EN LA TERRAZA DEL HORIZONTE Luego de un período prolongado de ausencia, en su ciudad natal, el rey convocó a una charla íntima a Marco Polo, en la terraza de su palacio. Al ingresar a ella, por las lejanías se escurría como acuarela pastel, sobre el celeste turquesa, pinceladas de caricias, de pinceles blancos, como brillo mate de nubes de mares y océanos, en el fin del crepúsculo… Marcos se adelantó, con su alma de viajante, a la orilla del balcón, en búsqueda de descubrir un poco más, quizás todo el panorama del paisaje. Quizás la libertad de líquido de adrenalina por descubrir y poseer el horizonte desconocido…quizás, creyendo en la posibilidad imposible de llegar algún día a él. Ni bien el tiempo transcurrido, comenzaba a prolongarse demasiado, el rey lo indagó, preguntándole: -¿Dime que has descubierto de tu experiencia de haber conocido tantas ciudades diferentes habiéndote introducido en las costumbres de tanta variedad de comarcas? Y Marco Polo le respondió: -He descubierto que uno conoce. luego, lo que antes visitó. El Rey, no conforme con la imagen de un viajante solventado por el reino, tan abstraído en si mismo y perdido con su mirada, en un horizonte siempre distante, luego de tanto tiempo de espera para conocer respecto a supuestos descubrimientos de riquezas o tesoros, ante una respuesta tan vacía de créditos, generadora de místicas y reflexiones tan abstractas como inapropiadas para ese instante, le reprochó: -Esa respuesta podría yo, haberla deducido solo, en este mismo balcón, una noche cualquiera de luna llena, sin la necesidad de haber viajado tanto! ¿Solo una meditación poco interesante tienes para resumir tu largo viaje? Y el viajante le respondió en medio de su meditación: -He descubierto que, habiendo conocido la intimidad de diferentes ciudades y comarcas, ahora puedo conectarme con las situaciones y los errores que en cada sitio se gesta por desconocimiento de las situaciones que en cada otro sitio, a los cuales uno jamás podrá más que recorrer, sin lograr ser una parte clave de ellos, cometen al mismo tiempo y por carecer también de conocimiento a cerca del resto. Y que los verdaderos tesoros y riquezas se encuentran en el acercamiento y en la capacidad de compartirlo todo, unos con otros… solo eso…Mariano Dorola
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MARIANO DOROLA
y gracias por su grato comentario también !!
Elvia Gonzalez