La herencia de Madame Canaris -Captulo 15. (Novela)
Publicado en Nov 17, 2014
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- ¡Hogar, dulce hogar, Angeline!
 
-¿Qué te ocurre, José Roberto? 
 
- Me siento feliz cuando llego a nuestra casa...
 
- Eso ya lo sé desde que estoy casada contigo; pero lo que te estoy preguntando es ¿qué te ocurre, José Roberto?
 
-¿Por qué me preguntas eso?
 
- Porque durante todo el viaje de regreso a París has estado callado y en silencio. Por no decir no has dicho ni media palabra tan siquiera y eso no es normal en un chico tan alegre como tú.
 
- Sabes que no soy, para nada, seguidor de Sigmund Freud y que no creo para nada en sus métodos de introspección en el alma humana. Por eso me he casado contigo sabiendo que eres una mujer y no pensando que eres mi mamá como dicen los freudianos que tienen tantos complejos desde la infancia que parecen moluscos encerrados en sí mismos en lugar de animales normales.
 
- ¡Jajaja! ¡Eso también lo sé; pero dime ya lo que te sucede, por favor!
 
- Hay que reconocer que, en las poquísimas cosas que dijo Freud con las que estoy de acuerdo, es en eso de que "uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla".
 
- Y yo que pienso que tienes algo importante que contarme...
 
- ¡Necesito hacer tres llamadas urgentes y que tú estés presentes para escuchar todo lo que hablo con esas tres personas!
 
- Pero... ¿te has dando cuenta de la hora que es?
 
- Ya. No estoy diciendo que les vaya a llamar ahora sino mañana mismo a primera hora. 
 
- Entonces mañana me enteraré si es que tengo que enterarme de algo. ¿Cenamos antes de irnos a la cama?
 
- ¿Tú tienes hambre ahora?
 
- Pues no. Lo que hemos cenado en el avión me ha dejado sin apetito.
 
- A mí también me ocurre lo mismo; así que vamos a la cama...
 
Una vez los dos dentro de la cama, José Roberto seguía pensativo...
 
- ¿Apago ya la luz, cariño?
 
- Espera. Todavía no. Quiero hablar contigo de manera espontánea y cordial.
 
- ¿Para desalojar tu mente de pensamientos acumulados durante todo el viaje de vuelta a París?
 
- ¿Sabes algo? Cuando mataste a mi reina en la partida de ajedrez me parece que me diste una buena pista...
 
- ¿Una pista sobre qué asunto? 
 
- Dejemos eso para mañana. Ahora me interesa relajarme contigo. 
 
- ¿Quieres que escuche algo de tu infancia quizás?
 
- Si yo te leo la mente tú me lees mis ideas. Sí. Es eso. 
 
- ¿Y necesitas contarlo a alguien de total confianza?
 
- Sí. Y esa persona sólo eres tú.
 
- Adelante. Te escucho. 
 
- Pero quiero insistir en que no es cuestión freudiana ni mucho menos. 
 
- Lo sé. Sé que no eres, para nada, freudiano sino que solamente crees en Jesucristo y no en tantos erráticos psiquiatras. Lo aprendí mirándote a los ojos mientras hablas. Así que habla sin ninguna clase de reservas y mirándome de frente.
 
Así lo hizo José Roberto...
 
- Eran fiestas de vida enardecida. Al olor y sabor de las castañas se reunía toda la familia en unos conciliábulos que podrían titularse algo así como "conversaciones alrededor del brasero". Allí alimentábamos nuestra más tierna infancia mientras mi padre fabricaba sus propios cartuchos de caza, recargándolos de pólvora y perdigones, para salir el domingo en busca de conejos, palomas, perdices y codornices. Por aquel entonces nosotros disfrutábamos de juegos aprendidos en los tambores lejanos o el puente sobre el río Kwai y sólo los vecinos de enfrente tenían un televisor en blanco y negro. Mientra yo oía las voces de los locutores de la radio, la escala en Hi-Fi me sonaba a lejana música hawaiana retrotraída desde Nueva York, una ciudad tan lejana como el famoso paralelo asiático de las Coreas.
 
- ¿Por qué te detienes, José Roberto? Sigue. Me parece muy emotivo.
 
- Cuando mi madre asaba las castañas nosotros coloreábamos con nuestro lapiceros alpìnos dibujos de aventuras extraterrestres en tiempos en que Diego Valor luchaba contra los mekones y las chicas eran algo así como fantasmagorías mistéricas... excepto La Toti y La Piluchi que luchaban entre sí por ser el foco de atención de toda la chavalería del barrio; aquel barrio colgado entre el Parque del Retiro y la Avenida del Doctor Esquerdo en un Madrid lleno de árboles de pan y quesillo hacia cuyas ramas saltábamos con afán de sentir que estábamos creciendo...
 
- Sigue, José Roberto... 
 
- ¿Te estoy aburriendo?
 
- Todo lo contrario. Me estás fascinando y te prometo que lo que viene después esta noche será mejor que nunca...
 
- Cuando mi madre asaba las castañas nosotros nos lanzábamos cuesta abajo hacia la barriada de Vallecas montados en patinetas de madera confeccionadas con la artesanía de la buena memoria y arrastrábamos la melancolía de los cánticos escolares mientras escuchábamos a los niños de San Ildefonso "cantarinear" las bolas del gordo... un gordo que nunca se asomó por el barrio mientras todos nuestros padres, y los tíos venidos del pueblo, se desmigajaban la vista recorriendo las largas series de la pedrea.
 
- Cada vez me interesa más saber cómo vas a terminar... 
 
- ¿Quieres que continúe?
 
- Deseo que continúes...
 
- Al olor y sabor de las castañas entonábamos villancicos mientras tocábamos zambombas, panderetas y botellas de anís del mono y el tío Pedro, "El Olivos", siempre se emborrachaba y daba muestras de su excelente humor a la par que hacía equilibrios circenses sobre aquellas sillas de madera en donde yo emulaba a Federico Martín Bahamontes cuando iniciaba mi particular "Tour" por los acontecimientos diarios con las tijeras de mi abuela.
 
- Pues me está resultando más interesante que todo lo relacionado con Madame Canaris...
 
- Dejemos ese tema para mañana. ¿Puedo continuar?
 
- Debes continuar. 
 
- ¡Sí, claro! Se me olvidaba que nosotros no somos de los de podemos sino de los de debemos.
 
- Sigue con tu narración propia, José Roberto. 
 
- Entonces, cuando mi madre asaba las castañas, la vida era tan hermosa que sólo era necesario amarla... al igual que a aquella princesa nacida cerca del Amazonas que me tenía desvelado todas las noches en que yo soñaba con peces de colores nadando en las abruptas aguas donde abundaban los animales cocodrilianos que yo había estudiado en los libritos de la colección pulga. Y los vecinos de enfrente, para darnos en las narices con su "artefacto" televisivo en blanco y negro, nos contaban que acababan de ver el último gol de Alfredo Distéfano y que el Real Madrid acababa de golear al Stade de Reims, ciudad que por aquel entonces a nosotros nos sonaba a queso gruyére y foia gras.
 
- ¡Jajaja! ¡Qué bueno!
 
- ¿Puedo terminar?
 
- Termina ya porque voy a apagar la luz... 
 
- Cuando mi madre asaba las castañas la vida era tan bella que sólo se llamaba Infancia...
 
Angeline acarició el rostro de José Roberto con una dulzura tal que a él le pareció como si un ángel del cielo hubiese bajado para acompañarle en su nostalgia. Y ella apagó la luz...
 
- Charles, por favor, sírveme una de coñac o un güisqui doble.
 
- ¡Te estás destruyendo a ti mismo, Marlon!
 
- ¿Y qué quieres que haga si no la puedo olvidar?
 
- Te recomiendo una cerveza sin alcohol.
 
- Está bien. Sírveme dos sin alcohol.
 
- ¿Pero no te das cuenta de que estás solo?
 
- ¡He dicho dos porque no estoy solo!
 
- ¿Ya estás delirando otra vez?
 
- Somos dos y vamos a brindar los dos.
 
- ¡De eso nada! ¡Conmigo no cuentes esta noche! ¡Renata me está esperando a las doce en punto y sin tardar ni un segundo más!
 
- Me estoy refiriendo a mí y a mi fantasma. Sírvenos una sin alcohol a cada uno de nosotros.
 
- ¡Ostras, ostras y ostras! 
 
- ¿Qué sucede ahora, Charles?
 
- ¡Que algunos sois más cansinos que la famosa Rita Hayworth en esto de los amores imposibles! ¡Ya tenemos otra vez una noche toledana! ¡Mi Renata va a terminar por divorciarse! 
 
- ¿Qué tiene que ver la famosa Rita Hayworth con mis problemas de amor?
 
- Que en realidad se llamaba Carmen Margarita Cansino y se casó hasta cinco veces; además de otro mogollón de romances que tuvo fuera de sus matrimonios.
 
- ¡Cuenta, cuenta!
 
- Pero a la una cierro definitivamente el negocio. Resulta que se casó, por este orden en que te lo cuento, con Edward Judson; con Orson Welles, con quien tuvo a su hija Rebecca; con el príncipe Ali Khan, con quien tuvo a su hija Yasmin Aga Khan; con el también actor Dick Haymes y con el director James Hill para al final no ser feliz ni nada de nada. Por cierto, Marlon... ¿por qué no me haces el gran favor de casarte de una puñetera vez y me dejas de dar la barrila noche tras noche? 
 
- ¿Eres mi amigo o eres mi enemigo?
 
- ¡Ni lo uno ni lo otro! ¡Me estoy convirtiendo, a marchas aceleradas, en tu conejo de indias preferido!
 
La media luna surgía por el poniente, en la calle soplaba una fuerte brisa y el cielo aparecía surcado por nubes ligeras y algodonosas.
 
- Charles... escucha... por favor... ¿tú no oyes la voz de Violín Canaris?
 
- ¡Esto ya es demasiado! 
 
- ¡Solo quiero que oigas lo que yo he oído! ¿Por qué no haces el favor de acompañarme en la escucha para tener a alguien con quién compartirla?
 
- ¿Por qué no te compras una cacatúa y conversas con ella a estas horas de la madrugada? 
 
- Bueno. Realmente me alegro de saber que eres abstemio. 
 
- Por eso mismo no sufro de "delirium tremens" que me parece que es lo que sucede contigo. ¡Te estás jugando el puesto de Jefe Superior de la Policía de París por una tontera sobre alguien que ya está muerta desde hace mucho años!
 
- ¿Y si te contara que me estoy enamorando de otra mucho mejor que ella y que está viva?
 
- ¿Y por qué no coges y te largas a darle una serenata a ver si la convences y ligas con ella?
 
- Pero... ¿no te estás dando cuenta de que me refiero a "Lina"?... 
 
- ¡Ostras, ostras y ostras! ¡Yo no quiero problemas con "Joro"! ¡Ya me he enterado que es todo un campeón mundial de judo! ¡Ahora mismo te largas de aquí y vuelves cuando se te haya pasado del todo mañana por la mañana! ¡Eres un insensato, Marlon Brandy! ¡Un insensato completo! Lo que tendrías que estar haciendo es ir resolviendo definitivamente el problemón del asunto ese de la herencia de Madame Canaris en lugar de amar a mujeres imposibles como "Lina" que ya ha dicho un millón de veces que no necesita que la corteje nadie salvo su "Joro". ¡No sólo te estás jugando el puesto de jefatura superior sino que te estás jugando el cuello! ¡Mira el reloj! ¡Son las doce y cuarto y ya debería yo estar llegando a mi casa! ¡Así que no me vuelvas a contar nada sobre "Lina" porque no quiero problemas con nadie y menos con "Joro"! ¡Hala, hala, bébete las dos cervezas sin alcohol tranquilamente y lárgate con viento fresco que esta noche está bien fresca por cierto!
 
- ¿No puedes quedarte un momento más conmigo?
 
- ¡Como te vean los parroquianos en esta situación se te va a caer todo el pelo que todavía tienes gracias a Dios! ¡Y dale gracias a Dios de que la gente no se entere de nada de lo que me estás contando! ¿No comprendes que la gente necesita morbos ajenos para hacer más interesantes las mediocres existencias que están viviendo? ¡Necesitas la amistad de "Joro" para poder resolver el asunto de Madame Canaris y no se te ocurre otra cosa más tonta que enamorarte de su chica! ¡Vas a acabar muy mal como no te corrijas a tiempo, Marlon!
 
- ¿Y cómo crees tú que voy a acabar?
 
- ¡Bajo tierra y criando malvas!
 
- ¡No es necesario que me aterrorices más de lo que ya estoy!
 
- ¡Pues bébete ya las dos cervezas sin alcohol y olvidemos los dos esta conversación sin sentido! ¡Por la senda que has cogido tú terminas muerto del todo y yo divorciado por estar escuchando tus tonterías amorosas! ¿Es que no aprendiste en la escuela que no hay que desear a la mujer del vecino?
 
- ¡Baja la voz, Charles, por favor! Que no se entere "Joro" porque me corta en dos trozos de un solo golpe. Ya me lo dijo por el móvil esta misma tarde. 
 
- ¿Y todavía quieres seguir con ese imposible? ¡Menos mal que en el bar no hay nadie esta noche salvo tú y yo, pero si quieres salvarte haz el favor de no hablar con nadie más de este asunto!
 
- ¿Con nadie?
 
-¡Absolutamente con nadie! ¡Ni tan siquiera con tu querido fantasma no vaya a ser que tu querido fantasma se vaya de la lengua!
 
- ¡Dos cervecitas más, porfa, amiguete!
 
Charles Saura Renoir cogió dos latas de cerveza sin alcohol, se las entregó, en mano, a Alain Marlon Brandy Delon y, después, agarrándole por el pescuezo le fue empujando hasta la puerta del Café de Nueva Atenas.
 
