Seres peligrosos (Novela) -Captulo 5-
Publicado en Jan 09, 2015
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Al mismo tiempo que el capitán Jon Richards Bach estaba pensando en Norah Tatiana y Joseph, jóvenes totalmente desconocidos para él, los dos se encontraban desayunando en el Rick's Cyber Cafe del 1981 State Hwy 602, de la ciudad de Gallup, ya muy cerca del Estado de Arizona.
 
 
- Morir por ti siempre, Eva.
 
- ¿Qué me estás queriendo decir, Adán?
 
- Que estoy dispuesto a morir por ti siempre, Eva.
 
- ¿Por qué eres tan trágico, Adán?
 
- Porque me acabo de dar cuenta, ahora que te veo mejor que nunca, que mi vida ya no tiene sentido si no estás tú a mi lado.
 
- Adán... 
 
- ¡No! ¡Espera! ¡No te estoy pidiendo que te sacrifiques por mí! Pero tengo que decirte que los dos no vamos a llegar juntos a Los Ángeles de California. Posiblemente aquel sea tu destino porque es tu verdadero lugar y debes pertenecer a dicho lugar... pero yo no soy igual que tú...
 
- ¿Cuánto crees tú saber de mi y de cómo soy yo?
 
- Lo suficiente como para darme cuenta de que si no es con Paul Anski será con otro parecido a Paul Anski como Andrew Curd por ejemplo.
 
- ¿El de "Cuchillos sangrientos"?
 
- Ese mismo. Está visto que despiertas la morbosidad en todos los que tanto desean dirigirte hacia los callejones del placer... pero yo sólo puedo morir por ti y nada más... 
 
- Todavía no te he dicho lo que definitivamente voy a hacer... 
 
- No te estoy pidiendo nada, Eva... no te estoy pidiendo nada a cambio de morir por ti... pero me parece que no me entiendes lo suficiente...
 
- ¿Qué es para ti lo suficiente? 
 
- Sólo que nos llevemos bien en el corto tiempo en que vamos a estar juntos. Quizás vivir a tu lado solamente un par de días sea muchísimo más placentero que vivir dos mil años sin haberte conocido jamás. 
 
- Supongo que estás hablando con el corazón, Adán.
 
- Te equivocas, Eva. Estoy hablando con el alma que es mucho más trágico que hablar solamente con el corazón.
 
- ¿De verdad no hablas por culpa de los celos?
 
- Puedo parecer celoso cuando estoy a tu lado pero también te equivocas en eso si es que te lo estás creyendo que es así.
 
- ¿Entonces qué tengo que creer yo sobre tu personalidad?
 
- Solamente que al lado de Anski o Curd o alguno igual que Anski o Curd yo puedo ser cualquier cosa menos un competidor intentando quitarles una chavalilla como tú. Lo cual hasta lo veo lógico.
 
- Y yo que no estoy interesada en ninguna clase de lógica...
 
- ¿Me quieres a mí demostrar, a estas alturas de mis veinticinco años de edad, que chavalillas tan monumentales como tú no os movéis por vuestros mundos en base a la lógica más aplastante?
 
- ¿Y qué ocurre con las excepciones? ¡No me salgas ahora con esa vulgaridad de que las excepciones confirman la regla y dime algo mucho más interesante!
 
- Las excepciones sois las únicas esperanzas que nos quedan a chicos como yo.
 
Ella se quedó, por un tiempo de diez segundos, totalmente sorprendida hasta que pudo reaccionar.
 
- ¿Eso es un piropo o una desesperación?
 
- Digamos que es una utopía de esas que perseguimos los que no somos lógicos porque nos hemos acostumbrado a sufrir la lógica de los demás tanto que ya no creemos en ella. 
 
- ¿Se puede entonces saber en qué creeís los jóvenes como tú?
 
- ¿Si te digo que solamente en Dios te vas a asustar demasiado?
 
- Yo siempre he creído que los bohemios no creíais jamás en Dios.
 
- Si crees que todos los bohemios somos como Anski, Curd o alguno igual que Anski o Curd, entonces estás en lo cierto; pero tienes que aprender que es totalmente falso eso de dime con quien andas y te dirés quién eres. Totalmente falso y perverso.
 
Ella se quedó, de nuevo, otros diez segundos sin decir nada hasta que volvió a reaccionar.
 
