeo.- Depende de cada rey. Diesel.- ¿Está usted bien de la cabeza? Amadeo.- En los retratos salgo muy guapo. Diesel.- ¿Sabe usted ligar? Amadeo.- Hasta cierto punto floto. Diesel.- ¿Y qué hay de la flotilla española? Amadeo.- ¡Que vencimos en Lepanto! Diesel.- No se entusiasme tanto y baje la voz porque hay moros en la costa. Amadeo.- De acuerdo. Seré más prudente. Diesel.- ¿Sabe usted quién dijo "mala la hubisteis franceses en esa de Roncesvalle"? Amadeo.- No lo sé porque era anónimo. Diesel.- Pero todo anónimo es una persona... Amadeo.- Si tú lo dices estamos de acuerdo. Diesel.- ¿Sabe usted que es homónimo de Mozart? Amadeo.- No, por favor, yo no soy homínido porque ya he evolucionado. Diesel.- Cambiemos de tercio porque está usted más despistado que un pájaro haciendo cuentas. Y hablando de pájaros de cuentas, ¿le gusta a usted el fútbol? Amadeo.- De vez en cuando doy alguna que otra patada. Diesel.- ¿Puede decirme cuándo? Amadeo.- Cuando me entran las pataletas. Diesel.- ¿Qué es estar emperifollado? Amadeo.- Me parece que ser demasiado empírico. Diesel.- ¿Algo así como Leibniz? Amadeo.- Si te refieres al filósofo va a ser que sí. Diesel.- Hablando de filósofos, Don Amadeo de Saboya, ¿es buena para la sangre la cebolla? Amadeo.- ¿Es qué estado? Diesel.- Cruda. Amadeo.- Según mi abuela materna va a ser que sí. Diesel.- ¿Y el pan con tomate para que no te escapes? Amadeo.- Me parece que me estás tomando el pelo. Diesel.- Ni hablar del peluquín, Don Amadeo, porque estoy totalmente serio. Nada de eso sino todo contrario. Amadeo.- ¿Qué quiere decir eso? Diesel.- Eso quiere decir ¿dónde compra usted tantas pelucas empolvadas? Amadeo.- En una casa de Sicilia. Diesel.- ¿A qué Sicilia se refiere usted, Don Amadeo? Amadeo.- A una de las dos. Diesel.- ¡Ay pillín pillín! ¿Cuánto pilla cada mes? Amadeo (cantando y haciendo gestos).- Poquito de aquí poquito de allá... Diesel.- ¿Es que conoce usted a Marisol? Amadeo.- No tengo ese gusto; pero en el mar tomo el sol. Diesel.- ¿Quiere usted decir que ese bronceado es natural? Amadeo.- Quiero decirlo pero decirlo no puedo... Diesel.- Ya entiendo. No se quiere pillar los dedos con las historias de la Historia. ¿Verdadero o falso? Amadeo.- Soy más falso que la espada de un troglodita. Diesel.- Y si le cantase yo ahora lo de "que te ha pillao que te ha pillao el carrito del helao", ¿cómo se le quedaría su cuerpo serrano? Amadeo.- Me dejas gélido del todo, Diesel. Diesel.- ¿Es que usa gel en la ducha? Amadeo.- Es mejor que usar benzena como hacen los seres primitivos. Diesel.- Pues dicen las cartas que es usted muy caliente... Amadeo.- A veces se me calienta la cabeza. Diesel.- ¿Toda entera? Amadeo.- Toda entera y partes sobresalientes de los dos omóplatos. Diesel.- Hablando de los omóplatos, ¿cuántos platos come al día? Amadeo.- No me como los platos. Me como lo que hay en los platos. Diesel.- ¿Es usted platónico? Amadeo.- ¿Es que vamos a filosofar todo el rato? Diesel.- Digamos que ni sí ni no sino todo lo contrario u opuesto u opulento. ¿Qué tiene que decir a esto? Amadeo.- Me contraría esa pregunta. Diesel.- Está bien. ¿Es usted de lo de "gallo que no canta algo tiene en la garganta"? A Don Amadeo de Saboya se le atraganta la nuez en la nuez y le tenido que dar unas diez collejas seguidas y a ritmo de samba para que se le pase. Amadeo.- Gracias, Diesel. ¿Te apetece que te invite a un bocata de cebolla? Como comprendo que está en crisis le digo que sí y continuamos la entrevista después de habernos zampado cada uno de nosotros un bocata de cebolla cruda; él "a palo seco" y yo con un poco de sal. Diesel.- ¿Nervioso o sereno, Don Amadeo? Amadeo.- Asustado. Diesel.- ¿Por el qué dirán los pobres? Amadeo.- No. Por el qué dirán los ricos. Diesel.- ¿Jugamos al ketekojo? Amadeo.- ¡No, por favor, Diesel! ¡Ya me has pillado demasiado! Diesel.- No he sido yo sino el carrito del helado. Amadeo.- Esto... sí... no... bueno... ¡¡yo qué sé!!... Diesel.- Por ejemplo, ¿cómo están las cortesanas? Amadeo.- ¡Muy sanas! ¡¡Muy sanas!! ¡¡¡Muy sanas!!! Diesel.- Cuidado con la trompa... Amadeo.- Pero si apenas he bebido nada... Diesel.- Me refiero a la trompa de Eustaquio. Si chilla tanto se le puede hacer migas. Amadeo.- ¡Qué bueno estaría ahora un buen plato de migas! Diesel.