- ¡A la puta calle! ¡Te recomiendo que vayas directo a tu casa y duermas lo suficiente porque mañana vas a tener demasiado trabajo y un trabajo muy duro además! ¡Así que duerme cuanto puedas, sueña con quien quieras soñar pero ten mucho cuidado con quien sueñas y no me vuelvas a meter nunca más en líos de faldas! ¡Por tu culpa esta noche me quedo otra vez en ayuno y eso sin contar que posiblemente mi Renata ya esté redactando su carta de despedida y petición de divorcio!
 
- Pero... Charles.. yo... 
 
- ¡A la puta calle he dicho!
 
Y mientras Charles Saura se dedicaba a cerrar el establecimiento, Marlon Brandy se introdujo en su Citroen y, poniendo en marcha el motor, sacó la cabeza por la ventanilla mientras las dos latas de cerveza sin alcohol las había depositado en el asiento del copiloto. 
 
- ¡Mal amigo! ¡Mal compañero! ¡Mala persona!
 
Charles le contestó también a viva voz cuando ya se marchaba el Citroen. 
 
- ¡Te recomiendo que vayas, lo más pronto posible, a la consulta de ese tal Manuel Díaz Gómez porque estás más tronado que la trompa de Eustaquio! ¡Y deja ya de una vez por todas ir de trompa en trompa por la vida si quieres hacerte un favor en vez de andar agarrado a las farolas de todo el Barrio Latino donde ya estás teniendo más fama que Napoleón Bonaparte!
 
Y llegó la mañana del día siguiente...
 
- ¿Que tal los dos huevos, José Roberto?
 
- ¡Me los has puesto como más me gustan a mí! ¡Gracias, Angeline!
 
- Hago lo mejor que puedo...
 
- No sólo eres la mujer más preciosa que he conocido y conozco sino que eres la persona más buena de las que pertenecen a mi mundo.
 
- Escucha, José Roberto... no me importa, para nada, que triunfes y ganes los 200.000 euros; tampoco me importa, en absoluto, que no triunfes y sólo ganes 100.000 euros; y para decirte toda mi verdad, además añado que me importa menos que una papa frita que fracases rotundamente y no te paguen ni un solo céntimo. Yo lo que quiero es vivir siempre a tu lado porque si no es a tu lado, ¿dónde voy a estar mejor?
 
- ¿Por qué me elegiste a mí? ¡Hay millones de hombres mejores que yo!
 
- Eso lo pueden decir o pensar las demás mujeres pero yo no. Para mí el mejor eres tú y, además, si no existieses yo habría elegido ser monja de clausura. ¿Sabes que estuve a punto de hacerme monja de clausura antes de conocerte?
 
- ¿Y clausurar ese par de ojos tan belllos que derriten el corazón de quiénes tienen la dicha de mirarlos?
 
- Si no fuera porque ya estamos casados, juraría que estás queriendo ligar conmigo...
 
- Ligar contigo día tras día es mi gran placer estemos o no estemos casados. ¡Me encanta beber de tus labios rojos!
 
El beso fue inevitable...
 
- A mí sólo me mueve la felicidad que empieza por fe y no el dinero que empieza por cualquier cosa mala y termina en cualquier cosa peor. Eres el tipo más sano de mi mundo. 
 
- Me siento tan valorado que no tendré ningún problema para poder triunfar. 
 
- Cuando te levantas de la cama, ¿en quién piensas después de mí?
 
- Después de ti siempre pienso en Don Florencio...
 
- ¿Quién es Don Florencio?
 
- Para las cosas del mundo, Don Florencio fue el mejor maestro que tuve además de mi propio padre. Todavía recuerdo lo que dijo de mí delante de todos los demás, incluidos los envidiosos.
 
- ¿Te dijo que eras el mejor chaval de la Tierra y un genial escritor?
 
- Nunca he sido el mejor chaval de la Tierra y en cuanto a lo de genial escritor todavía tengo que demostrarlo. Pero me dijo algo mucho mejor que todo eso. Me dijo, unos meses antes de morir, que no le llamara más veces maestro sino colega. Don Florencio era, en verdad, un hombre sabio. Muchos ignorantes se burlan de los hombres sabios porque sólo son ignorantes; pero los hombres sabios son tan superiores comparados con los ignorantes que suelen callar, mas su voz siempre sirve para iluminar el camino de quienes eligen superar a la ignorancia. Don Florencio fue uno de esos hombres cruciales en la vida de cualquier ser humano que quiere triunfar superando las ignorancias. ¿Sabes qué es ser un hombre crucial?
 
- Lo sé muy bien desde que te conocí. 
 
- Siempre somos lo que aprendemos a ser.
 
- Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
 
- Eso es de la Biblia. 
 
- Exacto. Es Proverbios 22:6 y es mi frase más favorita. Pero ahora te recuerdo que me dijiste anoche, antes de irnos a la cama, que ibas a hacer hoy tres llamadas trascendentales. ¿Te dejo a solas con ellos?
 
- Y yo te dije, por si no lo recuerdas, que quería que estuvieses tú delante para poder escuchar todo lo que hablo con ellos. Pondré el móvil con voz suficiente para que tú también escuches. 
 
- ¿Por dónde comenzamos, José Roberto?
 
- Espera un momento. Tengo ganas de cantar un tango. 
 
- Canta...
 
- ¡Alcé un vaso para brindar por ti! ¡El rojo amargo brilló! ¡Y entonces al querer beber el vaso traidor se me rompió! ¡Venas cárdenas de fuego, que echan chispas al hervir, llenan todito mi cuerpo cuando me acuerdo de ti! ¡Suena de pronto en lo alto la conciencia de mi pasión y olvido la sed y el llanto cuando me vence el licor, vencido con amargura, vencido por el dolor!
 
- ¿Pero si tú no eres así y no lo has sido nunca?
 
- No estoy pensando en mí. Estoy pensando en Marlon Brandy y en el infierno que debe estar viviendo!
 
- Eso significa, si no me equivoco, que la primera llamada va a ser para él!
 
- Exacto. Sabes interpretarme mejor que yo mismo. Empecemos por Brandy. 
 
- ¿Quieres que le llame yo o le llamas tú?
 
- Es una cuestión de hombre a hombre; así que le llamaré yo. 
 
Sonó el móvil del Jefe Superior de la Policía de París...
 
- ¿Eres "Lina" o eres "Joro"?
 
- ¿De verdad estaba esperando que le llamara "Lina"?
 
- ¡No! ¡De verdad que no, "Joro"!
 
- Entonces hablemos ya completamente liberados usted y yo. 
 
- ¡Oigo la voz de Violín Canaris, compañero!
 
- ¿Ya ha vuelto a beber como un cosaco? ¡Deje de decir tonterías y hable en serio!
 
- ¡Te juro que no he bebido ni una sola gota de alcohol; pero también te juro que acabo de oír la voz de Violín Canaris hace solamente unos pocos minutos!
 
- Le voy a creer porque se merece una oportunidad. ¿Me está diciendo que Violín Canaris se ha puesto en comunicación con usted o es solamente una alucinación suya?
 
- ¡Te vuelvo a jurar que Violín Canaris se ha puesto en comunicación conmigo!
 
- ¿Y qué le ha dicho ese fantasma?
 
- Me ha dado un ultimatum.
 
- ¿Un ultimatum a todo un jefe superior de policía? ¿Qué clase de broma es esta?
 
- ¡No es ninguna broma, "Joro"! ¡Estaba muy cabreado! ¡Yo diría que cabreado del todo!
 
- ¿Qué le ha propuesto?
 
- Me ha dado un último plazo...
 
- ¿Algo relacionado con la herencia?
 
- En efecto. Me ha amenazado con llevarme ante los tribunales si no respetamos el último de los dos testamentos de Madame Canaris.
 
- ¡Llámela mejor "Meme", Brandy!
 
- ¡Ostras! ¿Has dicho "Meme"? ¿Otro nuevo personaje en esta historia sin final?
 
- "Meme" es como se le llamaba, en el mundo de la prostitución, a Ana Meilleur Menthé.
 
- ¿Y qué tiene que ver esa señora con Madame Canaris?
 
- Que era la misma persona, Brandy. 
 
- ¡Me quitas un peso de encima porque ya es muy tarde para empezar de nuevo!
 
- ¿Qué quiere decir?
 
- ¡Que Violín Canaris me ha dado un plazo de 24 horas para solucionar lo de su herencia y que si no cumplo con la entrega de dicha herencia me denuncia ante todos los jueces de Francia!
 
- ¿Qué le ha respondido usted?
 
- Que esta tarde, a las seis, nos reunimos todos en mi despacho privado para firmar la entrega de la herencia antes testigos. 
 
- ¡Pues vuelva a llamarle y dígale que atrasa la reunión hasta las ocho del anochecer!
 
- ¡No puedo! ¡Le he dado mi palabra de que nos reuniríamos a las seis de la tarde!
 
- ¿No le ha impuesto la condición de que se haga la entrega testimonial de la herencia dentro de 24 horas?
 
- ¡Pues sí! ¡Eso también es cierto!
 
- ¡Pues llámele ya mismo y oblíguele a que acepte que sea a las ocho del anochecer!
 
- ¿Y por qué a las ocho del anochecer, "Joro"?
 
- Porque es cuando se juntan la luz del sol con la luz de la luna y así tenemos el escenario completo.
 
- ¡Jajaja! ¿Estás hablando en serio o ya estás pensando en una obra teatral? 
 
- ¡Nada de obra teatral! ¡A las seis en punto de la tarde tenemos que hablar usted, "Lina" y yo; así que ordene que él se presente a las ocho del anochecer aunque lo haga solo o rodeado de toda una corte celestial. 
 
- Preveo que se va a armar la de Troya. 
 
- Pues no está muy descaminado. Ahora limítese a llamarle y decirle que la reunión se efectuará a las ocho del anochecer! ¡Dentro de una hora me llama para decir si ha aceptado o tengo que ir yo a buscarle en persona!
 
- ¡Está bien, "Joro"! Si tú dices que a esa hora se va armar la de Troya yo cumplo con mi obligación como hizo Homero el de la Antigua gracia... esto... quiero decir Antigua Grecia...
 
- ¡Jajaja! Deduzco que no ha tomado ni una sola gota de alcohol pero yo no creo que a ese tal Violín le va a hacer mucha Grecia... esto... quiero decir mucha gracia.
 
- ¡Jajaja!
 
- Quiero pedirle otro gran favor! ¿Se ha enterrado ya el cuerpo de Madame Canaris?
 
- Lo haremos mañana.
 
- Pídele, por favor, al forense que esté en este asunto que repase muy bien el cadáver por ver si encuentra algo raro en su cuerpo. 
 
"Joro" cortó la comunicación.
 
- ¡Eres tajante a la hora de la verdad, "Joro"!
 
- Espero que sea la hora de la verdad y que no haya metido la pata hasta el fondo. ¿Has escuchado todo?
 
- Perfectamente bien. A las seis de la tarde tenemos cita con Brandy en su despacho privado.
 
- Y quiero que vayas más sexy que nunca si eso es posible.
 
- ¡Pero "Joro"! ¡No seas tan cruel con Marlon!
 
- No es eso, princesa, no es eso. Es que él es el jefe superior y como jefe superior debe dar ejemplo a todos los demás... así que o domina sus neuronas para que todos los demás cumplan lo mismo... o que vaya a tratarse con Don Manuel Díaz Gómez en algún diván de esos de las divagaciones psiquiátricas para gentes piradas. 
 
- ¡Jajaja! ¡Pues no es mala idea! ¡Cumpliré con lo que me pides! ¿Y ahora qué?
 
- ¿Recuerdas cuando me comiste la reina en la partida de ajedrez que jugamos en el avión que iba para Nimes?
 
- La recuerdo. Fue una de mis victorias más gloriosas. 
 
- ¿Y qué te dije yo?
 
- Que quizás te acababa de dar una buena pista. 
 
- Eso es lo que estuve pensando durante todo el viaje de vuelta a París. 
 
- ¿Quieres decir que hay alguna dama en medio de todo esto?
 
- O sigo metiendo totalmente la pata o es cierto. 
 
- ¿Por qué piensas que es cierto?
 
- Porque me hiciste pensar en que era muy evidente y como era tan evidente no nos habíamos dado ni cuenta. 
 
- ¡Zambombas! Luego es cierto lo que yo también me estaba suponiendo...
 
- ¿En quién estás pensando, princesa?
 
- En nadie. No tengo ni idea de quién pueda ser, pero en todo este asunto de la herencia de "Meme" hay toda una reina de corazones rotos.
 
- ¡Jajaja! ¿Quieres ver cómo soluciono yo este asunto para saber si es verdad o nos estamos equivocando?
 
- ¡Haciendo la segunda llamada del día!
 
- ¡Diana! ¡Has vuelto a dar en la diana! 
 
- ¿Y a quién se te ocurre llamar ahora?
 
- ¿Recuerdas el teléfono del "Courrier Picard" de Amiens?
 
- Lo tengo grabado en mi memoria. ¿Llamo yo o llamas tú?
 
- Ahora prefiero que llames tú para que no me cuelguen antes de tiempo.
 
- ¡Jajaja! ¿Y por quién pregunto?
 
- Por el Director General. 
 
- ¿Bernard Arnoriac Nosty?
 
- ¡Otra vez diste en la diana!
 
- ¿Pero no estás diciendo que se trata de una dama?
 
- Eso es sólo una suposición nada más. Tú llama y una vez que contactes con él me pasas el móvil a mí.  
 
Angeline marcó el número del "Courrier Picard" de Amiens...
 
- ¡Buenos días! ¡Aquí el "Courrier Picard" de Amiens! ¿Con quién desea hablar?
 
