Comentarios al Cuento "Aventuras de una gota de agua".
Publicado en Oct 15, 2014
Comentarios al Cuento "Aventuras de una gota de agua".
Autora.- Begoña Ibarrola nació en Bilbao en 1954, aunque reside en Madrid desde hace muchos años. Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid en 1977, ejerció como terapeuta infantil durante 15 años y su trabajo ha estado siempre vinculado al mundo de las emociones. Hasta 1996 trabajó con niños y adolescentes con retraso mental y problemas de conducta en diversos centros de la Comunidad de Madrid. En aquel tiempo empezó a escribir cuentos con los que lograba captar la atención de pequeños y jóvenes, y se dedica desde entonces a la escritura, a la investigación y a la docencia. Lleva más de 30 años impartiendo cursos de formación al profesorado y a familias en diferentes instituciones y centro educativos, tanto públicos como privados. Desde 1994 realiza cursos de Educación Emocional en varios Centros de Formación de Profesores dependientes del Ministerio de Educación, y desde el año 2000 es profesora del Master de Musicoterapia en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. Entre sus trabajos con Ediciones SM, Ibarrola es coautora de Programas de Inteligencia Emocional "Sentir y Pensar", dirigiendo el segundo ciclo de Educación Infantil y el primer ciclo de Primaria. Asimismo, es autora de la integración curricular de la Educación Emocional en los libros de texto de Educación Primaria de SM, por ejemplo, del Proyecto Duendes, Trotamundos y Planeta Amigo, por citar algunos. En la Colección Cuentos para sentir, la autora recorre en sus historias las diferentes emociones que experimenta el niño en el camino de la madurez, ya sea alegría, tristeza, orgullo, envidia, vergüenza, culpa, etcétera. Sinopsis.- "Aventuras de una gota de agua" (de la serie Cuentos para sentir, publicado en 2008 por Ediciones SM) es la historia de una gota de agua que había vivido mucho tiempo bajo tierra y un buen día sintió muchas ganas de salir a ver la luz. Comentario.- Con este cuento, Begoña Ibarrola nos presenta a una gota de agua que, tras pasar mucho tiempo en una cueva, decide salir al exterior para vivir diversas aventuras que le irán guiando, a través de varias transformaciones, hasta completar su ciclo vital. Es un canto a la naturaleza con el agua como tema principal. Lo primero que un lector observa es que el mundo que va a experimentar a través de sus acciones es un lugar desconocido para ella y es ella quien debe ir dando respuestas a todo lo que, en principio, desconoce. Para comenzar a sentirse valiosa para la sociedad, lo primero que hace es formar un hilillo de agua con otras gotas que salen de la cueva. He aquí el primer ejemplo de solidaridad que nos presenta la autora. Una solidaridad completamente natural porque la narración es todo un canto a la Naturaleza de los seres vivos. Cuando la gota de agua se ve formando parte de ese hilillo que, saltando de roca en roca, llega a los árboles de un bosque, comienza a interrogarse por qué, de repente, se siente especial cuando no es más que una simple gota de agua tan igual a las demás. La autora peenetra en la condición de ser personal (con identidad propia) dentro del conjunto general que forma el agua. Es el despertar de la conciencia. Es ese notar y sentir que, aunque somos todos parecidos, siempre hay algo que nos individualiza del resto del conjunto y que, a su vez, forma parte de ese conjunto. A su pregunta le responden las flores que se sienten agradecidas por su labor de cooperación para que ellas puedan crecer. Poco a poco, nuevas gotas se van uniendo al esfuerzo colectivo y terminan por formar un ente mayor en forma de manantial del cual, instantes después, surge un río y ella se ve inmersa en esa corriente que ya no para de discurrir en su labor benefectora para las flores, para las vacas, para las ovejas, para los seres vivos en definitiva. Es entonces cuando descubre lo maravilloso que resulta ser parte íntima de un conjunto de gotas similares a ellas pero cada una con su propia personalidad. Al sentir el agradecimiento que recibe por su labor se va dando cuenta de lo emocionante que es particpar de la vida dando opciones de vida a todos las cosas y seres que necesitan de las aguas del río para poder existir como tales. De la naturaleza campestre pasa luego a formar parte de la naturaleza urbana de una ciudad y descubre otra faceta del mundo que era hasta entonces desconocida para ella. Se extraña de que, en esos momentos, su caminar se hace más lento y consigue descubrir que es porque la ciudad necesita que el agua se encauce de alguna manera para que sirva con su labor de beneficiar a la sociedad. Lo que más le impresiona son los agradecimeitnos que recibe por aprte de los niños. Hasta que, de repente, le entra un poco de miedo pero lo va combinando con la serenidad al descubrir que es normal que en la ciudad existan peligros que deben ir sorteándose para poder ser superados. Mucho tiempo después, tras experimentar el orgullo que se siente al formar parte de una comunidad que le agradece su presencia, se encuentra con algo nuevamente desconocido paras ella. Es que ahora está formando parte del mar. Después de saber lo que es el mar se siente feliz al descubrir la cantidad de vida variada y diversa que existe en ese lugar. Pero le vencen los nervios. Está nerviosa. Sabe ques muy importante para los demás prro la inmensidad del mar le asusta. Así que se le acercan unas cuantas compañeras de viaje y le preguntan si quiere vivir otra emocionante aventura junto con ellas. La aventura es convertirse en parte de las nubes. Nunca había imaginado que, tras estar encerrada tanto tiempo en la cueva, pueda volar. Y vuela. Y siente un regocijo inmenso al descubir lo hermoso que es volar e ir subiendo hasta los cielos. Formando parte de una nube se siente nuevamente feliz pero, de pronyo, nota frío, siente que ya no tiene el calor de la cueva y está algo temerosa. Mas la nube le invita a otra gran experiencia: convertirse en nieve para cubrir la alta montaña y hacer felices a los que juegan y se divierten con el agua en forma de nieve. Una vez ya cumplido el ciclo natural del agua, la gota se esconde en la hoja de una planta que ha nacido y echado flores porque ha llegado la primavera. Y con un canto a la primavera termina el cuento mientras ella piensa en todas sus transformaciones: agua de cueva, agua de manantial, agua de río, agua de mar, agua de nube, agua de nieve... y se duerme completamente dichosa por haber sido de provecho para la sociedad y haberse podido realizar como ente partícipe de la vida en la Tierra. Nos damos cuenta, rápidamente, que la autora (Begora Ibarrola) nos está enseñando cómo es el ciclo de la vida a partir del ejemplo de una gota. Cómo estamos en un lugar cerrado (nacimiento) para, de pronto, sentir que nos ha llegado ya la hora de comenzar a tener uso de razón y, después, conciencia de los que somos y de lo que podemos llegar a ser para los demás, hasta que, al final, se produce el descanso definitivo después de haber cumplido con nuestra misión de haber pertenecido a un mundo que, a su vez, nos necesitaba para existir. Las coordenadas individualidad-colectividad son muy visibles a lo largo de todo el cuento. Somos seres únicos irrepetibles que, aunque nos parezcamos a todos los demás, tenemos nuestra proopia personalidad. Pero ¿qué hacemos con la personalidad individual? Si queremos servir para algo en un mundo que nos llama a participar de él, tenemos que vivir las aventuras de nuestras diversas experiencias y transformaciones que nos hacen ser capaces de sentir lo que somos y de saber lo que estamos haciendo para ser felices y hacer felices a quienes nos rodean. (José Orero De Julián "Diesel")
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|