Quisiera decirte palabras
que no salen de mi boca.
Atrapado en pensamientos
que vienen y van
como olas en un mar revuelto,
como una pelota que no deja de rodar.
Quisiera escribirte versos
que sonrieran por la mañana,
que sorbieras como un buen café.
Pero no puedo
tengo atados los miembros
y callosos de escribir los dedos.
En teclados imaginarios