- Por favor señorita... necesito hablar urgentemente con el Director General Don Bernard Arnoriac Nosty... y dígale que es muy urgente... 
 
- ¿Con quién tengo el gusto de hablar, señorita?
 
- Es muy privado. Usted solamente dígale que es muy urgente. 
 
- Puedo darle una cita para que se entreviste con él en persona... 
 
- No puede ser. Estoy llamando desde la ciudad de París. 
 
- ¿Desde la ciudad de París?
 
- Sí. Eso he dicho. Desde la capital de Francia. 
 
- ¡No se aparte del teléfono porque le pongo, de inmediato, en contacto con él!
 
Angeline pasó su móvil a José Roberto.
 
- ¡Hola! ¡Aquí el Director General del "Courrier Picard" de Amiens! ¿Con quién tengo el gusto de hablar?
 
- El gusto es mío, señor Arnoriac.
 
- ¿Esto qué es? ¡Me habían dicho que me llamaba una jovencita desde París para hablar de un asunto muy urgente!
 
- Pues que yo sepa todavía no me ha dado por seguir esa manía freudiana de cambiarme de género. ¡Estoy muy a gusto con mi sexo varonil!
 
- ¿Esto es un broma? Porque si esto es una broma resulta ser una broma muy pesada. 
 
- ¡Jajaja! ¡Que soy "Joro", señor "Nosty"!
 
- ¡Ostias, "Joro"! ¿Me estás llamando desde París?
 
- Eso es tan cierto como que el asunto es muy urgente. ¿Cómo va todo por Amiens?
 
- Muy bien. No tenemos grandes noticias para hoy salvo un caso de esquizofrenia que ha atacado a un barrendero en plena madrugada y se ha liado a darle guantazos a la estatua del "Bello Dios de Amiens" de nuestra Catedral. Esa va a ser la portada de hoy. ¿Y vosotros? ¿Encontrásteis por fin lo que estábais investigando?
 
- De eso mismo quería hablar yo con usted si me ofrece unos pocos minutos de su preciado tiempo. En cuanto al barrrendero esquizofrénico que abofetea estatuas supongo que habrá algún remedio. 
 
- Si. Lo han trasladado urgentemente al frenopático de París. 
 
- ¿A la clínica psiquiátrica de Les Pages? 
 
- Eso es lo que me han dado a conocer mir reporteros. Te cuento el texto de la crónica: "La locura nos intriga y fascina a todos por partes iguales. Hay multitud de obras que se han sumergido en ella, presentándonos diferentes personajes al filo de la irrealidad y ambientadas en manicomios de diferentes partes del mundo. Tenemos los ejemplos de ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, ‘Los renglones torcidos de Dios’, ‘Corredor sin retorno’… Después fue la autora marsellesa Lisa Mandel quien nos ofreció un retrato de los psiquiátricos franceses de las décadas de los 60 y los 70, documentado a partir de los testimonios de varios familiares suyos que trabajaron como auxiliares y enfermeros en estos centros. Las instituciones psiquiátricas han cambiado muchísimo en los últimos años, pero en la época que refleja el cómic de Mandel, los tratamientos todavía eran muy rústicos y traspasaban los límites de la crueldad en muchas ocasiones. Así pues, ‘Psiquiátrico’ es un cómic bastante duro, a pesar de contar con un dibujo inofensivo en apariencia, de corte infantil, que provoca un enorme contraste con respecto a las situaciones que nos cuenta. Se trata de una obra coral en la que enfermeros y pacientes desfilan por sus páginas para mostrarnos cómo era el día a día en estos manicomios, ejemplos de enfermedades mentales y tratamientos, así como ciertos momentos más divertidos que ayudan a sosegar el ambiente sórdido de estos lugares. La autora hizo una labor que podríamos describir como periodística, en la que sin introducir sus propias opiniones se limita a exponer los recuerdos, ideas y críticas de los entrevistados. Todos ellos eran muy jóvenes en la época en que se desarrolla la historia, llegaron al mundo de las instituciones psiquiátricas casi por casualidad, y se encontraron con una realidad difícil de digerir que sólo empezó a cambiar a lo largo de los 70. Ese cambio se percibió en el segundo volumen de la obra, que editó Astiberri. De momento, podremos hacernos una idea de lo que ocurría a finales de los 60 con una lectura absorbente y estremecedora en ocasiones que ningún fan del cómic de corte social debería pasar por alto". ¿Qué te parece la crónica, "Joro"?
 
- "Setamor" y "Bisalma"... 
 
- ¿Qué has dicho, "Joro"?    

- Cosas mías nada más, "Nosty". ¿A ese barrendero le han metido en la clínica psiquiátrica de Les Pages donde internaron al futbolista Loko?
 
- Sí, "Joro". Hoy en día hay demasiados futbolistas totalmente locos como sucedió con Loko. Pero este barrendero parece bastante inofensivo, por lo menos de momento, aunque ya comprenderás que hay que tenerlo encerrado bastante tiempo por si le da por seguir abofeteando a todo lo que encuentre en su camino. 
 
- ¿Sabes el nombre de ese majara?
 
- Todos le conocen como "Pilón". ¿Cuál podría ser un buen titular para la crónica, "Joro"?
 
- Puedes titularla, por ejemplo, "Pilón se convierte en Popeye". 
 
- ¡Jajaja! ¡Muy bueno, "Joro"! Ese será el título. Cuando nos veamos en alguna ocasión recuérdame que te invite a un café. 
 
- Que sea con leche, por favor, y acompañado de un par de magdalenas. Esto es para echarse a llorar como sucedió con María cuando crucificaron a Jesucristo y todo lo que pasó después lo puedes aprender leyendo Historia.
 
- Bueno, "Joro"... ¿qué me querías preguntar?...
 
- Algo muy importante para lo que busco como base fundamental de mi tesis de doctorado en Periodismo.
 
- Pregunta... pregunta... 
 
- ¿Cuántas personas del "Courrier Picard" de Amiens, saben que "Lina" y yo estuvimos consultando los archivos de la hemeroteca de vuestra Sección de Documentación?
 
- ¡Solamente la Jefe de Documentación, que ya sabes que se llama Juliette Greko Say y yo!
 
- ¿Estás seguro de que nadie más lo supo?
 
- ¡Te juro que nadie más lo supo!
 
- Está bien, "Nosty". Sólo tú y Juliette sabían que "Lina" y yo estábamos buscando algo en vuestra hemeroteca precisamente cuando la noticia más importante, en toda Francia, era la de la herencia de Madame Canaris. ¿Me equivoco en algo?
 
- No te equivocas en nada. Somos las dos únicas personas del "Courrier Picard" de Amiens que conocíamos vuestra labor. 
 
- ¿Y alguien lo comentó después con los demás periodistas del "Courrier Picard" de Amiens?
 
- Nadie en absoluto. Yo le hice jurar a Juliette que no se lo contara a nadie y... por supuesto... no vas a estar dudando de mí...
 
- No dudo nada. Sólo investigo.
 
- Pues ya no te puedo informar más. 
 
- Espera un momento, "Nosty". Cuando lanzas la tirada diaria de tu "Courrier Picard"... ¿cómo haces para seleccionar las noticias más importantes, las noticias menos importantes y las noticias que no interesan ser publicadas?
 
- Todas las noches, antes de pasar la orden al Departamento de Diseño de cada diario, nos reunimos Juliette Greko Say y yo para determinar la importancia de cada noticia y cuáles no son suficientemente interesantes para ser publicadas. ¿Tienes ya suficiente?
 
- Espera un momento más, "Nosty". Haz, por favor, un esfuerzo de memoria. ¿Quién decidió que la noticia que os envió vuestro corrsponsal en Nimes, Sebastien Alexandre Pillou, relacionada con una extraña herencia que recibió un tal Émile Croupier, que resultó ser una pequeña fortuna, no tenía ningún interés prioritario?
 
- Yo creía firmemente que tenía mucho interés pero Juliette me hizo cambiar de opinión alegando que era mucho más interesante ocuparnos del Primer Centenario de la República Francesa y por eso era mejor no darle nada más que la mínima importancia. 
 
- ¿Y después? ¿Qué pasó después con todas las notas que os enviaba, sobre ese asunto, vuestro corresponsal en Nimes por aquel entonces?
 
- También yo creía que eran interesantes pero Juliette me aconsejó que era mejor no perder el tiempo dando espacios a un asunto sin importancia para el resto de los franceses. Dijo que había muchas noticias prioritarias y del máximo interés. Yo hice caso de sus consejos porque siempre me ha aconsejado muy bien y el "Courrier Picard" está aumentando sus tiradas gracias a que sigue creciendo el número de nuestro lectores. ¿Algo más, "Joro"?
 
- Hazme un último favor. ¿Tú conoces a un doctor francés que se llama Edouard Données Colére?
 
- Por supuesto que le conozco. No es que yo haya hablado muchas veces con él porque solo lo he hecho en dos ocasiones; pero sé que viene de vez en cuando a nuestra Redacción para hablar con Juliette Greko Say. Son algo así como amantes o por lo menos como enamorados. Algunas veces la ha invitado a pasar los fines de semana, que tiene ella libre, para ir a París y, cuando llega a Amiens, ese doctor le trae regalos como grandes ramos de flores. Una vez vi con mis propios ojos que regaló a Juliette una copia exacta del cuadro "Diana la cazadora" de Renoir mientras la besaba en la boca. ¿Te interesa todo este chismorreo?
 
- Puede que sí, "Nosty". ¡Te debo una!
 
- ¡Por supuesto que me debes una! ¡Recuerda que me prometiste una colaboración en mi periódico sobre mi tocaya Bernadette Soubirots!
 
-¡Recuerda tú también que no lo voy a hacer gratis sino a cambio de 10.000 euros!
 
- ¡Jajaja! ¡Claro que lo recuerdo! ¡Ten por seguro que no faltaré a mi palabra!
 
- ¡Ni yo tampoco a la mía!
 
Una vez cortada la comunicación... 
 
- ¡Zambombas, José Roberto! ¡Ahora resulta que llevábamos razón con eso de la reina de los corazones rotos!
 
- Ha salido mejor de lo que yo esperaba...
 
- Yo no creo en ciertas casualidades...
 
- Yo tampoco. 
 
- Alguien sospechó que estábamos buscando algo relacionado con el asunto de la herencia de Madame Canaris, conocida en el mundo de las prostitutas como "Meme", y estuvo amenazando a Pillou. 
 
- Este Pillou es un hombre muy valiente al contarnos todo lo que confesó pero, al final de nuestra entrevista con él, se vino abajo y tuvo miedo. Seguro que le amenazaron de muerte si hablaba con nosotros.
 
- Y quien lleva todas las papeletas de haber sido la chivata es Juliette Greko Say, la amante del doctor Edouard Données Colère que, si no me equivoco, debe ser el personaje que amenaza de muerte a Sebastien Alexandre Pillou.
 
-¡Diana, diana y diana! ¡O estamos completamente equivocados o estamos acertando de pleno! Ahora necesito hacer la tercera llamada trascendental.
 
- ¿Con quién quieres hablar ahora?
 
- ¿Qué cuadro es el más importante que existe en el Café de Nueva Atenas, Angeline?
 
- Uno muy significativo. La copia de "Diana la cazadora" de Renoir. 
 
- Y eso quiere decir que tengo que hablar con Charles Saura Renoir de inmediato. 
 
"Joro" marcó el número y respondió Charles...
 
- ¡Hola! ¿En qué podemos servirle?
 
- ¡Me vas a servir de mucho, Charles!
 
Al oír la voz de "Joro", el rostro de Charles empalideció visiblemente. 
 
- ¡"Joro"! ¡Yo no tuve la culpa! ¡Te juro que yo no tuve la culpa!
 
- Pero... ¿de qué culpa estás hablando, gilipollas?...
 
- Yo no quería decirle nada... pero... como estaba sola... yo creía...
 
- ¡Deja ya de decir estupideces y contesta con toda seriedad a una pregunta que te voy a hacer!
 
-¡Te juro que yo no tengo nada que ver con lo que dice o hace Marlon! ¡Yo... yo... yo sólo fui testigo... y puedo prometer y prometo... que no pasó nada de nada! Tu "Lina" le dio el corte más monumental que he visto yo en mi ya larga vida!
 

- ¿Pero puedes dejar de decir tantas estupideces, Charles? ¿Tú crees que "Lina" y yo damos importancia a lo que dicen o hacen los gilipollas? Quiero preguntarte algo trascendente de verdad. 
 
- ¡Menos mal que no estás enfadado conmigo! ¡Bastante tengo con lo enfadada que está mi Renata que ya no me dirige la palabra por culpa de Marlon y sólo me comunico con ella a través de gestos simiescos más o menos comprensibles!
 
- ¡Jajaja! Mira, Charles, esos problemas me son totalmente ajenos pero... ¿tú conoces a un tal doctor Edouard Données Colère?
 
- Me parece que me suena de algo ese nombre.
 
- Me estoy refiriendo a alguien que debió acudir alguna vez que otra al Café de Nueva Atenas y acompañado de un monumento de mujer.
 
- Espera... espera... creo que empiezo a recordar... 
 
- Si lo recuerdas bien no me detalles nada de ella sino de cómo es él.
 
- Pues me acuerdo bastante bien porque formaban una pareja tan desigual que llamaban poderosamente la atención de todos. Ella era un monumento pero él era un tipo bajito y muy feo. 
 
- ¿Quizás un típico francés con bigote y nariz de boniato?
 
- Pues sí. Hay muchos franceses que responden bien a esas señas. ¿Algo más, "Joro"?
 
- Procura nunca más cometer el error de querer hacerte el gracioso delante de mi "Lina" estando yo ausente porque puedes poner en peligro tu identidad física y, además, puede que se entere tu Renata y sea todavía mucho peor porque pondrias en peligro tu propia vida. ¿Enterado?
 
