¡Existen las chicas! No es un descubrimiento sino un reconocimiento general. Nuevo barrio. Nuevas emociones. Han llegado ya los 60 y es necesario no quedarse dormido en los laureles. Los sueños son los sueños pero la realidad resulta que es formidable; porque ahora hay más cantidad de ellas y, como bien sé ya, de la cantidad sale siempre la calidad. Así que en el centro neurálgico de la barriada de la Virgen del Puerto, de Madrid, se encuentra Pizarra y, desde el número 3, salgo de expediciones aventureras adentrándome en "El Laberinto de las Damas". De todas formas hay que saber bien nadar (ya que estamos junto a la orilla del Manzanares) y guardar la ropa para que no te de nadie "gato por liebre". El desbordamiento es general. 
 
Estoy rodeado de chavalas por todas partes y, como una isla flotante, yo floto entre mis fanáticas seguidoras observando bien las rutas de navegación más provechosas. Todo esto tiene futuro y hay que saber planificar muy bien el futuro y llegar pletórico de facultades físicas y mentales a la Cima. Invento nuevas historias para renovar el repertorio. Ya no son niñas de menos de 10 años de edad. Ahora estamos hablando de chavalas de 14, 15, 16... y es necesario empezar a madurar el temperamento... para prepararse a abordar a las de 17, 18, 19, 20... y saber parar el carro para no meterse en otras edades no convenientes todavía
 
La temperatura era muy agradable cuando desembarcamos en Pizarra. Esperemos que estos años sean muy productivos y, en efecto, las espectativas son excelentes. He modernizado mi ropa para estar a la altura de las circunstancias. Lo que sucede es que todas mis circunstancias tienen nombre de mujer. En silencio, mientras los otros están ocupados en pasatiempos más bien tontunos, yo voy alternando tonterías con asuntos serios. Esto parece un completo serial melodramático donde "Gimi" está totalmente descolocado (salido mejor dicho) y yo concentro todas mis energías en hacerme cada vez más fuerte para soportar el acoso. Los otros dos ni se enteran de qué va la feria. Buen ganado en general. Las que entran por las que salen. Hay que reforzarse mentalmente una vez que el cuerpo ya lo tengo totalmente bien entonado. 
 
Para colmo, los pantaloncitos cortos se han puesto de moda entre las más femeninas que son, por su físico y belleza, las que más me atrapan las miradas. Cóctel de maravillas. Lo más maravilloso de todo es que mi abuelita materna está de mi parte y me apoya con sus consejos. Mi madre está mosqueada y mi padre sigue guardando silencio mientras me enseña gestos y signos muy valiosos para el arte de ligar sin ser descubierto. La vida ha comenzado a tener colores y hemos dejado ya el "blanco y negro". Sensaciones a tope. La sensualidad llama y hay que abrirle la puerta. Abro la puerta y comienzo a ligar como un desesperado pero sin que se me note. Es la mejor táctica para sobrevivir en medio de la baraúnda de los 60.
 
Para triunfar con ellas es mejor separarse de Gimi, superarle, desbordarle por la izquierda, y dejarle atrás. Es él o yo. No hay posibilidad de término medio. Así que comienzo a coleccionar corazones pequeñitos mientras acumulo grandes cantidades de puntos de bonificación porque soy un chaval bueno. Y se me nota. Gimi ha terminado por abandonar del todo ya que se ha "quemado" antes de tiempo. Así que, ya con todo el horizonte por delante, comienzo ha "hacer de las mías" con las mías, que son las que mejor están. Y eso que soy humilde.