Desde hace más de un año es mi inseparable compañera de viajes por estos mundos de la creación. Es cálida y sensitiva. Es dinámica. De trazas femeninas, resaltan sus vivos colores verdinegros, las letras blancas y esa especie de "culebrilla" naranja que la hace más enigmática, más pícara, más sugestiva. Ideal por su fácil manejo y por la comodidad con la que se transporta. Es muchos más literaria y atractiva que el pesado y plúmbeo maletón que carga Miguel Ángel para risa y jolgorio de todos los del Hogar (chicas incluídas). Además, en su interior, siempre existe mucha más magia, mucha más fantasía, mucha más literatura y hasta mucha más cultura que en el susodicho pesado y plúmbeo maletón que carga Miguel Ángel. Todos los días, o casi todos los días, mi Carlson Wagonlit Travel se cruza con el maletón pesado y plúmbeo y sonríe... porque es tan mágica que no me extraña nada que un día saque un conejo de su interior...
 
En el interior de mi Carlson Wagonlit Travel caben toda clase de sueños: desde un minicuento para pasar unos leves minutos sonriendo hasta una larga novela con la que estar deleitándonos días enteros; así como toda clase de géneros literarios incluidos los interminables ensayos con los que, de vez en cuando, libro verdaderas batallas victoriosas. Es la sucesora del humilde taleguillo que descansa, nostálgico y melancólico, en un rincón de la mesa de trabajo de mi vivienda y al cual no he olvidado jamás; porque, de vez en cuando, mi vista tropieza con él y recuerdo... recuerdo una gran cantidad de humildes recuerdos que todavía se conservan en su interior para hacerme saber cuáles fueron mis orígenes...  
 
Y mientra el humilde taleguillo jamás se pierde de mi memoria, mi Carlson Wagonlit Travel, inevitablemente mágica, sigue sonriendo cuando todos los días, o casi todos los días, se cruza en la puerta del Hogar con el sufrido maletón, de color indefinido pero tristón, de Miguel Ángel (repleto de papeles burocráticos que le hacen gemir de angustia y ansiedad) mientras ella sigue sabiendo que es la compañera fiel de todos mis sueños. Con permiso de mi Princesa, por supuesto, que no sólo no se enfada sino que no siente celos de ella porque sabe que nunca traicionaré mis juramentos. Por eso Liliana me sigue animando a que nunca la deje olvidada en cualquier lugar por donde vamos dejando huellas. Mi Carlson Wagonlit Travel es un "divino tesoro" de cara a nuestro futuro. Mi Princesa confía en ella y confía en mí.