- Enterado del todo, "Joro".
 
- Pues la próxima vez pregunta si quieres enterarte de algo pero no te pases de listo. Adiós, Charles. Algunos de estos días, quizás dentro de menos de un año, "Lina" y yo tendremos nuestro primer hijo o nuestra primera hija. Y podremos cantarle lo de "¡Hola, bebé, gusto en saludarle, gusto en saludarle, un dos tres un dos tres"! ¿Te has enterado ya, bebé? 
 
- Esto... ya... ya... ya...
 
- Pues no te arriesgues a que tenga que cantarte yo a ti las cuarenta en bastos, pequeñuelo. 
 
Una vez cortada la comunicación "Lina" no pudo aguantarse por más tiempo la risa...
 
- ¡Jajaja! ¿Alguna nueva pista, José Roberto?
 
-  Donde menos se espera salta la liebre. Me lo decía continuamente mi padre, que era un sensacional cazador de conejos, antes de morir. 
 
- Pero José Roberto... ¡en Francia hay decenas y decenas de miles de hombres bajitos, con bigote, narices como boniatos y muy feos! 
 
- ¡Jajaja! ¡Ese es el problema! Espero poder hayar la respuesta a su debido tiempo.
 
Al acabar de decir esta última frase, sonó el móvil de ella. 
 
- ¡Espera, Angeline! ¡Es Marlon Brandy!
 
- ¿Cómo lo sabes tan seguro?
 
- Porque ha tenido tiempo suficiente para cumplir la orden.
 
- Coge el móvil entonces tú...
 
- ¡Hola, Brandy! ¿Qué ha sucedido?
 
- Efectivamente, por un lado Violín Canaris ha tenido que aceptar que la entrega oficial de la herencia de su madre sea a las ocho del anochecer y, por otra parte, nuestro médico forense Christian Roland Varanet Mathieu ha encontrado numerosa cantidad de huellas de pinchazos con agujas hipodérmicas a lo largo del cuerpo de Madame Canaris. 
 
- ¡Llámela, por favor, por su verdadero nombre!
 
- ¡Sólo sé que la apodaban "Meme"!
 
- Pero se llamaba Ana Meilleur Menthé. Al fin y al cabo era una persona. Equivocada por cierto. Pero era un ser humano. 
 
- Está bien. Puede ser que fuese diabética. 
 
- Si era diabética o no era diabética no interesa tanto. El caso es que murió, según los datos oficiales, de fallo cardio respiratorio producido por paro cardíaco. 
 
- Tendremos ocasión de hablar de eso más depacio, "Joro". 
 
- Efectivamente. A las seis de esta misma tarde nos reunimos con usted tanto "Lina" como yo.
 
- ¿Es necesario que venga "Lina"?
 
- Totalmente necesario si no se equivocan mis intuiciones. Y espero que esta vez nos portemos todos como hombres civilizados y bien educados. 
 
- Lo intentaré... 
 
- Espero que lo consiga...
 
- Te doy mi palabra de honor de que estaré tranquilo.
 
- Su palabra de honor me vale menos que la palabra de un gitano vendiendo burros en una feria de ganado; pero espero que sea cierto.
 
José Roberto cortó la comunicación y encendió un cigarrillo...
 
- Sal a hacer como que fumas al jardín por favor. 
 
- Con sumo gusto. Necesito encontrarme a solas conmigo mismo.  
 
José Roberto se sentó en una de las dos sillas que se encontraban ante la mesita de cristal que servía para tomar algún aperitivo mientras ella y él se daban tiempo para las meditaciones y las confidencias personales.
 
- Meternos en la piel de los culpables es como llevar a cabo un debate abierto entre la opacidad de la inconsciencia y la claridad de lo evidente que se hace realidad. Entre ambas cuestiones se encuentra la verdadera tragedia humana. Hay un montón de cosas que me hacen decir, "bueno, es una historia increíble dentro de otra historia real". Pero me he dado cuenta de que lo sucedido es tan cierto que deja de ser habitual para convertirse en otra razón de orden superior a lo habitual. Casi nadie parece darse cuenta de que lo primero de todo es hablar con lo que haríamos nosotros en condiciones similares a lo que hacen los culpables. Y ahí tenemos ya una respuesta valiosa que es involucrarse, a nivel personal, con esas numerosas preguntas que oscilan entre el "sí" y el "no". Si alguna vez me he sentido capaz de superar esa intensidad está siendo ahora; justo en el momento en que, con riesgo a equivocarme del todo, debo encontrar esa verdad que busco. Supongamos que sí. Supongamos que algo de cada culpable es cuestión de interiorizarlo en nosotros mismos para poder visualizarlo adecuadamente. Espero no haber entrado en ese callejón sin salida en que parece estar Marlon Brandy. Sé que tengo mucho que aprender pero sé que ya he aprendido mucho para ser alguien que puede enseñar a otros. Es la ley de la compensación. Tanto eres como tanto quieres ser. En ese asunto de "Meme" no hay que decir rápidamente que "sí", porque es una cuestión que va más allá de las coordenadas del tiempo; así que, como si estuviera dentro de la piel de los culpables, voy a seguir por este camino en que me encuentro para poder resolverlo. Si fracaso no habrá lugar para ninguna clase de frustración porque estoy siendo fiel a la decisión a la que quiero llegar.
 
- ¿Has terminado ya el cigarrillo, José Roberto?
 
- Sí, Angeline. Ven aquí un momento para hablar contigo.
 
Ella se sentó en la silla vacía que estaba al lado derecho de la de él.
 
- Angeline, como dijo Schopenhauer, no hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige.
 
- Y nosotros hemos elegido el que creemos verdadero... 
 
- Eso es, Angeline... y al creerlo verdadero estoy seguro de que vamos conseguir llegar...
 
- ¿Qué es para ti la existencia, José Roberto?
 
- En primer lugar habría que significar esa dicotomía paradójica que existe entre estar en presencia de ella y estar con ella. ¿No es lo mismo? Por supuesto que no. No es idéntico estar en presencia de alguien que estar con alguien.
 
- Yo estoy contigo, José Roberto. 
 
- Muchas gracias, Angeline, porque la presencia de un ser humano en nuestras vidas puede ser un simple testimonio de que alguien está efectuando una labor asociativa con nosotros. Ese alguien nos está suponiendo una atención relativa, una continuidad de interés por estar ahí, presente ante esa persona, comprendiendo y asimilando o simplemente dejando pasar el tiempo nada más; que son dos cosas que cuando se ven son diametralmente opuestas. No coincide muchas veces estar presente ante alguien que estar con esa persona. Sé que tú estás conmigo. Si triunfamos vencemos los dos. Si fracaso no quiero que tú formes parte de ese fracaso.
 
- Jamás he oído una confesión de amor tan profunda. 
 
- Te lo digo porque, para mí y sin importarme lo que piensen o digan los demás, estar con alguien es participar de toda esa persona con la que se está. Es estar asumido a esa persona con la que se está. Y no sólo de manera testimonial o presencial sino mucho más internamente; de esa manera conjuntiva, de esa forma en que esa persona y nosotros estamos imbricados en una misma esencia no solo corporal sino también inmaterial y anímica. 
 
Angeline prefirió, ahora, guardar silencio...
 
- Yo puedo estar permanentemente en presencia de alguien y ser sólo un motivo simplemente intranscendente. Pero cuando estoy con alguien es mucho más consecutivo y trascendental. Porque estar con alguien es ser partícipe completo de ese alguien, mientras que estar solamente en presencia de alguien es un ligera composición de lugar sin más esencia. 
 
- Por eso sabes que, por mucho que intenten separarnos, jamás lo van a conseguir porque estamos unidos hasta la eternidad. 
 
- Eso es, Angeline. Decir "aquí" significa siempre estar con alguien "aquí". A veces "aquí" sólo es un pasajero destino que se evapora con la distancia. Para nosotros dos, sin embargo, estar "aquí" es un destino completo. Estar contigo es ser parte implícita de ti misma mientras que estar simplemente en tu presencia es solamente una parte explícita ajena de ti misma. Hay que olvidarse de dudas para entender por qué estamos juntos hasta la eternidad. O estamos dentro o estamos fuera pero no podemos estar dentro y fuera al mismo tiempo o cuando nos de la real gana. Porque estar con un ser humano deja de ser hasta real para convertirse en inmortal. El umbral, en estas decisiones de formar una pareja unívoca, o se traspasa para triunfar como pareja o no se traspasa nunca y los dos se hunden en la intranscendencia. ¿Me has comprendido bien?
 
- Tanto que yo estoy pensando lo mismo que tú desde el mismo segundo en que te conocí con un café con leche por delante y fumando aquella inseparable pipa con la que me buscabas con tanta inquietud. Traspasaste el umbral de mi resistencia.
 
- Pues en este caso de "Meme" está sucediendo lo mismo... un hombre está deseando locamente a una mujer... 
 
- Pero en realidad ella no le ama y, por eso, él comete acciones desesperadas... 
 
- ¡Exacto, princesa! Ese es el error que está cometiendo el doctor Edouard Données Colère. 
 
- Pero es necesario que sepamos quién es antes de las ocho del anochecer de este mismo día. 
 
- Ese es el verdadero problema... pero para todo problema siempre hay una solución... y espero poder hallarla antes de que me venza el tiempo...
 
- ¡No te preocupes por eso, José Roberto, porque aunque fracases en el intento yo te amaré siempre más!  
 
- Eso es mnucha generosidad por tu parte... pero yo no lucho por mí... sino que estoy luchando por nosotros dos...
 
- ¿Porque somos dos seres en una misma persona?
 
- ¡Diana! ¡Volviste a dar en la diana!
 
- ¿Y cuándo fue que "Diana la cazadora" de Renoir te sirvió de pista?
 
- ¿Por qué crees que me sirvió de pista?
 
- Porque tú me dijiste, y no lo he olvidado, que a los altos mandos nazis les gustan muy exageradamente el Arte en general y, en este caso, la Pintura.
 
- Luego acabas de hacer otro descubrimento, Angeline.
 
- ¿Cuál?
 
- Que, pensando con lógica racionalista, la mujer que enloquece al doctor Edouard tiene ideología nazi. 
 
- Eso es erróneo, José Roberto, porque es mucho más joven..,. 
 
-Te equivocas ahora tú, Angeline. No me estoy refiriendo a Madame Croupier de Nimes sino a una de sus amigas. No me refiero al nazismo sino al neo nazismo.
 
- ¡Zambombas, José Roberto! ¿Estás haciéndome saber que la reina que rompe corazones desciende de alguna vampiresa?
 
- En efecto. Fuese quien fuese Madame Croupier, ya que nadie conoció su verdadero nombre, lo que es cierto es que fue una amante del nazismo durante la ocupación de territorios franceses por parte de los nazis. La mujer que estamos buscando debe ser una amiga de ella a la cual le inculcó la ideología del nacionalsocialismo y es esta amiguita de Madame Croupier la que está detrás del caos mental del doctor Edouard Données Colère. 
 
- Pero... ¿quién es ella y quien es el doctor Edouard?...
 
- Si te digo que todavía no lo sé no te estoy mintiendo porque es cierto; pero también es cierto que te que te afirmo que estás a punto de saberlo si Dios no me abandona... y Dios no sólo no abandona a quien cree en Él sino que le ayuda para encontrar toda clase de respuestas. Con Dios no existe dudas.
 
- ¿Qué crees tú, José Roberto, que es dicha relación?
 
- ¿Cuál crees tú que puede ser? 
 
- ¡La vida llena de lujos innecesarios y tan abundantes que necesitas muchísimo dinero para poder vivirla caiga quien caiga para conseguirlo!
 
- ¡Exacto! ¡Otra vez diana! Y la vida llena de exagerados lujos, que se viven caiga quien caiga para conseguirlo, porque lo único que importa es la pasta y no las personas, necesita muchísimo dinero como tú bien afirmas.
 
- ¿Es para descubrir eso por lo que viajaste a Alemania?
 
- Sí. Fue para empezar a descubrir eso; pero la respuesta final a esa pregunta me la dio Bernard Arnoriac Nosty a través de tu móvil. 
 
- ¿Todos los viajes que estamos haciendo los tenías planificados de antemano?
 
- Yo jamás planifico ningún viaje que hacemos. Me van surgiendo sobre la marcha.  Improviso según me llegan las intuiciones. Es cuestión de lógica idealística y no de lógica racionalista. ¿Descubres la diferencia?
 
- Sí. Es lo que diferencia a un hombre genial de un hombre solamente inteligente. 
 
- Gracias por el piropo pero no me lo merezco.
 
- Pero en realidad todavía no tienes resuelto el caso. 
 
- Poniendo algo de imaginación el presente es el futuro; así que estoy seguro de que tenemos tiempo de sobra para, cuando sean las ocho del anochecer de hoy mismo, encontremos la verdad que estamos intuyendo ahora. 
 
- Un hombre y una mujer... 
 
- O alguien que está entre un hombre y una mujer...
 
- ¡Jajaja! 
 
- Piensa lo que quieras y acertarás. 
 
- Demasiado complicado, José Roberto...
 
- Pues yo creo que estamos gestionando correctamente, al menos hasta el momento, nuestra investigación.  
 
- ¿Solamente hasta este momento?
 
-  No te anticipes demasiado, Angeline, porque la respuesta vendrá dada por sí misma. Si lo imposible no existe para quienes somos verdaderos cristianos, todas nuestras búsquedas obtienen el resultado que buscamos y no otro. Así que tenemos muchísimas posibilidades de que sólo una es la verdadera. 
 
- ¿Y si te equivocas?
 
- Seré un fracasado. 
 
- Pues a mí me pareces todo un triunfador aciertes o fracases en este asunto. 
 
- Eso espero. 
 
- Pues espera.
 
