Otra vez en el Veinti9 (Diario)
Publicado en Oct 14, 2014
Hacía mucho tiempo que añoraba con volver al Veinti9. Ya estoy aquí, introducido en ese mundo que llamamos Pensamientos. Pienso. Medito. Razono. Veo y leo la portada del Diario MARCA: "El Calvario de Iker". Lo dicen por Casillas. El capitán digiere en silencio su mayor error internacional. Las gentes (no personas sino gentes) siempre son grupos de desagradecidos a los cuales no hay que hacer ni puñetero caso. Vale más un ser humano que el éxito o el fracaso de un ser humano. Recuerdo la desolación de Emilín cuando, solamente en la primera parte, ya le habían metido un total de 7 goles. Y comprendo a Casillas.
Sigo envuelto en el mundo al que llamamos Pensamientos. Pienso. Medito.Razono. Todos los días de gloria olvidados por un solo gol en contra. A las gentes (no personas sino gentes) es mejor ignorarlos. Ignoro a los que hacen daño. Ignoro a los que hacen sufrir. Ignoro a los que atormentan a un ser humano por el simple y ridículo asunto de haber recibido un gol en contra. ¿Y qué pasa con los miles de goles que Casillas ha evitado para que el Real Madrid y la Selección de España alcancen tanta gloria? La próxima vez que encienda el televisor y vea un partido de fútbol apago rápidamente y me doy a dar una vuelta para convivir con las personas en lugar de ver tantas gentes desagradecidas. Vuelvo al mundo llamado Realidades. Acabo de escribir la Nota de Renuncia a mi participación en el Taller de Radio. Pero esto no tiene nada que ver con las gentes desagradecidas. Es otra historia completamente diferente. Por eso tomo mi café con leche despacio, simplemente despacio, para sentir que la vida va mucho más allá que la distancia de las ondas de una emisora de radio y mi corazón. Y aquí estoy, en el mundo llamado Realidades, cumpliendo con mis tareas del Taller de Lectura y . A los 29 años de edad todo es posible menos sentir lástima por un amor perdido que ya nunca jamás volveremos a sentir. Y es que cuando uno ha enamorado a la Princesa de sus sueños los goles a favor o los goles en contra (entiéndase bien lo que quiero significar con esta figura literaria) ya no tienen ninguna importancia.
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