- Estoy muy preocupada, Adán...
 
- ¿Por qué? ¿Por lo de las falsedades y las perversidades qe tanto abundan en el mundo de hoy? No olvides nunca que las personas que estáis llamadas al triunfo estelar no tenéis que preocuparos por esos asuntos. Con las experiencias aprenderás a disimular. 
 
- No te estás dando cuenta de lo que te estoy queriendo decir con eso de que estoy muy preocupada.
 
- Solo me doy cuenta de que estamos en una ciudad, casi desconcocida para la inmensa mayoría de la población mundial, intentando conocernos un poco.
 
- Eso tiene mucho que ver con mi preocupación, Adán.
 
- ¿Estás queriendo decir que es algo muy personal?
 
- Muy personal.
 
- ¿Puedo saber qué es lo que tanto te preocupa cuando eres una chavalilla tan segura de ti mismo como para haber abandonado la csa de tu papito´y de tu mamita en busca del estrellato?
 
- A veces hablas demasiado, Adán... y sería bueno que me escucharas un  poco en vez de querer demostrarme que me conoces a la perfección..
 
- Está bien. Lo admito. Perdona. Te escucho.
 
- Estoy muy preocupada porque estoy enamorándome perdidamente de ti.
 
Ahora el que guardó un tiempo de diez segundos sin decir nada antes de poder hablar fue Joseph...
 
- ¿Puedes volver a repetir lo que has dicho? Me parece que he escuchado mal.
 
- Puedo repetirlo cuantas veces sea necesario. He dicho que estoy muy preocupada porque estoy enamorándome perdidamente de ti.
 
Joseph sacó a relucir una sonrisa...
 
- Escucha, Eva... no tienes por qué compadecerte de un perdedor como yo... en realidad no tengo ningùn derecho a que una chavalilla como tú me haya conocido... así que no intentes consolarme hablando de amor...
 
- ¿Pero eres tan terco que no te das cuenta de que estoy hablando completamente en serio? ¿Tú crees que yo diiría algo así a un hombre que me diese lástima? Si me dieses pena simplemente no habría aceptado viajar contigo en el vagón de un tren de mercancías ni estaría ahora desayunando a tu lado mientras podría hacerlo en el mejor restaurante de Nueva York.
 
- ¡Caramba! ¡No sabía yo que alguien como tú tuviese tanta energía!
 
- Por eso mismo estoy preocupada... porque quizás tenga tanta energña que termien quemada del todo...
 
- Escucha, Eva, vamos a olvidar que nos hemos conocido para poder sobrevivir los dos.
 
- ¿De qué manera, Adán? ¿Tal vez olvidando que existimos?
 
- Tal vez.
 
- Sabes que eso es ya imposible. Existimos, estamos juntos y nos hemos unido en un solo destino.
 
- ¿Y no te importa que ese destino final no sea, para tí, Los Ángeles de California?
 
- Sólo me importa que mi destino sea la parte más fundamental e importante de tu destino, tonto.
 
Él no pudo hacer otra cosa más que acercarse a ella y, ante la mirada insólita de un cliente que entraba en esos ese momento en la cafetería, le dio un beso en la boca tan itnerminable que los dos creyeron que se había acabado el mundo.
 
- Joseph... ¿estamos vivos?...
 
- No lo sé, Norah Tatiana...
 
- ¡Claro que estáis los dos vivos! ¡Yo soy testigo de vuestra osadía!
 
Tanto Joseph como Norah Tatiana miraron, al mismo tiempo, en la dirección de donde provenía la voz y se encontraron con un caballero vestido de manera sumamente elegante, que se había quitado sus lujosos guantes y açhora se descubría la cabeza sacándose el sombreo para saludarles.
 
- ¡Fantástico! ¡Sois la pareja ideal que estoy buscando desde hace mucho tiempo!
 
- ¿Qué está usted diciendo, caballero?
 
- ¡Calma jovencito, calma! Soy el famoso promotor y descubridor de jóvenes talentos del Arte y me conocen como "The Sex Gun".
 
- ¿A qué clase de Arte se está refiriendo?
 
- Podríamos decir que hacer algo de teatro. ¡Sois perfectos!
 
- Adán... podria ser una buena alternativa...
 
- Quiero saber cual es su verdadero nombre, señor elegante.
 