Angeline salió del jardín, entró en la vivienda y, minutos después, reapareció tan bella y tan sexy que hasta el mismo José Roberto, tan acostumbrado a ver a su mujer, quedó impresionado. 
 
- ¡Eso es, princesa! ¡Belleza, valentía, atrevimiento e ilusión! Un combinado perfecto para un final apoteósico. 
 
- ¿Crees que surtirá efecto?
 
- Lo creo. 
 
- ¿Esto es muy importante, José Roberto?
 
- De nuevo aciertas. Esto es tan importante que hará saltar la chispa y se producirá el fuego que estoy esperando. Por eso te necesito más que nunca. 
 
- ¿Puedo saber qué es lo que estás ideando y por qué lo estás haciendo?
 
- Lo ideo para triunfar y lo hago para conseguir los 200.000 euros de recompensa. Lo demás ya no me interesa por mucho que Brandy me necesite. La mejor necesidad de un ser humano es tener a alguien que te lo enseñe todo pero él parece que no lo entiende. 
 
- ¡Jajaja!
 
- No estoy pensando en eso ahora, Angeline, aunque no estés equivocada... sino en las enseñanzas que sólo sirven para cuando de verdad queremos aprender...
 
- Contigo aprendo siempre un montón de cosas nuevas.
 
- Vamos a ver si también hay alguien más que aprende.
 
- ¡Jajaja! ¡Vamos a la cita, José Roberto!
 
- ¡Vamos adelante, Angeline!
 
- ¿Pero te has dado cuenta de que todavía no hemos comido?
 
- Comamos; pero recuerda que a partir de ahora volvemos a ser, otra vez, solamente  "Lina" y solamente "Joro". 
 
- ¿Vas a por Marlon Brandy?
 
- Marlon Brandy es totalmente inocente e inofensivo. No estoy pensando en él. 
 
- ¿Por qué eres tan original?
 
- Porque no soy nervioso ni me interesa ser la fotocopia de nadie. Cuando se aprende caminando por las calles del mundo es necesario dejar de lado todos los morbosos pensamientos. 
 
- ¡Jajaja! ¡Esta vez casi te has desmayado!
 
- Sí. Es cierto. Pero cuando todo esto haya terminado me tumbaré en el sofá de nuestra propia casa para escuchar el canto de los ángeles. 
 
- ¡Cada vez estás más pirado, "Joro"! Pero ya va siendo hora de que tengamos nuestra propia casa...
 
Mientras comían siguieron hablando...
 
- Si estoy equivocado o no estoy equivocado sólo lo sabremos cuando el médico forense Christian Roland Varanet Mathieu, o como se llame, me dé la razón o no me dé la razón. 
 
- No te equivocas. Según escuché atentamente a Brandy se llama Christian Roland Varanet Mathieu.
 
- Confiemos entonces en él. 
 
- Supongo que sabes lo que haces, "Joro".
 
- ¡Sácame de una duda, "Lina"! ¿Tú crees que una mujer millonaria se confiesa con alguien en particular?
 
- ¡Claro! ¡Cómo no me había dado cuenta! ¡Con su dama de compañía!
 
- ¡Otra vez has dado en la diana! La reina de los corazones rotos, la que mataste jugando al dichoso ajedrez durante el vuelo a Nimes, fue dama de compañía de Madame Croupier. Sólo resultó ser una derrota pero no quedé vencido porque me diste una clave perfecta. Me dejé ganar para que lo entendieses...
 
- ¿Estás usando la lógica imaginativa, "Joro"?
 
- Cierto. Muchas veces, en mi vida, me he dejado ganar; pero nunca he dejado de vencer. porque siempre me he convencido a mí mismo de adónde quería llegar.
 
- ¿En el área de lo laboral o en el área de lo sentimental?
 
- He sabido siempre jugar muy bien en ambas áreas. A veces defiendo y evito una goleada y a veces ataco y goleo.
 
- Te creo sólo a medias. 
 
- ¿No crees que me dejaba ganar?
 
- ¿De verdad es cierto eso?
 
- De verdad. Sólo estaba aprendiendo a comprender lo que más me convenía aprender. El resto no me interesó jamás.
 
- ¿La psicología humana?
 
- Por supuesto que me refiero a la psicología humana. 
 
- ¡Jajaja! ¡Eres demasiado humano, "Joro"!
 
- Gracias a que siempre me gusta jugar...
 
- Pues no eres muy bueno con el ajedrez...
 
- Es que me estoy refiriendo al juego de las damas. Los peones no me interesan.
 
- ¡Jajaja! ¡Qué chistes más malos cuentas! 
 
- Pues no es ningún chiste. A mí no me gustan los peones. 
 
- ¿Cuál es la jugada perfecta para convertir tantas derrotas en una victoria final?
 
- Guardar silencio mientras se está jugando... y de eso sé una gran cantidad...
 
- ¿Eso es lo que podríamos denominar el mundo de las claves impredecibles?
 
- En efecto. Las claves impredecibles para conseguir la victoria final es no tener muchos escrúpulos cuando se juega con fuego. Muchos son los hombres que pierden el tiempo quemándose por poner la mano en el fuego antes de que éste se haya convertido solamente en cenizas. ¿Me estás siguiendo?
 
- Te comprendo y te entiendo. ¿Quizás te refieres a pasiones amorosas iniciadas en tiempos indebidos?
 
- Eso es. 
 
- Pues a eso yo lo llamo ingenio creador. 
 
- Podrías llamarlo también lo desconcertante de cada enigma. ¿No te parece demasiado enigmático y desconcertante la desaparición absoluta de Émile Croupier y la aparición insólita de Violín Canaris?
 
- ¿Me estás diciendo que el Émile Croupier de 1989 y el Violín Canaris de 2004 son la misma persona?
 
- Si es que existen, sí. Pero sigo pensando que no existen. 
 
- Pero no te han dicho y te han confirmado que a las ocho del anochecer vamos a conocer pesonalmente a ese tal Violín...
 
- Vamos a conocer a alguien. Eso sí es verdad. 
 
- Ahora no sé cual es tu próximo movimiento, "Joro". 
 
- ¡Vámonos ya a la cita, "Lina"!
 
- Quieres decir que ya lo sabes o que todavía lo desconoces...
 
- Quiero decir que lo vamos a conocer cuando alguno que otro empiece a bailar el chachachá. Un baile que espero que se produzca. 
 
"Lina" y "Joro", manejando ella otra vez su flamante Peugeot Sport, llegaron hasta el edificio de la Jefatura Superior de la Policía de París. 
 
- ¡Comienza tu gloria, "Joro"!
 
- ¡Nuestra gloria, "Lina", no olvides que comienza nuestra gloria! Puede ser mi fracaso pero nunca será el tuyo porque te he asegurado al menos 100.000 euros que, con la ayuda de Dios, pueden ser 200.000.
 
- ¡Dios mío! ¡Cuánta generosidad!
 
- ¿Qué pensarían nuestros hijos o nuestras hijas si yo fuese tan egoísta como para arrastrarte a un fracaso que sólo sería mio?
 
- Nuestros hijos, o nuestras hijas, cuando lleguen siempre dirán que eres el hombre más interesante que han conocido como papá. Dale tiempo al tiempo, "Joro". 
 
- Está bien. Ya llegó el tiempo de salir de dudas. Alguna vez tenía que ser. 
 
Poco después, "Lina" y "Joro" se encontraban con el Jefe Superior de la Policía de París, Alain Marlon Brandy Delon, y el médico forense Chistian Roland Varanet Mathieu, quienes, al ver a "Lina" se quedaron tan estupefactos por la impresión que sufrieron un total shock nervioso por unos cuantos segundos, lo cual les impidió pronunciar palabra alguna ni hacer tan siquiera un solo gesto...
 
- No hace falta que se pongan de pie, caballeros, ella y yo ya estamos acostumbrados a la mala educación ajena...
 
Los dos aludidos se pusieron en pie. 
 
- Esto... "Joro"... perdona...
 
- ¿Se puede saber para qué sirve en esta vida estar siempre perdonando? Siempre he preferido olvidar en lugar de perdonar y actuaré siempre de la misma manera.
 
- Llevas razón. Olvidar sirve más que estar siempre perdonando porque perdonar siempre no tiene sentido práctico alguno mientras que lo más práctico que conozco yo es el olvido. 
 
- Por fin nos estamos entendiendo bien desde el principio, Brandy. 
 
- Os presento a nuestro médico forense Christian Roland Varanet Mathieu. 
 
- ¿Nos podemos sentar los cuatro para hablar tranquilamente ahora que no hay moros en la costa?
 
- ¡Jajaja! ¿Tal vez alguno que otro como Marianita de La Felguera?
 
- Hoy estás totalmente lúcido, Brandy. 
 
El médico forense pudo, al fin, reaccionar dando la mano a la pareja... 
 
- Pero... claro que sí... no faltaría más... hablemos los cuatro tranquilamente sentados ahora que no hay ni brujas cotillas ni cobardes chismosos a nuestro alrededor.
 
Una vez los cuatro sentados cómodamente, siempre "Lina" al lado de "Joro", fue éste quien tomó la iniciativa.
 
- Empecemos por algo muy interesante. ¿Qué encontró usted, Christian Roland, en el cuerpo de "Meme"?
 
- ¿Quién es "Meme"?
 
- La misma que Ana Meilleur Menthé. 
 
- ¿Y quién es Ana Meilleur Menthé?
 
- La misma que Mamade Canaris que, en realidad, era Madame Goth pero la hicieron conocer como Madame Canaris.
 
- ¡Óstenas! ¡Qué asunto más complicado!
 
- Alguien intenta complicarlo para no ser descubierto... pero conteste a mi pregunta... 
 
- Descubrí una gran cantidad de pinchazos con agujas hipodérmicas en el cuerpo de "Meme".
 
- ¿Sabe algo de la lidocaína?
 
- Sé mucho de la lidocaína. Al 1, 2, 4, 5 ó 10 por ciento, se usa como agente anestésico local: para pequeñas cirugías, para antestesia pleridual o raquídea,para bloqueos periféricos, para aplicar en las encías, en odontología, para las hemorroides, para hacer endoscopías digestivas o bronquiales o para infiltraciones. La lidocaína se emplea también para tratar ciertas arritmias cardíacas. Intectada en grandes sobre dosis produce la muerte por paro cardíaco.
 
- Pare un momento, doctor. ¿Qué le puede suceder al corazón de una mujer que ha estado soportando durante muchas décadas enteras el acoso, la persecución, el odio, los insultos y toda clase de amenazas a que estaba siendo sometida por la sociedad en que vivía?
 
- Que cada vez estaba más débil... y más propensa al ataque cardíaco definitivo que acaba por matarla. 
 
- ¿Entre esos pinchazos que encontró en el cuerpo de "Meme" había alguno muy cercano a su bulbo raquídeo?
 
- Muchísimos. 
 
- ¿Hay alguna relación directa entre el bulbo raquídeo y el corazón?
 
- Muy directa, joven. Porque el bulbo raquídeo es responsable de las funciones vitales involuntarias de nuetro organismo, como la respiración y los latidos cardíacos.
 
- Luego la crisis cardíaca que llevó a la muerte a "Meme" fue involuntaria a ella misma. 
 
- ¿Qué estás diciendo, "Joro"?
 
- Estoy diciendo, Brandy, que alguien inyectó a "Meme" una grandísima dosis de lidocaína en el bulbo raquídeo hasta que le produjo un paro cardíaco fulminante. ¿Qué opina, señor forense?
 
- Que eso puede ser totalmente cierto y que, en ese sentido, no fue una muerte natural sino provocada por alguien que deseaba su muerte. ¿Necesitan algo más de mi?
 
- ¿Quieres preguntarle algo más al forense Christian Roland, "Joro"?
 
- Está muy claro cómo mataron a "Meme" como está muy claro cómo mataron a Piolin Canaris. Ya no es necesaria su presencia, señor forense.
 
Christian Roland Varanet Mathieu, muy a pesar suyo porque le hubiese gustado estar mucho más tiempo admirando a la silenciosa "Lina", se levantó y abandonó el amplio despacho de Marlon Brandy.
 
- ¡Apúntate un buen tanto, "Joro"! ¿Pero quién te habló tanto de la lidocaína?
 
- Un viejo periodista de Nimes, ya retirado del oficio, que escribía en "La Gazette Medicale" de Francia porque no le permitía escribir, ciertos temas, en el "Courrier Picard" de Amiens alguien que resulta ser una bruja. 
 
- ¡Ostras! ¿Hay una bruja de por medio?
 
- Digamos que una mujer tan despampanante que ha enloquecido a un doctor metido a amante.
 
- ¿Quién es esa bruja?
 
- Si todo sale como yo espero que salga su amante nos lo dirá...
 
- ¡Esto no ha sucedido nunca en la historia de los miles de casos policíacos franceses!
 
- Te equivocas, Brandy... 
 
- ¿En qué me equivoco?
 
- ¡Existe un antecedente!
 
- ¡Ostras! ¿Existe un antecedente?
 
- Sí. La herencia de la pequeña fortuna de Madame Croupier. 
 
- ¿La famosa jugadora del Casino de París?
 
- Esa misma, Brandy...
 
- ¿Y ahora cómo descubrimos a los asesinos?
 
- ¿Sabes cómo se cazan a los ratones colorados?
 
- Lo mismo que a los demás ratones.
 
- ¡Efectivamente, Brandy! ¡Se les caza haciendo que entren en la ratonera! Y eso es lo que voy a intentar conseguir a partir de las ocho de esta misma tarde. ¿Comprendes ahora por qué era necesario que hablásemos contigo antes de la reunión de la entrega de la herencia? 
 
- De verdad que es sorprendente, "Joro".
 
- ¿No sabes que en España usamos mucho la frase que dice "saber más que los ratones colorados"?
 
Marlon Brandy miró su reloj de pulsera.
 