- Así que las cortesanas están muy sanas... Amadeo.- Muy sanas. Diesel.- ¿Y cuántas de ellas le han dado algún corte? Amadeo.- Más veces de las que me hubieran gustado. Diesel.- ¿Sobre gustos está todo escrito? Amadeo.- Tú y yo sabemos que no. Diesel.- ¿Qué tal andamos de gustos, Don Amadeo de Saboya? Amadeo.- Me gusta el conejo al ajillo. Diesel.- Supongo que se refiere al "Oryctolagus cuniculus"... Amadeo.- ¿Sabes latín? Diesel.- Un poco. Por ejemplo "verbi gracia". ¿Le hace gracia? Amadeo.- ¡¡¡Jajajajaja!!! Diesel.- No le he pedido que se parta de risa sino que me diga si le ha hecho gracia. Amadeo.- Es que estoy loco perdido. ¿Va a durar mucho este suplicio? Diesel.- Depende de lo que usted conteste. Amadeo.- Pregunta, pregunta. Diesel.- ¿Le gusta lo de la acera de enfrente? Amadeo.- A mí es que me va la marcha. Diesel.- ¡Marchando otro par de bocatas de cebolla! ¿Vale, Don Amadeo de Saboya? Amadeo.- Vale. Nos zampamos otro bocadillo de pan con cebolla cada uno; él a "palo seco" y yo con un poco de sal. Amadeo.- ¿Te puedo hacer una pregunta yo a tí, Diesel? Diesel.- Es cambiar los papeles pero vale si solo es por una vez pero que no sirva de precedente. Amadeo.- ¿Por qué le pones sal a la cebolla? Diesel.- Porque de sal deriva salero. ¿Algo más? Amadeo.- No. Sigamos con la entrevista y que sea lo que Mariví quiera. Diesel.- ¿Se refiere a María Victoria? Amadeo.- Sí... pero yo soy tan fino... Observo la grandiosa biblioteca... Diesel.- ¿Ha leído usted a Plinio el Viejo o a Plinio el Joven? Amadeo.- No recuerdo haber leído ninguna obra de teatro de esos comediantes... pero elegiría a Plinio el Joven... Diesel.- ¿Para disimular que es usted más viejo que Enoc y Matusalén juntos? Amadeo.- ¿Quiénes son esos filósofos? Diesel.- Vienen en el Antiguo Testamento. Amadeo.- ¡Ah, no! ¡Eso si que no! ¡Diga lo que diga Mariví yo no quiero saber nada de testamento alguno! Diesel.- ¿Líos de familia? Amadeo.- Líos de familia y líos de parentela... Diesel.- ¿Quién es su pariente más cercano? Amadeo.- Uno que vive en Buenache. Diesel.- ¿Algún trastámara? Amadeo.- No, pero es un verdadero trasto. Diesel.- ¿Caracena? Amadeo.- ¿Quién es Caracena? Diesel.- ¿Ve usted cómo por chillar tanto se le ha estropeado la trompa? Amadeo.- ¡Es que no sé quién es Caracena! Diesel.- Es que lo que yo le quiero decir es que se le ha puesto la cara de cena. Don Amadeo de Saboya echa una mirada al reloj de pared. Amadeo.- ¡Ostras! ¡La hora de cenar! ¿Nos tomamos otro de lo mismo? Diesel.- Está bien. Vamos a por el tercer bocata de cebolla cruda. Dicho y hecho. Cada uno de los dos nos zampamos otro bocata de cebolla cruda; él a "palo seco" y yo con un poco de sal. Amadeo.- ¿Hemos terminado ya? Diesel.- Al tran tran, Don Amadeo, al tran tran. Amadeo.- Ya no sé ni por qué lo he consentido... Diesel.- ¿El qué? Amadeo.- Haber consentido que Mariví me convenciera para que tú me hicieras una entrevista. Diesel.- ¿Pero ve cómo es mejor decir la verdad? Amadeo.- ¿Otra vez con lo del testamento? Diesel.- Sí. Pero esta vez no el Antiguo sino el Nuevo. Amadeo.- Me estoy volviendo loco. Por su fuera poco con el Antiguo ahora tenemos que hablar del Nuevo. Diesel.- La Historia así lo quiere. Amadeo.- ¿Y quién es esa dama? Diesel.- ¿Me hace el favor de respetarme y dejar que sea yo quien hace las preguntas? Amadeo.- Acepto. Llevas razón. Pregunta. Diesel.- ¿Y quién es esa dama? Amadeo.- Creo que una a la que llaman "La Dama de Las Camelias". Diesel.- ¿Y dónde puedo encontrarla para que intervenga en la conversación? Amadeo.- ¡No, por Dios! ¡¡No lo hagas!! ¡¡¡Dejemos a las damas fuera de esto sean o no sean apetecibles!!! Diesel.- Pues hay una en Elche que es muy famosa. Amadeo.- ¡No fastidies, Diesel! ¡Esa es ya demasiado vieja! Diesel.- Pero es que usted ya no está para muchos trotes... Amadeo.- ¡¡¡Que me da algo!!! ¡¡¡Que me da algo!!! ¡¡¡Que me da algo!!! Pero no le doy ni un sólo céntimo sino que, aprovechando su estrambótico ataque de histeria, recojo tranquilamente todas las notas, salgo del Palacio de Oriente de Madrid y me dirijo a una taberna de la Cava Baja para pasarlas a limpio antes de entregárselas a mi Jefa de Redacción. Espero ansiosamente una buena recompensa.
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