- Sidney Vic Stones. ¿No has oído hablar nunca de Sidney Vic Stones?
 
- Pues no. Conozco mucho de teatro pero no me suena de nada su nombre.
 
- Es que soy promotor de un teatro demasiado especial. Sólo para personas muy distinguidas y en los locales más  selectos y privados de todo el país. Pero podeís llamarme solamente Sid  para empezar a tomarnos confianza. 
 
- ¿Qué te parece este tipo, Eva?
 
- Puede ser una alternativa, Adán.
 
- ¿Te gustaría hacer teatro?
 
- Contigo como pareja por supuesto que sí.
 
- Si lo habéis decidido esta es mi tarjeta personal. Estoy residiendo, de paso por Gallup, en el Royal Holiday Motel del 1903 West Highway 66. Esta misma noche salgo para Las Vegas y me gustaría que tomáseis la decisión de venir conmigo para ser parte de mi compañia de artistas exclusivos. Os va a gustar. Actuamos en los mejores teatros de los Estados Unidos y sólo en salas muy especiales para la clase más selecta de este nuestro fantástico país. ¿Os animais?
 
- Deme la tarjeta y si lo hemos decidido ya le haremos la visita. Ahorta necesitamso seguir solos.
 
- ¡Vale, muchacho! ¡Pero os recomiendo, tanto a ti como a esa imponente belleza de mujer que has besado en la boca, que no perdáis esta oportundiad de ser famosos sólo para los más importantes! El resto sólo es morralla nada más.
 
- De acuerdo. No se publicite tanto y no nos lance ninguna monserga. Si decidimos ir con usted ya iremos a buscarle esta noche. ¿A qué hora sale de Gallup?
 
- Salgo hacia Las Vegas a las diez de la noche.
 
- Pues si decimos que sí, estaremos a las diez de la noche con usted.
 
El elgantísimo promotor de jóvenes artistas se volvió a poner el sombrero, se colocó sus lujosos guantes y se despidió con una amable pero extraña sonrisa.
 
- ¿No te parece una buena alternativa, Adán?
 
- Puede ser, Eva, pero no me ha gustado su sonrisa de Monno Liso...
 
- ¡Jajaja! Deja de ser tan observador por un momento, Adán... y pensemos en nosotros dos. Yo no quiero regresar todavía a casa de mi papito y mi mamita como tú tantas veces me recomiendas y tú necesitas cobijarte en alguien de suma importancia, como al parecer es ese caballero, para no tener que seguir siendo un eterno fugitivo. Si además trabajamos como pareja en obras teatrales podemos ganar prestigio, fama y dinero. No soy tan materialista como puedas estar creyendo pero también el dinero es necesario, Adán. No lo he inventado yo así que yo no tengo la culpa de que exista y sea necesario para poder sobrevivir. 
 
- ¿Lo tienes bien decidido, Eva?
 
- Por mi parte me gustaría experimentar una aventura con los más selectos jóvenes actores y las más bellas jóvenes actrices del teatro de este nuestro hermoso país.
 
- ¡Jajaja! ¡Lo de hermoso país me ha llegado al alma! ¡De acuerdo, esta noche nos vamos a Las Vegas con ese tal "The Sex Gun", aunque el apodo es para no confiar demasiado. 
 
- No vamos a confiar demasiado, Adán; pero te pido que nos demos una oportunidad para seguir conociéndonos un poco mejor tú y yo sin tener que ir a la cama como me pasaría con Anski o Curd o algún otro parecido a Anski o a Curd. 
 
- Si eso sirve para conocerte mejor sin tener que echarte un polvo en contra de tu voluntad, me has convencido del todo, Eva. ¿Te apetece que pasemos el resto del dia, hasta que llegue el anochecer, en el Parque de Atracciones?
 
- Me encanta la idea. ¡Vamos a divertirnos como si fuésemos solamente dos niños nada más, Adán!
 
- Bien, Eva, gocemos de la vida como antes de comer de la manzana prohibida...
 
- ¡Jajaja! ¡Me sigue encantando tu humor loco!
 
- ¿Quién es el loco? ¿Yo o el humor?
 
- El humor, tonto
 
Y él cerró la conversación dándole a ella otro profundo y largo beso en la boca. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Novela y Guin Literario para Cine.

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Narrativa Guin Cine.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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