- Todavía nos queda una hora más. ¡Explica, explica!
 
- Según la etimología popular, existe una versión sobre los ratones que se refiere a los de campo, y dice que tienen un color rojizo y son más listos que los de ciudad; pero también esa frase se refiere a unos duendes del floclore murciano, tan listos que no se han dejado ver nunca. Así que, en este asunto, las dos versiones son válidas pero vamos a demostrar que los ratones de ciudad no somos tontos y que esos duendes van a aparecer aunque ellos no quieran. 
 
- Eso es ser pícaro, "Joro".
 
- Yo diría mucho más. Yo diría que eso es ser pícaro pero, a la vez, avispado. A los pícaros se les combate con la astucia; porque resulta que los pícaros olvidan algo fundamental.
 
- ¿Qué es eso tan fundamental?
 
- La inteligencia, Brandy, estoy hablando de la inteligencia; cosa que los pícaros no saben utilizar en su medida correcta porque, al considerarse superiores a los demás seres humanos, caen en lo que "Lina" y yo conocemos como chapuzas. 
 
- ¿Tú que opinas, "Lina"?
 
Ella habló por primera vez desde que se inició la charla...
 
- Opino que la inteligencia, por sí misma, es solamente una abstracción que termina por ser concreta cuando está siendo bien usada, y recalco lo de bien usada para no llamar a engaño, a través de unos sentidos bien controlados por esa misma inteligencia innata en cualquier ser humano, hombre o mujer, que usa la capacidad de sus sentidos sin que tenga que aparentar que es intelectual aún siéndolo a través de la buena forma que tiene de aplicar sus sentidos. No me admire demasiado, Brandy, porque me he limitado a repetir algo que pertenece a uno de los más famosos y grandes ensayos filosóficos de mi esposo.
 
- Lo cual no quiere decir, Brandy, que ella no sea la parte más sustancial de dicho ensayos porque ella me los inspira después de haber tenido bonitos y benditos sueños con la luz apagada. 
 
- ¡Jajaja!
 
- ¿Por qué le da por reírse tanto a "Lina", "Joro"?
 
- Debe ser que se acuerda de algún chiste mío. 
 
- ¡Os veo muy felices a los dos! 
 
- Por eso nunca bebo alcohol para olvidarla.
 
- ¡Eso sí que es tener suerte, "Joro"!
 
- Perdone que le interrumpa, Brandy, pero yo creo que eso sí que es ser hombre.
 
- Con una chica como tú se puede ser el más hombre del mundo.
 
- Pues en su caso no se nota, Brandy, y perdone que sea tan sincera.  
 
- Si estuvieras soltera...
 
- ¿Qué haria usted si yo estuviera soltera? Le doy mi palabra de honor de que si yo estuviera soltera usted no se comería ni una rosca conmigo. Así que dedíquese a solucionar el caso de la herencia de "Meme" para tener algo importante que contar a quienes le escuchen en el futuro si es que se resuelve favorablemente. Me parece que es una oportunidad que no debe dejar pasar por alto, jefe superior...  
 
- Esto... claro... yo es que... la verdad sea dicha...
 
- La verdad sea dicha, Brandy. Y como la verdad sea dicha pues la verdad dice que usted no entra en el cesto de las manzanas que me gustan. ¿Entendió ya del todo o empezamos de nuevo para hacer un repaso general haciendo como que "Joro" no está presente? 
 
- ¿Puedes explicarme por qué no estaría yo dentro de ese cesto de manzanas que te gustarían si estuvieses soltera?
 
- Hay una razón muy evidente...
 
- ¿Y puedo conocer cuál es esa razón?
 
- Que me gustan los irracionales. 
 
Alain Marlon Brandy Delon se quedó tan cortado que decidió solamente hablar del caso de la herencia de Madame Canaris...
 
- Habíamos quedado, "Joro", en que hay un antecedente. ¿Eso nos sirve de algo para solucionar este asunto?
 
- Nos sirve de algo; pero hace falta que se confirme.
 
- ¿Es que andas todavía atando cabos sueltos? ¡Se nos pasa el tiempo, "Joro"!
 
- Los cabos sueltos ya los tengo bien atados... pero...
 
- ¿Lo tienes ya solucionado o no lo tienes ya solucionado?
 
- Hágase un favor a usted mismo, Brandy, y cuando comience la fiesta de las preguntas con respuestas, no hable para nada y deje que yo lleve la batuta. Por una vez que usted deje de ser el jefe superior es más que suficiente. 
 
- ¡Sabes mucho más de lo que cuentas!
 
- Yo no diría tanto pero me conformo con lo que sé. 
 
- ¿Intentarás enredar a alguien, "Joro"?
 
- Intentaré quitarle el polvo a ciertas fotografías... 
 
- ¿De qué me estás hablando?
 
- De que con ciertas fotografías puedo noquear a alguien... si no me estoy equivocando...
 
- ¿Estás diciendo una verdad o sólo una conjetura?
 
- Estoy diciendo una verdad como un templo. 
 
- Pero no estás seguro... 
 
- Digamos que estoy seguro pero que me quiero asegurar... y valga esta redundancia... 
 
- Pues no lo entiendo del todo. 
 
- Hemos investigado muy bien; pero puede que, de momento, haya que esperar a que cometa un fallo lamentable. 
 
- ¿Quién?
 
- La presión dirá quién es quién. 
 
- ¿Y piensas meter presión desde el principio?
 
- Eso es, Brandy. Parece que va entendiendo cada vez mucho mejor. Si sigue así pronto encontrará a alguna que se enamore de su inteligencia. Le recomiendo que, si triunfamos, disfrute usted de un fascinante viaje a través de la cultura del alpiste. 
 
- ¿La cultura del alpiste has dicho?
 
- Sí. En España sabemos todos muy bien qué es la cultura del alpiste. Y si triunfamos tendrá usted de nuevo la oportunidad de atrapar a nuevos pájaros porque ya se sabe que el alpiste los atrae como la miel a los moscos. A los pájaros les gusta tanto el alpiste que cantan mucho mejor cuando se les da en abundancia; y con ese método usted tendrá tantísimos éxitos que ganará un gran crédito de admiración entre las mujeres aunque sea solamente por primera vez en su vida; así que vaya usted preparando un par de botellas de coñac totalmente llenas.¿Comprendido?
 
- Comprendido. Me parece que ya sé por dónde vas. ¿Tienes preparado un plan de ataque?
 
- No tengo preparado un plan de ataque sino dos al mismo tiempo. Yo los llamo el plan A y el plan B. 
 
- ¿Y si te fallan los dos?
 
- Entonces usted le paga los 100.000 euros a mi "Lina" por todo lo que ha colaborado y yo me quedo sin los 100.000 que me corresponden. ¿De acuerdo?
 
- De acuerdo. 
 
- Pues guarde ya silencio porque oigo sus pasos... 
 
Efectivamente, tras cinco segundos de completo y tenso silencio, se escuchó el toque en la puerta. Contestó Brandy.
 
- Pasen, por favor. Estamos esperando. 
 
Entraron, en el amplio despacho privado de Marlon Brandy, dos hombres; uno muy alto, rubio, musculoso, elegante y sumamente atractivo, y otro muy bajo, bien gordo, con bigote, nariz como de boniato y muy feo. Marlon Brandy se levanto y acudió a saludarles efusivamente. 
 
- ¡Hola, Violín Canaris! ¡Es un grato placer saludarle a usted al igual que a su acompañante!
 
Los dos hombres, un poco aturdidos por aquel caluroso recibimiento, se quedaron algo turbados, le dieron la mano y esperaron acontecimientos. 
 
- Por favor, señores, sé que ustedes tienen mucha prisa para saber a cuánto se eleva la inmesa fortuna que representan todos los bienes de Madame Canaris pero, ¿tienen la amabilidad de sentarse ante esta pareja de jóvenes?
 
- ¿Quiénes son estos?
 
- No se sorprenda tanto, don Violín, yo sólo soy un periodista que está preparando y elaborando una tesis doctoral y ella es mi compañera de trabajos de toda la vida desde que nos conocemos personalmente. No les vamos a molestar demasiado teniendo en cuenta la enorme fortuna que ustedes van a recibir. 
 
- Me molesta hablar contigo si no hay más remedio... ¡pero con la condición de que esta señorita se vaya fuera de este despacho!
 
- ¿No se le ocurre otra solución?
 
- ¡Señor Brandy, dé la orden de que esta señorita se vaya! ¡Me pone muy nervioso!
 
- Espere, espere un momento, Violín Canaris. ¿Es usted marica?
 
- ¡No estoy dispuesto a que, además de robarme el tiempo, me insulte un advenedizo al cual no conozco de nada! ¡Ni tan siquiera sé su nombre ni él sabe quién soy yo! ¡No voy a admitir que siga insultándome!
 
- Calma, don Violín, calma. A mí no me importa para nada que usted sea homosexual y no le gusten las hembras hermosas. Si eso es un problema no es mi problema sino el suyo. Y si no es un problema... ¿por qué se pone a la defensiva?...
 
- ¡No admito que me llames homosexual!
 
- Digamos entonces que usted es gay, que está muy de moda llamar gays a los maricones, lo cual tampoco es un problema mío sino de la lingüística que avanza que da miedo. Pero tengo que hacerle saber que la palabra marica se usa en muchos países de habla hispana no como sinónimo de homosexual sino para definir a una persona cobarde sea o no sea maricón. Como está usted escuchando yo no tengo prejuicios contra nadie. 
 
- ¿Cómo te atreves a llamarme a mí cobarde? ¡Si no se marcha esta jovencita de este despacho no voy a decir ni una palabra más ni a ti ni a nadie!
 
- No se preocupe por eso, don Violín, porque eso tiene fácil arreglo. Por favor, "Lina", ¿no te importa quedarte de pie mientras dura toda la entrevista y situada detrás de don Violín para que no te vea y así no se ponga nervioso?
 
- ¡No estoy nervioso sino que deseo que se vaya!
 
- Le estoy dando una buena alternativa para que usted se calme del todo. Mi compañera de trabajos se quedará de pie detrás de usted porque es necesario que esté presente quiera usted o no quiera usted. 
 
- Y como aquí no hay ningún espejo me puedo quedar de pie detrás de usted, don Violín, porque resulta que no soy tan fea como la Gorgona Medusa. 
 
- ¡Jajaja! ¡Eso sí que ha sido un buen chiste, "Lina"!
 
- ¡Yo no le veo la gracia por ningún lado, señor Brandy!
 
- Dejemos entonces ya de hacer por más tiempo el payaso y siéntense ustedes frente a nosotros dos mientras ella ocupa el lugar que se ha decidido por mi propia mayoría absoluta. En realidad las preguntas que les hará este joven llamado "Joro" son muy necesarias para su tesis doctoral pero también son muy necesarias para mí, porque resulta que estoy intentando averiguar unos datos totalmente necesarios para acabar con mis investigaciones sobre las muertes sucedidas por culpa de este engorroso asunto y necesito saber si es verdad que usted es don Violín Canaris sin ninguna clase de duda. 
 
- ¿Es que duda usted, señor Brandy, de que yo soy Violín?
 
- Lo que ha querido decir el Jefe no es que usted sea o no sea un violín sino que en este caso tan extraño puede haber algún flautista con muchas ganas de tocar la gaita.
 
- ¿Ese es otro chiste malo de los que usted cuenta, jovencito?
 
- No dejaré de contarlos hasta que usted permita que mi compañera "Lina" permanezca detrás de usted para que se calme del todo. 
 
- De acuerdo, accedo a eso... ¡pero tengo prisa!...
 
Violín Canaris y su acompañante se sentaron frente a "Joro" y Brandy respectivamente; mientras "Lina" permanecía en pie y detrás del citado Violín. 
 
- Lo primero que tengo que aclarar es que, lamentablemente, mi abogado el ínclito y honesto Benoit de la Colette Sint-Julien D'Arc no ha podido venir a esta reunión porque sufre de una infección por culpa de un virus estomacal y, debido a la alta fiebre que le ha producido, no ha tenido más remedio que quedarse en su cama. 
 
- ¿Y cómo ha sucedido eso?
 
- Eres muy curioso, jovencito...
 
- Llámeme solamente "Joro", por favor.
 
 
- ¡Tú y yo no somos amigos! 
 
- ¿Por que a mí sí me gustan las hembras hermosas?
 
- No voy a responder a tus provocaciones, así que te seguiré llamando jovencito por no llamarte maleducado y grosero. Repito que eres muy curioso y hasta inoportuno. Lo que ha sucedido con el gran señor abogado Saint-Julien D'Arc es que todo lo que tiene de inteligente lo tiene de terco y tozudo. No admite consejos de nadie. Le dije que lavara muy bien las lechugas antes de comérselas crudas. Por no hacerme caso es por lo que ahora está enfermo. 
 
- ¡Lechugas! ¿Quiere usted decir que ha ingerido grandes cantidades de potyvirus de esos que afectan también a las escarolas y a las escarolas rizadas?
 
- ¿También sabes de agricultura?
 
- Buena parte de mi familia es campesina de toda su vida. Fueron mi tío Adán y mi tía Eva quienes me enseñaron todas estas cosas sobre las lechugas, las escarolas, los repollos y hasta la coles de bruselas. 
 
- ¡Jajaja!
 
- ¿Tiene alguna gracia esto, señor Brandy?
 
- Para mí sí. Cada uno tiene el humor que desee tener porque estamos en una sociedad libre. 
 
- No tiene tanta importancia, jovencito. Sólo sufre un poco de dolor estomacal y una fiebre muy alta; pero metido en su cama se le pasará muy pronto. Sin embargo, en su lugar, me acompaña este caballero que es el auxiliar administrativo del señor Benoit de la Colette. 
 
- ¡Caramba! ¡Yo creía que era usted mudo! ¿Nos hemos visto antes? Su cara me suena y cuando una cara me suena no la olvido jamás. 
 
- ¡Sí! Me has visto en una ocasión cuando te empeñaste en hablar con el abogado en contra de mi voluntad. El honroso y honrado Benoit de la Colette Saint-Julien D'Arc estuvo a punto de despedirme por tu culpa. ¡No sé si perdonarte!
 
- ¿Es que es usted Dios?
 
- No soy Dios pero lo tuyo fue difícil de perdonar para cualquier ser humano, 
 
- Pues no me perdone tanto porque no me lo merezco. 
 
- ¡Yo soy el auxiliar administrativo del abogado Benoit de la Colette Sint-Julien D'Arc!
 
- ¿Entonces es usted el que hace los "trabajos sucios"?
 
- ¡Tú insultas demasiado, jovenzuelo! ¡Y no estoy dispuesto a consentir que me llames sucio porque trabajo como auxiliar administrativo a las órdenes de un probo y digno abogado como lo es Benoit de la Colette!
 
- Está bien. Calma. Procura no ofender más veces a este caballero, "Joro". 
 
- Perfecto. Dejemos todos las bromas y pongámonos todos serios del todo. La fortuna que va a recibir su representado es inmensa, porque le va a convertir en el hombre más millonario de toda Europa; pero en cuanto a usted se refiere... ¿se llama por casualidad Edouard?... 
 
- ¿Cómo has podido adivinar mi nombre?
 
- ¡Atiza! ¡No me diga que lo he acertado!
 
- ¿Se puede saber cómo has adivinado mi nombre?
 
- ¡Arrea! ¡Resulta que usted es Edouard! ¡Vaya sorpresa más mayúscula! Perdóneme pero no lo he adivinado sino que usted me recuerda mucho a un compañero de escuela al que todos conocíamos como Eduardo "El Sucio". 
 
- ¿Me estás comparando con un marrano?
 
- No. Eduardo "El Sucio" no era un cerdo del todo, pero escribía porquerías salvo cuando le daba por escribir poemitas muy lindos dedicados a sus admiradoras. En realidad se llamaba Eduardo Maximiliano Lipa De los Flipes y no era muy mala persona. Lástima que cuando escribía relatos fuese tan cochino. Era uno de los que más enamoraban a las chavalas del cole cuando sólo éramos unos adolescentes nada más. 
 
- ¿Y qué tiene que ver todo eso conmigo?
 
- Algo importante. ¿Se puede saber cuáles son sus dos apellidos, caballero de damas tan bien servido como dijo el loco de Cervantes a través de la locura de Don Quijote?
 
- ¡Basta ya de cachondeo! ¡A ti no te importa y no te lo voy a decir porque a ti no te importa! 
 
- ¿Tiene todo esto algo que ver con mi herencia? ¡Me estoy poniendo nervioso y cuando yo me pongo nervioso arde Troya!
 
- ¡Caramba, don Violín! ¡Eso mismo dijo este joven llamado "Joro" sobre qué sucedería en esta reunión!
 
- ¡Sigue sin hacerme gracia alguna!
 
- Espere un momento, don Violín, sólo quiero preguntarle a don Edouard si conoce o no conoce a una mujer fatal llamada Juliette Greko Say. 
 
- ¡Jamás he conocido a esa señorita!
 
- ¿Cómo sabe usted que es una señorita y no una señora si yo no le he dado a usted ningún dato sobre ello?
 
- ¡Estas preguntas me parecen tontas y, además, una pérdida de tiempo!
 
- Cálmese, don Violín, "Joro" sólo está ayudando.
 
- ¿Ayudando a quién?
 
- Ayudando a que la entrega de la herencia de Madame Canaris sea totalmente legítima y legalizada para que no se la entreguemos a quien no se la merezca. 
 
- ¡Pero yo soy Violín Canaris! ¡El único heredero universal de mi amada madre! 
 
- Perdóneme un momento más, don Violín... pero quiero terminar con don Edouard preguntándole una última cosa, de momento, si es que obtengo una respuesta que me satisfaga del todo. ¿De verdad que no conoce usted a la tal Juliette Greko Say?
 
- Quizás la conozca, pero debe haber sido muy superficialmente, de paso y sin trascendencia alguna, porque no me acuerdo de ella. 
 
- ¿Ni tan siquiera la recuerda como una amiga tan amiga como para regalarle grandes ramos de flores y hasta una copia exacta del cuadro "Diana la cazadora" de Renoir? 
 
- ¡No sé hasta dónde quieres llegar con esta conversación, chaval!
 
 
- No es una conversación sino una entrevista. ¿Entiende la diferencia o se la tengo que explicar para que la entienda?
 
- Entiendo la diferencia. 
 
- ¿Por qué no se limita entonces a decir sí o a decir no?
 
-  Está bien. Voy a aclarar el asunto. Hace tiempo conocí a una tal Juliette de la cual no recuerdo sus apellidos, que podrían ser Greko Say y no tengo por qué negarlo, pero lo desconozco. Sólo me cité una vez con ella, en un motel de carretera, y le regalé un gran ramo de rosas y una copia de ese cuadro de Renoir como compensación por los servicios prestados. 
 
- ¿De verdad que sólo se citó una vez con ella y le impactó tanto que le hizo esos regalos al día siguiente de lo que sucediese en el motel que todos ya nos imaginamos lo que pudo ser?
 
- ¡Nada más que una sola vez!
 
- Y en una sola vez, siendo usted tan feo que es imposible serlo más, la enamoró de tal manera que, para compensar dicho amor, le hizo esos regalos? ¿Cuántos años tenía ella?
 
- ¡Me confesó que era ya una mujer y que no había ningún problema en que tuviésemos relaciones sexuales en un motel de carretera!
 
- ¿Cuántos años le dijo que tenía?
 
- Me dijo que acababa de cumplir los 30 años de edad y supuse que era cierto. 
 
La mente de "Joro", siempre alerta, ágil y rápida, hizo un cuenteo definitivo antes de hablar él...
 
- ¿No le contó esa tal Juliette que antes de trabajar como periodista lo hizo, cuando sólo era una quinceañera, como dama de compañía de Madame Croupier en la ciudad de Nimes?
 
- ¡Claro que me lo contó! ¿Qué tiene de malo tener sólo 15 años de edad y estar trabajando como dama de compañía de una anciana que no podía valerse por ella misma?
 
- ¿Todo eso supo de ella en una sola noche donde supongo que la emoción les embargaba a los dos y se olvidarían del resto del mundo mientras iban a la cuestión a la que iban? 
 
- ¡Pue sí! ¡Contactamos los dos desde que nos vimos y rápidamente empatizamos los dos al mismo instante!
 
- ¿Siendo ella un monumento de mujer y usted una birria de hombre tan feo que más feo no existe en todo el Universo porque eso es imposible?
 
- ¡No empecemos otra vez a insultar!
 
- Es que no me lo puedo creer...
 
- ¡Sólo tuve una cita con ella!
 
- ¿De verdad que sólo tuvo una cita con ella? 
 
- ¡Tan cierto como que me llamo Edouard!
 
- ¿Usted tuvo algún otro oficio antes de ser el auxiliar administrativo del probo e íntegro abogado señor don Benoit de la Colette Saint-Julien D'Arc? 
 
- Sí. Antes de eso fui doctor especializado en Medicina General; pero resulta que el señor Benoit de la Colette me paga muchísimo más dinero que trabajando como doctor, así que mereció la pena cambiar de oficio. 
 
- Entonces, recuerde por favor...
 
- ¿Qué tengo que recordar?
 
- ¿Cuánto dinero gana usted para pagarle todos los caprichos a esa tal Juliette Greko Say con la cual sólo ha tenido un encontronazo según dice usted pero no según dicen mis cálculos? 
 
- ¡Qué tiene que ver todo esto con mi herencia, señor Brandy! ¡Imponga su autoridad! ¡Quiero que me entreguen toda la documentación necesaria para recibir todo lo que me corresponde por ser el único heredero universal de Madame Canaris!
 
- Calma, don Violín, calma. Es cierto que este joven llamado "Joro" está elaborando una tesis doctoral sobre la parte más humana de la Segunda Guerra Mundial y, en ese caso, comprenda que es muy importante para él saber mucho de Madame Croupier y de Madame Canaris por lo de la época de la invasión de territorios franceses por las tropas nazis alemanas y todo lo que sucedió durante ese período de nuestra Historia. Pero es que, además, admiro tanto su forma de trabajar que yo le he contratado para que investigue sobre las muertes de esas dos madames y las de sus hijos Cámile y Piolín respectivamente. 
 
- ¿Y todo eso qué tiene que ver conmigo?
 
- Perdone, don Violín, pero luego le voy a hacer a usted una cuantas preguntas muy interesantes para mi tesis doctoral y quizás para el señor Brandy también. De momento me interesa mucho saber cuántas veces salió don Edouard con Juliette. ¡Haga usted memoria, por favor don Edouard! 
 
- ¡Sólo una vez nada más!
 
- Y yo insisto en que una sola cita para saber tantísimo sobre ella no es suficiente por mucho que hubiese existido un flechazo amoroso entre los dos, lo cual lo dudo mucho viendo cómo es ella físicamente y cómo es físicamente usted. 
 
- ¡No admito ni un insulto más!
 
- No le estoy insultando sino diciendo realidades. ¿Cómo puede ser que un hombre tan feo y tan poca cosa, además sin gracia alguna, conquiste de manera tan espectacular a una mujer como esa tal Juliette en una sola noche? ¿Usted ha visto muchas películas norteamericanas y se ha creído que todo el monte es orégano o piensa que los demás somos tonto y nos creemos eso de aquí te pillo aquí te mato?
 
- Pues fues así. 
 
- Entonces... ¿por qué el director general del "Courrier Picard" de Amiens, el caballero Bernard Arnoriac Nosty, dice que al menos ha hablado con usted dos veces de las muchas en que usted ha visitado a esa tal Juliette a la redacción de ese periódico donde ella trabaja como Jefe de Documentación?
 
- ¡Está bien! ¡Voy a decir la verdad! ¡Estuvimos saliendo durante algún tiempo!
 
- ¿Durante un tiempo bastante largo o solamente durante un poco tiempo? 
 
- ¿Qué más da el tiempo que salí con ella?
 
- Es fundamental saberlo. ¿Un corto tiempo de meses o una gran cantidad de años desde que ella cumplió los 15? ¡Memorice bien, don Edouard! 
 
- ¡Me has pillado en un renuncio! ¡Lo admito y lo asumo! ¡Estuvimos saliendo durante muchos años pero la dejé y no la he visto ya nunca jamás!
 
-¿Jamás de los jamases o solamente un jamás muy relativo?
 
- No comprendo.
 
- Se lo aclaro. ¿Por qué la dejó si ella estaba tan enamorada de usted? ¿Es que descubrió usted que ella sólo estaba enamorada de su gran cantidad de dinero?
 
- No fue por eso. La dejé porque me enteré que era neo nazi! Cuando me enteré de esto corté ipso facto nuestras relaciones. 
 
- ¿Juliette es la famosa reina de los corazones rotos?
 
- ¿Qué significa eso?
 
- ¿Usted cree que Juliette es una vampiresa?
 
- ¡Sólo sé que profesa la ideología neo nazi y la abandoné porque me daba vergüenza de que se enteraran los ciudadanos de París que yo estaba teniendo relaciones sexuales con una neo nazi!
 
 
- ¿Y cómo es que le dio vergüenza salir con ella cuando supo que era neo nazi si ustedes estaban tan enamorados el uno de la otra y la otra del uno? ¿No es más fuerte el amor que las ideologías de los amantes? Recuerde, por ejemplo, a Romeo y Julieta. 
 
- A eso no contesto... 
 
- ¿De verdad que cuando usted conoció que Juliette era una neo nazi rompió definitivamente con ella? ¿Cuál fue la reacción de Juliette? ¿Le amenazó con ir diciendo a todo el mundo que tenían ustedes dos relaciones sexuales de manera secreta?
 
- ¡Has de saber, jovenzuelo, que cuando esa neo nazi rompió conmigo sufrí mucho más de lo que te puedas imaginar. Cuando supe que amaba sólo mi dinero y no me amaba a mí ni lo más mínimo que se debe amar a una persona sufrí mucho.
 
- ¿Sufrió usted mucho cuando sucedió eso?
 
- ¡Muchísimo!
 
Brandy se dio cuenta de que "Joro" le estaba dando la señal de que había llegado la ocasión de sacar las dos botellas de coñac...
 
- ¡Esperen un momento, caballeros! ¡Creo que ha llegado el momento de poder brindar como buenos amigos! 
 
Brandy se levantó, sacó la dos botellas de coñac más cuatro vasos limpios y dejó todo sobre la mesa antes de volver a sentarse.
 
 
- ¡Beban todo cuanto quieran porque para eso somos hombres de verdad!
 
Rápidamente, tanto Violín como Edouard, llenaron sus vasos de coñac y se lo bebieron todo de un trago seguido.
 
 
- ¿Y las madames? ¿Tanto Madame Croupier como Madame Canaris sufrieron mucho antes de morir?
 
- ¡Me estás haciendo bolas la cabeza, jovenzuelo! 
 
- Como buen doctor que es usted reconocerá que unos cuantos pinchazos hipodérmicos de lidocaína en el bulbo raquídeo de ancianas con ya muchos años de edad y el corazón completamente hecho pedazos suele ser muy doloroso... ¿no es cierto?... 
 
- Creo que sí. 
 
- ¿Y las muertes de Madame Croupier y Madame Canaris no fueron muy dolorsas? ¿Tanto la una como la otra sufrieron mucho antes de morir? 
 
- Creo que sí. 
 
- ¿Fueron también muy dolorosas las muertes de Cámile Croupier y de Piolín Canaris? ¿Qué cree usted, Edouard Données Colère? 
 
- Supongo que si se ahorcaron debieron sufrir demasiado. 
 
- ¿Lo cree de verdad, doctor Edouard Données Colére?
 
- Prefiero no seguir hablando. 
 
- Ya. 
 
Edouard y Violín volvieron a llenar sus vasos de coñac y se los volvieron a beber de un solo trago mientras Brandy y "Joro" ni tan siquiera habían bebido una sola gota.
 
- ¡Oiga, jovencito! ¿Quiere ya dejar ese asunto para que por fin me hagan entrega de los documentos que me acrediten como heredero universal de toda la fortuna y todos los bienes de mi amada madre?
 
- Un momento, don Violín. ¿Dónde estuvo usted oculto durante tantísimos años para que nadie supiera dónde se encontraba?
 
- Fue una decisión de mi familia paterna alemana. A mí me separaron de mi hermano gemelo Piolín Canaris nada más nacer. 
 
- Pero... ¿dónde se crió usted?...
 
- ¡En Alemania!
 
- ¿Quizás en Dortmund tal vez?
 
- ¡Muy cerca de Dortmund, pero no voy a decir nada sobre eso!
 
- Está bien. ¿No es cierto que usted, cada día 25 de cada mes de cada año, iba a visitar a su hermano gemelo a Le Touquet, muy cerca de Amiens?
 
- ¡No sé cómo lo has adivinado pero es cierto!
 
- Tiene usted un cuerpo enteramente perfecto desde la cabeza a los pies, don Violín. ¿Su hermano gemelo Piolín también tenía un cuerpo igual que el suyo?
 
- ¡Yo no le he visto desnudo nunca a mi hermano gemelo?
 
- ¿Ni en sueños?
 
- ¡Estás loco del todo! 
 
- Lo digo por lo de gay...
 
- ¿Me quieres dejar ya en paz?
 
- Dejemos eso aparte. Cuándo usted se encontraba con su hermano gemelo Piolín en Le Touquet, su hermano gemelo Piolñin, ya fallecido, siempre tenía la cabeza cubierta con un pasamontañas digamos, por ejemplo, boliviano?
 
- ¿Esto es una broma? Porque si es una broma es una broma de muy mal gusto.
 
- ¿Por qué va a ser una broma? ¿Me está usted viendo reír?
 
- ¡Porque me da la idea de que te estás pitorreando de mí!
 
- Conteste a la pregunta, por favor, y luego veremos si es pitorreo o no es pitorreo. 
 
- ¿Qué hay de malo que cada día 25 de cada mnes de cada año me encontrase con mi hermano gemelo Piolín Canaris en el pueblo francés de Le Touquet?
 
- Vuelvo a insistir otra vez. ¿No vio nunca ningún tipo de defecto físico en la anatomia de su hermano gemelo?
 
- ¡Ninguno! ¡Era tan bello como lo soy yo!
 
- Mire entonces estas dos fotografías de niños.
 
"Joro" sacó las dos fotografías que llevaba en el bolsillo interior izquierdo de su cazadora y se las pasó a Violín Canaris que se quedó contemplándolas fijamente. 
 
- ¿Qué le parecen?
 
- ¡Es mi hermano gemelo!
 
- ¿De verdad que es su hermano gemelo?
 
- ¡Claro que sí! ¡No puedo estar confundido aunque tú me quieras confundir!
 
- ¿Y no ve esa enorme cicatriz que tenía Piolín Canaris en su oreja derecha? Si se ve a simple vista en la fotografía supongo que personalmente se vería mucho mejor.
 
- ¡Tiene que ser un trucaje! ¡Yo no le vi jamás esa cicatriz!
 
- ¡Un trucaje para qué y por cuál motivo! ¿Tiene algún sentido que un niño de tan corta edad deje que se haga un trucaje con su rostro? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Quizás para celebrar una fiesta de Halloween o para celebrar la caída de los higos chumbos?
 
- Yo no sé cuál es la respuesta. ¿De dónde sacaste estas dos fotografías?
 
- Si le digo que me la regalaron los parientes alemanes con los que usted se crió durante toda su vida... ¿me lo cree?... 
 
- No sé qué decir...
 
"Joro" sacó ahora una infografía del bolsillo interior derecho de su cazadora.
 
 
- ¿Y qué me dice de esta infografía?
 
- ¡Diablos! ¡Se parece mucho al abogado Benoit de la Colette Saint-Julien D'Arc! ¡Parece la misma persona! ¿Dónde la ha obtenido?
 
- Si le digo que ha sido un regalo de mi amigo el periodista Sebastien Alexandre Pillou, que trabajó muchos años en Nimes para el "Courrier Picard" de Amiens... ¿me cree o no me cree?...
 
- ¿Cómo la ha podido hacer?
 
- Usando una técnica que conocemos muchos periodistas y que consiste en hacer envejecer una fotografía, de un niño por ejemplo, para ver cómo puede ser en un futuro si es que envejece según los parámetros más parecidos a la realidad. El resultado no tiene por qué ser siempre el más exacto pero casi siempre es el más correcto.
 
 
- ¡Me has pillado fuera de juego! ¡No sé qué significa todo esto! 
 
- Los Canaris de Alemania no le conocen a usted de nada, don Violín. 
 
- ¡Mierda! ¿Cómo puedes decir esa mentira?
 
- Me lo han dicho ellos de manera personal. Usted no vivió nunca con nadie de la familia Canaris porque Violín Canaris no existe como vengo yo diciendo desde el principio de toda esta mascarada. 
 
- ¡Estás loco de remate! ¿Sabes quién soy yo?
 
- ¡Usted es el probo e ínclito abogado Benoit de la Colette Saint-Julien D'Arc y junto con su amigo y quizás su amante el ex doctor Edouard Données Colére, y la amiga y amante de éste conocida como Juliette Greko Say, fueron los autores de las muertes de madame Croupier, su hijo Cámile Croupier, madame Canaris y su hijo Piolín Canaris. El ex doctor Edouard Données Colère, aquí presente, fue el autor material de todos esos crímenes y usted, junto con Juliette, los autores intelectuales de esos mismos asesinatos. 
 
- ¡Deja ya de decir tantas locuras! ¡No tienes ninguna prueba en acuanto a mí se rrfiere porque yo soy Violín Canaris!
 
- ¿Quiere hacer ya el favor de quitarse del rostro todo lo que lleva puesto como máscara, don Benoit de la Colette?
 
Benoit de la Colette Saint-Julien D'Arc se puso en pie y sacó, rápidamente, un revólver del bolsillo interior izquierdo de su lujosa chaqueta pero antes de que pudiese disparar contra "Joro", "Lina", con unos reflejos fantásticos, le pegó una patada tan potente a la mano derecha de Benoit de la Colette que hizo que éste soltase un aullido desgarrador mientras el revólver salía despedido y caía en el suelo muy lejos de él.
 
- ¡Auggggg!
 
- ¡En nombre de la Ley ustedes dos quedan detenidos!
 
- ¡Eso jamás antes de llevarme a esta entrometida por delante!
 
Benoit de la Colette se lanzó en tromba hacia "Lina" pero ésta, aprovechando la propia inercia del abogado, le agarró por un brazo y le hizo saltar por encima de ella hasta darse un golpetazo brutal contra el suelo. Era el famoso "salto de la montaña".
 
 
- ¡Auggggg! ¡No vas a vivir para contarlo!
 
- ¡Que hagan el favor de entregarse los dos a la Justicia!
 
- Espera, Brandy, cuando más y con más furia la ataque más duro será el castigo que reciba. Se llama judo y sirve como autodefensa.
 
Efectivamente, ante el nuevo ataque de Benoit de la Colette, "Lina" le hizo un barridode piernas y le empujó hacia el costado izquierdo. El resultado fue que el abogado se estrelló, al salir rebotado, contra la pared de una manera brutal debido a la inercia de su propia potencia tan malamente aplicada.
 
 
- ¡Augggg! ¡No voy a parar hasta que te mate! 
 
- ¡Quedan los dos detenidos! ¡Entreguense a la Policía!
 
Benoit de la Colette hizo caso omiso de la orden, ya tantas veces repetida, de Marlon Brandy. Así que se levantó del suelo y se lanzó con la cabeza por delante en forma de ariete contra el cuerpo de "Lina" quien, con las palmas de sus manos abortó el golpe y, subiendo la rodilla derecha, la estrelló contra la boca del abogado quien, ya exhausto, cayó definitivamente otra vez al suelo. 
 
- ¡Auggggg!
 
Y quedó completamente KO...
 
- ¡Super chévere, chavalilla! ¡Compruebo que has aprendido perfectamente mis enseñanzas de judo! 
 
En esos momentos Brandy dio la orden para que entraran cuatro policías que estaban atentos esperando a que se les permitiera actuar. Esposaran a Benoit de la Colette y a Edouard y se los llevaron fuera del despacho.
 
- ¿Todo eso le has enseñado tú a "Lina", "Joro"?
 
- Algunas cosas más...
 
- ¡Jajaja! ¡No seas tonto, "Joro"! ¡Brandy no debe por qué saber todas las cosas que me has enseñado!
 
- Esto... yo me refería... solamente al judo...
 
- ¡Jajaja! Yo también...
 
Brandy volvió a hablar... 
 
- Ya sólo falta detener a Juliette Greko Say y estará el trío de neo nazis completo. 
 
- Y eso es muy scencillo si no publican nada, por ningún medio de comunicación, de lo sucedido hoy aquí hasta que no pasen dos días más. Así la policía francesa podrá detenerla cuando entre a trabajar mañana a la Redacción del "Courrier Picard" de Amiens.`
 
- ¡Gracias por todo "Joro"! ¡Gracias por haber conseguido este triunfo que servirá para reivindicarme ante la sociedad y que todos vuelvan a considerarme con respeto y admiración. 
 
- ¡La gloria quésela sólo usted, Brandy, pero le recuerdo que nos debe dos cheques de 100.000 eruos a cada uno. 
 
- Estaba tan seguro de que solucionaríais este asunto que ya los tengo preparados.
 
Alain Marlon Brandy Delon sacó los dos cheques que estaban guardados en uno de los cajones de su mesa de trabajo.
 
 
- 100.000 para "Lina" y 100.000 para ti. Creo que es lo justo.
 
- Hablando de lo justo; le tengo que volver a repetir que sea justo también con usted mismo y deje ya de beber coñac para siempre. 
 
- Estoy seguro de que lo voy a conseguir. 
 
- ¿Y ahora qué va a hacer, Jefe?
 
- Retirarme definitivamente. Ya llegó la hora de dejar mi jefatura y mi trabajo... así que tendré mucho tiempo suficiente para iniciar mi vida partiendo otra vez de cero y con toda mi voluntad firme. Pienso volver a la Universidad y volver a comenzar con mis estudios de Literatura. Esta vez no habrá ninguna vampiresa que me lo vaya a impedir.
 
 
- Será la mejor manera de que encuentre usted a la mujer que le haga definitivamente feliz y olvide para siempre a las fantasmas tanto muertas como vivas y no lo digo por mi "Lina" sino por otras muchas como la muy muerta Mary Patricia y la muy viva Juliette. 
 
- ¡Cogedlos ya! ¡Están expedidos al portador! ¡Cada uno os habéis merecido vuestros 100.ooo euros! 
 
Los dos, al unísono, tomaron sus cheques y se los guardaron. Ella en su bolso y él en el bolsillo trasero derecho de su pantalón.
 
 
- ¿Volveré a veros algún día?
 
- ¡Claro que sí, Marlon! Pero de momento tendrá usted que esperar algún tiempo. ¡Vámonos, Angeline!
 
- De acuerdo, José Roberto. ¡Vámonos ya!  
 
Una vez en la calle, José Roberto sacó su cheque del boslillo trasero derecho de su pantalón y se lo entregó a Angeline.`
 
-Te prometí que conseguirías 200.000 euros completos y aquí tienes los 100.000 que te faltaban para terminar la colección de cromos.
 
-¡Jajaja! ¡Gracias, José Roberto! ¡Por eso te amo tanto, tonto!
 
Otra vez fue inevitable el beso en la boca...
 
 
- Pues vámonos ya para el Charles De Gaulle. 
 
- ¿Otra vez para el Aeropuerto?
 
- Otra vez para el Aeropuerto.
 
 
- ¿Y dónde vamos ahora?
 
- A coger el primer vuelo que salga fuera del área europea. 
 
- Pues que sea lo que Dios quiera...
 
Ya en el avión hacia Honolulú el comenzó a escribir...
 
- María-Bernarda Sobirós en occitano o Bernadeta Sobiróus en gascón, más conocida como Bernadette Soubirous o Bernardita, nacida en Lourdes el 7 de enero de 1844 y muerta en Nevers el 16 de abrill de 1879, fue una pastora, mística y religiosa francesa, canonizada por la Iglesia católica en 1933. Su festividad se celebra el 16 de abril, aniversario de su muerte. Su cuerpo permanece incorrupto en Nevers. Una serie de 18 apariciones marianas que Soubirous afirmó haber tenido en 1858 en Lourdes, y los milagros que las sucedieron, terminaron por conferirle fama mundial ya al momento de su muerte. Lo más interesante de su vida es conocerla simplemente como un ser humano nada más. Eso es lo que intento hacer llegar a mis lectores. ¿Cómo era y cómo vivía Bernardita mucho más allá de si fue santa o no fue santa? 
 
- ¡Jajaja! ¡No pierdes nunca el tiempo!
- Te recuerdo que son otros 10.000 euros más para comenzar con otra colección de cromos diferentes...
 
Ella recostó su cabeza sobre el pecho de él...
 
- ¡Jajaja! ¡Por eso te amo tanto, tonto!.
 
FIN 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela de Ficcin.

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Policaca Narrativa Ficcin.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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